En plena marea negra de espionaje y corrupción dentro del PP viene ETA y lanza un bombazo en Madrid. Un coche bomba estalla a pocas horas de haber ilegalizado la injusticia nazional a las candidaturas de la izquierda abertzale (un despropósito cuasi increíble) y preguntado Gallardón sobre ese bombazo responde, de una manera mecánica, que son los de siempre que no entienden de democracia sino de violencia (o algo así) Suponemos que estaba en otra onda su mente, abrumado por lo que les estaba cayendo encima. Porque esos razonamientos son como leña al fuego de las bombas de ETA. Recordábamos, al oírlo tras la ilegalización de esas candidaturas, el aparheit sudafricano y lo que escribiera Nadine Gordimer, acerca de los personas burguesas y políticos liberales racistas blancos, la Premio Nobel de aquel país, y que si no cambia el rumbo de la política del régimen monárquico le viene como anillo al dedo de otras personas y políticos en España:
"Las blancos que eran amables con sus animales domésticos y sus criados se sintieron conmocionados ante las bombas y el derramamiento de sangre, del mismo modo que se habían conmocionado en 1960, cuando la policía dispara contra hombres, mujeres y niños en el exterior de la oficina de pases de Sharpeville. No pueden soportar la visión de la sangre; y dieron de nuevo, a aquellos que carecen de voto, el humano consejo de que la manera decente de realizar el cambio debe basarse en los medios constitucionales."
Se puede argumentar contra ETA de muchas maneras, pero hacerlo así, con candidaturas echadas por tierra, y después decirles a los abertzales que el cambio está 'en los medios constitucionales' es como reírse de ellos a la cara, casi escupirles. Y con gargajos verdes. Luego, se quejarán de los vascos diciendo que quieren la independencia por las bombas. Sin darse cuenta que los están echando en manos de ETA.
O... ¿no lo estarán haciendo con intención?...
Quizás.
A estas alturas de la historia ya no nos vamos a espantar.
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