Libro: Peñalver 51
Autora: Nancy Morajón
Editorial: Fundación Sinsonte
Zamora, 2009
Peñalver 51. Así se titula este libro de Nancy Morejón. Poetisa cubana. Supimos de esta escritora por una revista que, en tiempos de la llamada Revolución Sandinista, publicaba el Ministerio de Cultura, por aquel entonces comandado por el gran poeta Ernesto Cardenal. Revista cuyo papel aspero y un tanto arrugado parecía ese que se dice de estraza. Llevaba una cuerdecilla para sujetar las páginas. Revista que nos regaló un amigo, un camarada, quien, con una delegación del partido en el que antaño militábamos, acudió a solidarizarse con aquel gobierno revolucionario. 'Poesía Libre' se rotulaba. Revista entrañable. Algunos de cuyos números aun conservamos. El tema de la poesía de Nancy, que mencionábamos mas arriba, era la esclavitud.
Bueno, pues mira por donde, hace poco tiempo, la editorial zamorana Fundación Sinsonte ha publicado este librito. 2009 fue el año. Lo hemos leido varias veces, pues no es facil hacerse con el decir poético de otras latitudes así de repente. No, no es fácil hallarse a gusto con un nuevo estilo. Uno se hace a unas sonoridades y cuando otros acordes arriban al oído a veces raspa el timpano. Ocurre muy a menudo. Pasa como con el vino: se hace a uno y luego cuando nos dan de otras viñas no nos gusta. Contaba un antiguo camarada que, estando en la cárcel condenado por la dictadura franquista, fue a la biblioteca y allí tenían el libro de Marcel Proust 'En busca del tiempo perdido'. De él le habían dicho que no había quien se lo tragara. Efectivamente, comenzó a leerlo y varias veces estuvo a punto de abandonarlo. Pero siguió erre que erre y antes de la mitad del libro consiguió hacerse a su modo de decir terminando por gustarle. Recordamos nosotros a un compañero que era tan aficionado al chiquiteo, es decir a tomar vinos por las tabernas en cuandrilla, y tanto se hizo al vino peleón que cuando, por un azar, alguien pedía un buen vino de Rioja o de Toro o de Ribera del Duero prefería el vino corriente de los bares. Así nos pasó a nosotros con la poetisa cubana: tardamos en cogerle el gusto.
En Peñalver 51 viene un currticulum y una foto de la escritora. Por la foto comprendimos el porqué del tema de la esclavitud. Es negra. Y la inmensa mayoría de los escritores de esta raza tiene a eso, a la esclavitud, quemándole, doliéndole. Lo expresó en verso uno de ellos así: 'Como astilla en la herida'. En Nancy Morejón, sin embargo, le inquietan muchos temas. No es monocorde. Y este libro, muestrario breve de su quehacer, es un ejemplo. La Universidad de Salamanca ha publicado buena parte de sus creaciones. Y es amplia: mas de 20 títulos. Entre ellos: 'Where the Island Sleeps Like Wing (antología bilingüe, 1985); Piedra pulida (1986); Botella al mar (antología, 1997) Elogio y paisaje (1997); Richard trajo su flauta y otros poemas (2000); La Quinta de los molinos (2000); Cuerda veloz (2002); Looking Within / Mirar adentro (2003); Antología poética 1962/2000 (2006). Es Premio Nacional de Literatura 2001, miembro del jurado del Premio Carbet del Caribe, miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua. Así mismo premio La Corona de Oro de Macedonia, premio Rafael Alberti y la condición de Escritora Gallega Universal. La Universidad Cergy-Pontoise de París le otorgó el doctorado Honoris Causa.
Por lo que nosotros hemos podido sacar, este poemario Peñalver 51 nos deja ver o entrever la humanidad de la cubana. En los primeros poemas (que son los últimos escritos) asoman, sin cendales, las protestas como gritos iracundos contra la guerra de Irak, contra los invasores. Los pájaros heridos, sucios, muertos, las alfombras raidas, la indignación por las muertes de inmigrantes ahogados en el mar cuando, embarcados en pateras, iban a trabajar a un mundo que creían mas justo, son sus imágenes. Y todo se le vuelve negro. Negrísimo. Mas se contraresta con la alabanza y celebración de los logros de la Revolución Cubana. Luego poemas intimistas... Pero mejor que nosotros lo dice la misma autora:
"Peñalver 51 no tiene explicación como no la tiene tampoco un solo poema ni la poesía. Sin ser devota de Lautreamont, digo que la poesía no nos pertenece. Escribo poemas en cualquier circunstancia. Luego los agrupo en familias sin que me importe la marca del tiempo, puesto que en una familia conviven diversas generaciones. Los que quisieron integrar este poemario son tan entrañables como lo es para mi todavía la memoria de mis padres y el espacio de mi primera infancia en el corazón de La Habana... Hay poemas del siglo XXI, de los noventa, de los ochenta y setenta, mientras que el último data de 1964. Como el amor es la flecha que recorre mi vida este poema pone fin a una suerte de cancionaro capitalino, cubano y mío hasta la saciedad".
Para terminar queremos mostrarles un poema. Sin que ello quiera decir que tenga símbolo de preeminencia. 'Momento perpetuo' se titula:
Una mañana de pronto es una noche.
La madera del bosque es de pronto una hoja de papel.
El arroyuelo entre los valles es poco a poco
un océano profundo y azulado.
Una fragua de fuego es mañana, de noche,
una brillante fuente de cristal.
Sobre cualquier desierto grávido
sólo encuentras arenas
únicamente removidas por el viento ligero de los aires.
¿Quién te asegura que no llegará un día
el próspero aguacero?
Tanto se mueven las cosas a tu alrededor.
Hasta tu país cambió. Lo has cambiado tu misma.
No es ya la Isla en el Golfo
reverberando entre cañas
sino reverberando entre fusiles.
El Tiburón, con su espantosa lágrima,
fue arponeado para siempre en la Isla
y la Sardina acude al funeral.
La tierra de la tembladera
no es solo barro contrahecho
sino que continúa su curso,
devoradora de todo lo animado.
Ayer, a pleno sol, el hueso de la muerta
engendró yerbabuena.
Para su ensoñación mejor,
el buey apacentado
lame el estiercol de los gorriones.
Qué fría la luna.
Qué sol fosforesente.
Y el alma, ¿cambiará?
Has de cambiarla tú.
¿Será inhóspito el tránsito?
¿Habrá de ser palpable,
sin una gota de violencia?
Mientras sea la de hoy
siendo con creces la de ayer,
serás la de mañana.
Serás la misma y serás siempre,
al mismo tiempo, otra
la que vive y que muere
para vivir así.
(págians 61, 62 y 63 de 'Peñalver 51')
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