tïtulo: Antsa (*)
¡Isla!
¡Isla de sílabas ardientes,
nunca, jamás, tu nombre
fue más amado por mi alma!
¡Isla,
ni fue más dulce en mi corazón!
Isla de sílabas ardientes,
¡Madagascar!
-
¡Qué sonoridad, qué eco!
Todas, todas las sílabas
se deshacen en mi boca:
como miel de claras estaciones
en el misterio de tus bosques.
¡Madagascar!
-
Muerde la carne virgen y roja
con el ansiado recogimiento
de agonizante con dientes luminosos,
¡Madagascar!
-
Una provisión de inocencia
en mi tuétano de hambriento,
me echaré en tu seno con el ímpetu
del más ardoroso de tus amantes,
del más seguro, del más fiel,
¡Madagascar!
-
Qué importa el ulular de las lechuzas,
y el vuelo rasante y bajo
de los asustados buhos bajo la parhilera
de la casa incendiada ¡oh las raposas,
que lamen
su piel pestilente a sangre de pollos,
a sangre nimbada de flamencos rosas!
Nosotros, los alucinados del azur,
hurgamos apasionadamente todo el eterno azul de la nube,
¡Madagascar!
-
La cabeza mirando al alba naciente,
un pie sobre el ombligo de occidente,
y el tirso
asentado en el corazón desnudo del Sur
yo bailaré, si, yo bailaré, oh querida,
bailaré para ti la danza-relámpago
de los cazadores de reptiles
¡Madagascar!
-
¡Y arrojaré mi risa mística
sobre la faz lívida del Mediodía!
¡Lanzaré a la cara de las estrellas
la transparencia de mi sangre!
Verteré el esplendor de tu nobleza
sobre la recia nuca del Universo,
¡Madagascar!
-
Una palabra,
¡Isla!
¡Una sola palabra!
La palabra que corta del silencio
el bramante apretado a tu cuello.
-
¡La palabra rasga bandas
del cadáver transfigurado!
En el vientre de la madre
el embrión saltará.
En las entrañas de las rocas
bailarán los cadáveres.
Y el hombre y la mujer,
y los muertos y los vivos,
y el animal y la planta,
vuelven a hallarse todos, jadeantes,
en el bosquecillo de la magia,
allá, en el centro de la alegría,
una palabra,
Isla.
¡Solo una palabra!
-
La palabra de la edad de oro.
La palabra acerca del diluvio.
¡La palabra que hace girar
al globo sobre si mismo!
¡La furia de la lucha!
¡El grito de la victoria!
¡El estandarte de la paz!
-
¡Una palabra, Isla,
y te estremeces!
¡Un nombre, Isla,
y brincas,
galopadora océanica!
-
¡La palabra de nuestros anhelos!
¡La palabra de nuestra cadena!
¡La palabra de nuestro duelo!
Resplandece
en las lágrimas de las viudas,
en las lágrimas de las madres
y de los arrogantes huérfanos.
Germina
con la flor de las sepulturas,
con los insubordinados
y el orgullo de los cautivos.
-
Isla de mis Antepasados,
esta palabra es mi saludo.
Esta palabra es mi mensaje.
¡La palabra crujiendo al viento
sobre la más alta eminencia!
Una palabra.
Del medio de la cumbre
un papangue (1) ebrio cae,
y silba
al oido de los cuatro puntos cardinales:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
(Versión libre de Iswe Letu)
__________
(+) Poeta malgache nacido en Maroantsetra en 1913, población que pertenece a la etnia betsimisaraka. Al explotar la rebelión del pueblo de Madagascar en 1947 contra la opresión y explotación colonialista francesa, que costó al pueblo de la isla africana 90.000 víctimas -todas puestas en la cuenta de la muy democrática y fraternal Francia- fue acusado de tomar parte en el movimiento independentista y condenado a muerte. Fue vejado, torturado y... y después se le conmutó esa pena por la de cadena perpetua. Al final fue liberado. Más tarde obtenida la independencia fue nombrado Ministro de Estado para Asuntos Exteriores. Ha publicado numerosas obras. Ver en la red.
(*) Explica Édouard Éliet que esta palabra, Antsa, quiere decir homenaje al soberano. Este poema es un canto a la libertad que el poeta escribió en la cárcel en 1947 cuando esperaba que la pena de muerte, a la que había sido condenado, se cumpliera. Es una larguísima poesía de más de seiscientos versos blancos partida en dos: la primera parte tiene como tema Madagascar y la segunda la libertad.
(1) Según Édouard Éliet, águila real, símbolo de la dinastia malgache; también un ave que representa la gloria y la libertad.
¡Isla!
¡Isla de sílabas ardientes,
nunca, jamás, tu nombre
fue más amado por mi alma!
