Un gran empresario leía en su despacho, bien repantingado en su sillón, un titular de un periódico diario que rezaba así: " 'El Jamonero de Trevelez' irá a prisión" y se preguntaba en voz alta: ¿Por qué, muchos como él, están cómodamente sentados en los sillones de sus despachos?
Su secretaria recordaba una información, leída hace poco tiempo, acerca de unas enfermedades denominadas 'Psico-rarezas': "Al músico británico Clive Wearing, una infección cerebral le robó la memoria. Sólo era capaz de retener lo que le había sucedido en los últimos segundos".
Lo que no recordaba esta sutil secretaria es que, pese a su amnesia extrema, Clive Wearing (el músico recordado por la ejemplar secretaria de tan ilustre empresario y cultivadora de íntimas ironías) mantuvo sus talentos musicales intactos; es decir: no dejó de producir música.
1 comentario:
Pero es que, su jefe, jamás fue capaz de emitir música, ni de tararear aquello de "la playa estaba desierta... el mar bañaba tu piel..."
A lo más que llegó un día fue a recordar durante unos minutos, un R.Madrid 1 - Betis 3 lo que le sumió en una tristeza que nunca pudo explicarse.
La secretaria, al menos, era capaz de recordar el nombre de Clive Wearing.
Un beso, Talin.
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