Los titulares leídos son:
"La familia García Lorca acepta que se abra la fosa del poeta"
"No impediremos exhumar los restos de Federico"
El sempiterno Lorca. El enorme poeta. Ahora transformado en casi cacique de ultratumba. Pero... el cacique, claro, no es él, sino su familia. Que gestiona su memoria y dineros... 'Acepta', 'no impediremos'... pero, bueno, ¡¿qué se habrán creído ellos?!... ¡¿los amos del mundo?!, exclamamos preguntándonos.
Remedamos, así, a D. Eusebio García Luengo, escritor extremeño del que fuimos amigos, que, cuando oía hablar de la Residencia de Estudiantes como la de Dalí, Buñuel y Lorca, tronaba indignado: '¡Hombre, no!, de ellos solo, ¡no!; hubo más, muchísimos más en ese edificio.
Al igual que, en el lugar donde se supone que yacen los restos de Lorca, hay muchísimos más asesinados a los que enterraron los fascistas de mala manera. ¡Entre mil y tres mil! ¡Cazi na!
Junto a al poeta granadino enterraron a otros tres asesinados antifascistas; a saber: dos banderilleros de la CNT, los señores D. Joaquín Arcollas Cabezas y D. Francisco Galadí Melgar y un maestro republicano, D. Dióscoro Galindo González.
D. Dióscoro Galindo González, maestro rojo y cojo, que surge vencedor de ultratumba a recordarnos que fueron los maestros de niños un colectivo especialmente reprimido por el franquismo: asesinados, encarcelados, condenados a trabajos forzados, expulsados del trabajo... (no olvidamos, nosotros, nunca, a Amado Hernández, un maestro de Argujillo, municipio de la provincia de Zamora, vilmemente asesinado y enterrado en algún lugar de por allí...
Fue tal la represión sobre los maestros que se dice que la guerra de 1936/39 la perdieron los maestros y la ganaron los curas. A D. Dióscoro Galindo González, lo asesinaron por ateo (así reza la resolución de la condena). Al exhumarlo es como rendir homenaje a todos los maestros asesinados y represaliados. Ya es hora de rindir homenaje a las víctimas del franquismo. A estas. Y a todas. Y no solo a D. Dióscoro... ¡Hombre, no! No solo a él.
Fue tal la represión sobre los maestros que se dice que la guerra de 1936/39 la perdieron los maestros y la ganaron los curas. A D. Dióscoro Galindo González, lo asesinaron por ateo (así reza la resolución de la condena). Al exhumarlo es como rendir homenaje a todos los maestros asesinados y represaliados. Ya es hora de rindir homenaje a las víctimas del franquismo. A estas. Y a todas. Y no solo a D. Dióscoro... ¡Hombre, no! No solo a él.
Ya se hizo un inicio de homenaje a las víctimas del franquismo en la década de 1980 que firmaron muchas organizaciones y partidos mayoritarios pero que, al mismo tiempo, estos mayoritarios, hicieron lo posible, entonces, por ahogar el homenaje por debajo. No pudieron. Nos estamos refiriendo sobre todo al PSOE y al PCE (ahora practicamente extraparlamentario) Si. Esos que ahora no apean de los labios a las víctimas del franquismo. Bueno... bienvenidos sean. Pero es una prueba de que nos les ha servido de nada sus zancadillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario