viernes, 24 de noviembre de 2006

Iswe Letu: Hacia el Vado de Agbañiam


--"Amado, Amado, Amado!: tómame entre tus brazos y vayamos presto, sin perder más tiempo, al vado de Agbañiam." -decía anhelante.

--Tómame y vayamos al vado de Agbañiam: allí, estoy segura, serás un buen amante durante la noche; pero que muy bueno durante la noche -añadió medio exigente y zalamera.

--¡Ay, vado de Agbañiam!: mi inconstante corazón tiene las Alas del Amor que, a veces, muchas veces, se quiebran como una tierna calabaza -advierte disculpándose.

--¡Oh, mi vado de Agbañiam!: mi amante...

--¡Qué bueno durante la noche!, ¡muy, muy bueno durante la noche!...

--Pero, ¡ay!, ya llega el alba, ya apunta el día; y mi inconstante corazón, rotas las Alas del Amor, como una débil calabaza, corre, con su fuego abrasador, hacia el Señor de la Sabana, diciéndole:

--"¡Amado, Amado, Amado!: tómame entre tus brazos y vayámonos rápidamente, sin perder un minuto, al vado de Agbañiam." -decía, deseosa, entre inflexible y suplicante.

Algunos de sus amantes lloran y otros, aun con lágrimas en los ojos, se ponen en camino armados de cuchillos hacia el Vado de Agbañiam...


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