¡Isla,
ni fue más dulce en mi corazón!
Isla de sílabas ardientes,
¡Madagascar!
-
¡Qué sonoridad, qué eco!
Todas, todas las sílabas
se deshacen en mi boca:
como miel de claras estaciones
en el misterio de tus bosques.
¡Madagascar!
-
Muerde la carne virgen y roja
con el ansiado recogimiento
de agonizante con dientes luminosos,
¡Madagascar!
-
Una provisión de inocencia
en mi tuétano de hambriento,
me echaré en tu seno con el ímpetu
del más ardoroso de tus amantes,
del más seguro, del más fiel,
¡Madagascar!
-
Qué importa el ulular de las lechuzas,
y el vuelo rasante y bajo
de los asustados buhos bajo la parhilera
de la casa incendiada ¡oh las raposas,
que lamen
su piel pestilente a sangre de pollos,
a sangre nimbada de flamencos rosas!
Nosotros, los alucinados del azur,
hurgamos apasionadamente todo el eterno azul de la nube,
¡Madagascar!
-
La cabeza mirando al alba naciente,
un pie sobre el ombligo de occidente,
y el tirso
asentado en el corazón desnudo del Sur
yo bailaré, si, yo bailaré, oh querida,
bailaré para ti la danza-relámpago
de los cazadores de reptiles
¡Madagascar!
-
¡Y arrojaré mi risa mística
sobre la faz lívida del Mediodía!
¡Lanzaré a la cara de las estrellas
la transparencia de mi sangre!
Verteré el esplendor de tu nobleza
sobre la recia nuca del Universo,
¡Madagascar!
-
Una palabra,
¡Isla!
¡Una sola palabra!
La palabra que corta del silencio
el bramante apretado a tu cuello.
-
¡La palabra rasga bandas
del cadáver transfigurado!
En el vientre de la madre
el embrión saltará.
En las entrañas de las rocas
bailarán los cadáveres.
Y el hombre y la mujer,
y los muertos y los vivos,
y el animal y la planta,
vuelven a hallarse todos, jadeantes,
en el bosquecillo de la magia,
allá, en el centro de la alegría,
una palabra,
Isla.
¡Solo una palabra!
-
La palabra de la edad de oro.
La palabra acerca del diluvio.
¡La palabra que hace girar
al globo sobre si mismo!
¡La furia de la lucha!
¡El grito de la victoria!
¡El estandarte de la paz!
-
¡Una palabra, Isla,
y te estremeces!
¡Un nombre, Isla,
y brincas,
galopadora océanica!
-
¡La palabra de nuestros anhelos!
¡La palabra de nuestra cadena!
¡La palabra de nuestro duelo!
Resplandece
en las lágrimas de las viudas,
en las lágrimas de las madres
y de los arrogantes huérfanos.
Germina
con la flor de las sepulturas,
con los insubordinados
y el orgullo de los cautivos.
-
Isla de mis Antepasados,
esta palabra es mi saludo.
Esta palabra es mi mensaje.
¡La palabra crujiendo al viento
sobre la más alta eminencia!
Una palabra.
Del medio de la cumbre
un papangue (1) ebrio cae,
y silba
al oido de los cuatro puntos cardinales:
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
(Versión libre de Iswe Letu)
__________
(+) Poeta malgache nacido en Maroantsetra en 1913, población que pertenece a la etnia betsimisaraka. Al explotar la rebelión del pueblo de Madagascar en 1947 contra la opresión y explotación colonialista francesa, que costó al pueblo de la isla africana 90.000 víctimas -todas puestas en la cuenta de la muy democrática y fraternal Francia- fue acusado de tomar parte en el movimiento independentista y condenado a muerte. Fue vejado, torturado y... y después se le conmutó esa pena por la de cadena perpetua. Al final fue liberado. Más tarde obtenida la independencia fue nombrado Ministro de Estado para Asuntos Exteriores. Ha publicado numerosas obras. Ver en la red.
(*) Explica Édouard Éliet que esta palabra, Antsa, quiere decir homenaje al soberano. Este poema es un canto a la libertad que el poeta escribió en la cárcel en 1947 cuando esperaba que la pena de muerte, a la que había sido condenado, se cumpliera. Es una larguísima poesía de más de seiscientos versos blancos partida en dos: la primera parte tiene como tema Madagascar y la segunda la libertad.
(1) Según Édouard Éliet, águila real, símbolo de la dinastia malgache; también un ave que representa la gloria y la libertad.
(@) El Título se lo hemos puesto nosotros
1 comentario:
Envié mi firma solidaria. Gracias por tu visita y sobre todo por tu información.
Autodeterminación para el Sahara.
Saludos de otro caminante.
Publicar un comentario