"El Papa condena los ídolos del Poder y del Dinero".
Lo ha echo en Francia. ¡Se necesita tener mucha demagogia y caradura para decir eso! Él, precisamente él, el representante o jefe de una iglesia que tiene poder y dinero. Y le gusta. Y lo muestra en sus púrpuras vestimentas. Recordamos, al respecto, algunas palabras del poeta gallego Curros Enriquez en su obra 'A Virxen do cristal': "Canto se ten apropiado a garra cardenalicia o ventre do episcopado". O aquellas otras: "E cun amargor sin nome pensei: 'Cantos sudan neste mundo pra que folgue un home'".
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