En espera de que, mañana, España, sea republicana, pongamos un poco de poesía surrelista, para olvidar estos tiempos en los que los partidos mayoritarios, a una, se ponen a defender el modus vivendi y el modus tragandi de una persona, que no da ni golpe, según el senador Anasagasti, llamado Juan Carlos I, rey, y jefe del ejército de las Españas (¿será por eso tal vez?) que es el guardían del orden constitucional; es decir: el orden que le garantiza sus comidas y bebidas a él, a su familia, y a la gran familia de la oligarquía financiera y terrateniente. ¡Tiempos políticos surrealistas vivimos!
CANCIÓN
Nacía un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y he aquí que hay un rumor de otras provincias que me agrada... "Te saludo, hija mía, bajo el mayor de los árboles del año."
*Pues el sol entra en Leo y el Extranjero ha puesto el dedo en la boca de los muertos. Extranjero. Que reía. Y nos habla de una yerba. ¡Ah, cuántas brisas en las provincias! ¡Cuánta holgura en nuestros caminos! ¡Cómo me deleita la trompeta, y la pluma sabia en el escándalo del ala!... "Alma mía, muchacha, tenías costumbres que no son las nuestras."
*Nació un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso esas bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y he aquí un gran rumor en un árbol de bronce. ¡Alquitrán y rosas, don del canto! ¡Truenos y flautas en las alcobas! ¡Ah, cuánta holgura en nuestros caminos! ¡Ah, cuántas historias en el año, y el Extranjero a su talante por los caminos de toda la tierra!... "Te saludo, hija mía, bajo la vestidura más hermosa del año."
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