viernes, 22 de enero de 2010

José Mª Amigo Zamorano: Haití, el ejemplo de los ancestros


Ha tenido que pasar, desgraciadamente, un seismo (sismo dicen en Latinoameríca) para que Haití se levante de entre los postrados de la Tierra. Ella, que está hecha escombros, nos muestra su ejemplo histórico de lucha: se puede vencer al Imperio desde el mismo Infierno de la esclavitud. Y con ella se levantan de sus tumbas sus héroes: Louverture, Dessalines, Petion, Christopher... para mostrarnos el camino de la rebelión contra la tiranía, la opresión, la explotación, a los pueblos del mundo.

Y ese miedo al ejemplo de los muertos en los vivos es lo que llevan en la punta de sus armas los marines estadunidenses. El miedo a los rebeldes que aterrorizó, antaño, a las clases dominantes en Usa y Europa. El miedo a que el ejemplo de Haití cundiera en los campos de esclavos del Imperio. Ese miedo está latente aun en Usa y lo ha recordado hace pocos días un reaccionario televangelista. Ese miedo es el que ha animado a los helicopteros, aviones y barcos de guerra yanquis a invadir Haití. Un miedo ancestral. Un miedo de los ancestros esclavistas en la política de Yanquilandia. Eso es lo que llevan sus tropas.

Miedo y no otra cosa porque Haití ya no es 'La perla de las Antillas' de la que hablaban los franceses y que abastecía de azucar Europa, endulzando los gaznates de burgueses y aristócratas. Ya no es esa Haití que tenía 793 trapiches, 3150 añilerías, 789 algodonerías, 317 cafetales, 182 destilerías de aguardiente de caña, 50 cacaotales y tenerías, tejares, caleras... trabajadas por esclavos que se sublevaron venciendo al poderosísimo ejécito de Napoleon. Su artífice: Toussaint Louverture. Quien atraído con engaños, fue preso, llevado a Francia en la fragata Heros en la noche del 7 al 8 de junio de 1802. Encarcelado en una mazmorra, húmeda y fría, del fuerte Fort de Joux, murió, poco después, el 17 Germinal del año XI (7 de abril de 1803) Es decir, fue asesinado, lentamente, por orden de Napoleón, a cuyas tropas había derrotado, en toda regla, utilizando la misma táctica de guerrillas que los españoles.

Neruda tiene, en su 'Canto general', un poema dedicado a este 'Libertador'. El gran poeta de la negritud, Aimé Cesaire, escribió un ensayo titulado 'Toussaint Louverture. La Revolución francesa y el problema colonial'. Una traducción, al castellano, del mismo, se publicó en La Habana en 1967. Muchos han tratado, en diversos libros, a este personaje. Pero, en fin, habría que destacar, al cubano Alejo Carpentier -que ya trató en su novela 'El siglo de las Luces' la influencia de la Revolución Francesa en el Caribe- con su 'realismo mágico' en la novelita 'El reino de este mundo'.

Haití ya no tiene, hoy, esa importancia y esa riqueza de que hablábamos más arriba. Lo que tiene es su historia de lucha emancipatoria que esos esclavos, transformados en 'jacobinos negros', escribieron con sangre en los anales de la Historia de la Humanidad.

Ese ejemplo es el que las tropas del imperialismo Usa quieren abolir.

Estos días hemos podido leer en numerosísimos artículos las tropelías de las clases dominantes de Francia, Alemania o EE.UU. contra el pueblo haitiano al que, en venganza por su insumisión, han hundido en la miseria, pero sin poder borrar su gesta de rebelión.

También hemos podido darnos cuenta de que otros escritos han escondido esas canalladas imperialistas haciendo hincapie, sin embargo, en el desorden haitiano, la falta de gobierno haitiano, el pillaje haitiano, los robos haitianos... Narraciones que iban, sin duda, preparando el terreno para la invasión de ese ejército de mercenarios venidos de Yanquilandia con el objetivo no de ayudar a la reconstrucción de Haití, sino de impedir que el pueblo haitiano se autodetermine. Autodeterminación que bien pudiera conducir a decantarse por una alianza con la política de los paises del ALBA (Venezuela, Ecuador, Cuba...) Eso quieren cortarlo en agraz porque engrosaría la filas de los pueblos rebeldes.

De modo que esa es la misión de ese ejército: impedir la independencia de los hijos de los esclavos.

Ha tenido que ocurrir ese terremoto para que vuelva a nosotros la primera gesta antiesclavista vencedora de la Historia lograda por los haitianos para, además, alcanzar otra victoria en estos momentos quitándonos una venda un poco tonta: la vana ilusión en un Obama.

En Haití muchas cosas pueden suceder. Pero lo que no puede pasar es su ejemplo. El ejemplo de los ancestros.
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FOTO AP, La Jornada (México)