--¿Por qué?
--¡Anda!: es un vencedor.
--Pues a eso no hay derecho.
--Si bien se mira: es un derecho torcido.
--No seas gracioso.
--Soy realista.
--Es como no decir nada.
--¿Qué no?... Pues escucha: entró en el pueblo como un enjambre de langostas y arrasó con todo lo que quiso, porque le salió de los mismísimos...
--¡Ah!, no sigas, ya sé: es cuestión de cojones.
--Cojones, lo que se dice cojones, es un término demasiado elevado....
De cojones armados, eso sí.
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