lunes, 23 de enero de 2012

El Padre de Husein o... (segunda parte) - D -


---Viene del post anterior

D)

Al día siguiente, por la mañana, cuando iba a salir al mercadillo de la plaza del pueblo a comprar, Axxia se puso el pañuelo en la cabeza, y se asomó al salón a despedirse de su padre que estaba sentado en el sillón de siempre leyendo unas suras del Corán.

-Papá, me marcho a la calle. ¿No sales hoy a pasear? Hace sol y se está muy bien en la calle aunque haya nevado.

-Si, en cuanto lea un poco mas saldré a encontrarme con el Padre de Husein.

Y se puso a reir. Eso animó a Axxia pues vio reflejado en su padre al bromista de toda la vida.

Si Axxia, efectivamente, salió al mercadillo, como nos dijo, hacia las 10 de la mañana, su padre debió permanecer leyendo el Corán hasta las 11'30; o sentado en el sillón; o mirando por la ventana tratando de acordarse de la razón por la que había ido al water porque de repente se le olvidó; él lo achacó a que el cambio de temperatura entre la cocina y el salón por una parte, que era agradable y los pasillos y el water, que estaban mas fríos, por otra, le había producido como un ligero mareo... bueno, no llegó a mareo: simplemente se ladeó para un lado al llegar al water; miró dentro y no supo a qué demonios se asomaba. 

Esta es una imaginación nuestra. Basada, eso si, en comportamientos que su hija observó a lo largo de días cercanos a los acontecimientos que tratamos de dilucidar y que nos trasladó a nosotros.

En fin... en todo ello debió de entretenerse; o eso es lo que nosotros pensamos. 

Lo cierto es que a esa hora de las 11'30 una vecina lo vio subir, derecho, por una calle que hay frente a la casa donde vivían. Hacia las 12 horas, aproximadamente, Mohamed, un compatriota marroquí, estuvo charlando con él un rato. En el curso de la conversación, recuerda, le dijo, entre otras cosas, que iba a encontrarse con el Padre de Husein en el Risco San Tuno, cosa que le rechinó en su cerebro pero que, como siempre estaba con sus bromas, no le dijo nada. 

Poco después la señora Rosario, dueña del piso en el que estaban de alquiler, contó que pasó a su lado sin decirle nada y como le llamara la atención la miró ausente contestándole con voz muy débil que quién era ella y que siguió su paseo. Luego hasta la 1 o la 1'15 pudimos averiguar poco de por donde estuvo. A esa hora lo vieron pasar por una calle cuesta arriba que da al parque de la fuente. Ya saben: el parque que hace de rotonda entre el castillo de Mas Gallo, el convento de San Tunante y el Risco San Tuno, de los que ya hemos hablado. Parece ser que saltó la cerca del parque, se acercó a la fuente a beber y continuó recto hacia el sendero que lleva a la pingorota del risco. Todo lo que a continuación les vamos a narrar son conjeturas, verosímiles pero conjeturas.

(seguirá) ---

El Padre de Husein o... (segunda parte) - C -


---Viene del anterior post

C)

Axxia, cuando su hermano cerró la puerta, se puso a fregar mientras pensaba en lo que su hermano le había respondido. Era muy inteligente. Lo había demostrado en sus estudios sacando notas brillantísimas. Estudios que tuvo que dejar cuando su padre fue expulsado del trabajo. Y ahora, ya un hombre asalariado, seguía demostrando su valía en diversos trabajos. El último, de panadero. Y no solo en los estudios y en el trabajo, en el deporte era un campeón. No había quien le ganara en casi nada. Por eso, porque era sobresaliente en lo que participaba y porque además tenía encanto, simpatía, generosidad y don de gentes, era tan popular en el pueblo que, al padre, le citaban por el nombre del hijo:  Padre de Husein.

