El nuevo concepto de la política española de principios del siglo XXI, que se está difundiendo por la red, es el pepesoeismo. Término éste derivado de la conjunción de los partidos políticos PP y PSOE en uno nuevo: PPSOE. Los que han lanzado esta idea, se supone que son de izquierdas, quieren destacar que, por encima de sus disputas partidarias, estos partidos están de acuerdo en la defensa a ultranza del sistema capitalista y de la monarquía borbónica, heredada del franquismo, como institución; es decir: como marco en el que desenvuelven sus rencillas.
La fuerza del concepto de pepesoeismo radica, creemos nosotros, en minimizar sus controversias para que, así, el ciudadano (palabra muy repetida por el sr. Zapatero, jefe del PSOE) pueda dilucidar con frialdad lo que se esconde detrás de toda esa algarabía de debates electorales: si la corbata, debe ser así o asao... U otras controversias de menor cuantía.
Sin embargo, puede preguntarse, ¿si tan semejantes son, por qué la parte de ese PPSOE, llamada PP, se ha manifestado con tanta virulencia contra la otra parte, denominada PSOE, en estos cuatro últimos años?...
No tenemos una respuesta convincente. Tal vez todo radique en la diferente manera de encarar el porvenir. Diferencia que brota de su origen y de los intereses económicos que defienden.
Veamos: el PP hunde sus raíces en el franquismo. Es por esencia centralista ('España una y no cincuenta y una', gritan algunos de sus partidarios); y en la noche electoral de su derrota, Rajoy (jefe del partido PP) habló a sus partidarios de la gran nación que era España y que sonaba muchísimo a la consigna del partido Falange Española (así se llamó el partido del fascismo español): España una, grande y libre.
El PSOE, nace en otra tierra distinta: dentro de la clase obrera y fue derrotado en la guerra del 36-39 por el franquismo de donde procede el otro partido; el PSOE, pensamos, es más proclive a la descentralización.
Con el desarrollo del llamado 'estado de las autonomías', posiblemente, haya entroncado más el PSOE con la periferia. Y, sin manejar datos, porque no los tenemos, sospechamos que hay una lucha entre grupos económicos; a unos les interesará más la descentralización y a otros les convendrá el centralismo.
Todo ello, históricamente, no es nada nuevo porque a lo largo del tiempo se ha dado esa pugna entre la periferia y el centro.
En fin... no creemos que en la pugna lleguen a matarse entre ellos. Y más ahora que la clase obrera está debilitada y con unos sindicatos sumisos, domesticados.
Y, sin tener datos, ya decíamos más arriba que no los tenemos, no se nos olvida la opa de Gas Natural (Barcelona) contra Endesa (Madrid) y hubo una lucha feroz.