...Viene del post anterior
E)
La mañana había salido soleada como el día anterior, si bien durante la noche nevó en abundancia. Cuando el Padre de Husein salió de casa, sin embargo, las calles ya estaban limpias de nieve en su mayor parte. Miró hacia la marquesina de los autobuses. No había nadie. Por lo que su mente adquirió conciencia clara de que no podía encontrarse con el padre de Husein por ser él mismo. De lo contrario en la marquesina tendría que estar el mencionado padre dándose de cabezazos. No obstante se encaminó hasta donde él creyó haber visto, ayer, al Padre de Husein, muerto. Que no podía ser de ninguna manera él porque estaba vivo...
Se estaba haciendo un lío de mil demonios.
Siguió cuesta arriba. Poco mas allá Mohamed lo saludó, lo que vino a confirmar su identidad. Al principio la conversación giró en torno de la aldea de ambos, de sus recuerdos, de sus parientes y amigos. El Padre de Husein derramaba recuerdos y planes de futuro a raudales. A continuación Mohamed desgranó su cosecha de palabras sin cesar, en cascada permanente.
Mohamed hablaba y hablaba... de lo bien que le iba a en la vida, de lo mucho que ganaba su hijo, de lo feliz que era con su mujer, de la casa que se estaba haciendo en el pueblo...
Tanto y tanto manaba la boca del hablante que su mente se extravió en el laberinto de las palabras.
Quedósele mirando alelado preguntándose, para si, qué hacia allí y quien era ese que delante de él no cesaba en su interminable algarabía.
Mohamed se percató de que algo le pasaba a su contertulio. Quizás lo estaba aburriendo.
-Bueno, amigo... -se despidió Mohamed- Me voy. He quedado en la esquina con Alí y Yusuf. ¿Tu, dónde vas?
-Yo. No sé... A encontrarme con el Padre de Husein.
El otro lo miró y se sonrió. Lo conocía demasiado. Sabía de sus disparatadas invenciones.
(seguirá) ---
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