sábado, 6 de octubre de 2012

Abdelkebir Khatibi (*): Sacudiendo su cachimba -y C- (1)


¿De qué compite un pueblo con otro?
Acaudalado, el pueblo se entierra,
todo él, bajo el fango del dinero.
Empobrecido, el pueblo camina,
todo él, sangrando de su cuerpo.

Avasallar es apostar sus postreras armas.
Menospreciar es turbarse del propio horror.
Humillar es deleitarse de su desatino.

Yo te confirmo esta certeza, con clara sencillez,
para que la lucha de clases redoble su furor.

Si ahora mismo los pueblos avanzan,
mas luego patinan en la ignorancia.
Si hogaño se alternan en su desorden,
mañana se unen a virtudes constantes.

Y te muestro la diferencia para siempre
y añado así a tu harpa una vibrante cuerda.
Enuncio tu ebriedad signo tras signo.
Te enseño el placer que no es culpable.

Si todos los pueblos oprimidos cogieran las armas
bailarían orgullosos sobre el enemigo de clase;
pero 'orgulloso' es palabra para casar una frase.

No cedas a la ágil crueldad de mi lenguaje
a cada paso vacila entre el espejo doble.
Teje estera que atruena en arena vibrátil.


(1) Título nuestro. Versión libre a partir de una traducción de Rogelio Martínez Furé. Fragmento del poema 'Le lutteur de classe a la maniere taoiste-Poéme' (París, Éds. Sindbab, 1976. Coll. La bibliothèque arabe)