Pero Husein no estaba en casa mas que unas pocas horas, no convivía el tiempo suficiente para atisbar cambios que ella comenzaba a vislumbrar en su padre. La relación se reducía a las comidas y cenas. Mas comidas que cenas porque Husein llegaba por la tarde, cansado, daba un paseo por la calle con los amigos, paseo cortico, cenaba y se acostaba pronto ya que la panadería abría muy de madrugada. Por eso las apreciaciones de su hermano, para Axxia, eran un tanto superficiales; o si no superficiales les faltaban los datos de un roce continuado con el padre para tener valor de consuelo consistente o para considerarlas parte de un abecedario; y aun teniéndolas en cuenta, porque, de verdad, Axxia se quedó con las palabras de su hermano... Pero... Pero no pensaba que tuvieran peso como para desechar sus temores. 

Tenemos que decir que Axxia no había dejado los estudios por asuntos propios de la economía familiar, no. Lo hizo de una forma natural. Las mujeres no estudiaban, generalmente, en el ambiente en el que ella se desarrolló. Su madre tampoco lo hizo. Por eso, cuando su progenitora, por desgracia, murió cuando ella tenía apenas catorce años la sustituyó, enseguida, automáticamente, dedicándose a cuidar a su padre y a su hermano. 

Si un tiempo soñó con trabajar o estudiar o hacer algo como mujer independiente o autónoma, fue algo que pasó como esas tormentas de verano en el valle de sus padres que duran unos instantes y pasan a otros valles. 

Luego la prometieron a un mozo de su pueblo. En principio estuvo angustiada, si, temiendo que la emparejaran con algún vejestorio. Hubiera sido una lástima pues era una moza de buen ver: ojos azules, labios ligeramente carnosos, cara ovalada y pelo negro azabache, de mediana estatura, piernas firmes y cadera un tanto pronunciada. No se cumplieron sus temores: el elegido fue un primo suyo con el que había jugado de niña; e incluso, ya adulta, en las vacaciones de verano, habló con él varias veces. Si bien, aunque nunca lo pensó como marido, le gustaba. Era un buen mozo. 

Sus pensamiento iban por esos derroteros y algunas otras variantes casi de lo mismo; por ejemplo: en cómo sería su vida, allá, en Marruecos, cuidando de sus hijos, de su marido y de los animales domésticos. Iba a ser duro pero estaba ilusionada. 

Y estos cambios de su padre, o lo que ella creía que eran desviaciones del proceder ordinario de su progenitor, la inquietaban. Sospechaba que podían trastocar sus planes de futuro. Tenía ese runrun aun sin saber hasta que punto podían variar o perjudicarla, ni si lo que observada tenía un poso objetivo o eran meras apreciaciones subjetivas.

(seguirá) ---

El Padre de Husein o... (segunda parte) - B -


---Viene del post anterior

B)

Durante la comida no hizo mas que mirar de reojo a su padre sin que le notara nada extraño. Habló de Marruecos. Recordó acontecimientos de la aldea donde nació, se interesó por el trabajo de Husein y recordó a Axxia que pronto vendrían los padres de su novio para hablar de la boda y concretar los preparativos de la misma. Como Husein le preguntara a su hermana sobre cuanto dinero les quedaba después de pagar el alquiler, los hermanos se centraron en las dificultades del día a día pues el padre, en paro, y la hermana, sin llevar un sueldo a la bolsa familiar, eran tres bocas para un solo sueldo. Las estaban pasando canutas. Pero Husein confiaba en ganar, para las fiestas de la localidad, dos premios: el de la carrera ciclista y el maratón. 

Su padre que parecía ausente y que no había intervenido en la conversación de sus vástagos los miró y habló del siguiente modo:

-Yo no tengo dinero, hijos, pero he pensado en colocar nidos en el Risco San Tuno para palomas mensajeras. Cuando las crías se hagan adultas nos podrán llevar a Marruecos y así no nos costará nada el viaje. O si no... mejor... montaré una fábrica de pompas de jabón. Nos metemos en ellas y el viento nos llevará a la aldea. Cuando estemos encima de nuestro pueblo pinchamos la pompa con una alfiler y caemos como en paracaidas. ¡Lo alegres que se pondrán vuestros abuelos!

Ellos no parecieron extrañarse. Él les sonrió. Luego, se fue al salón, se sentó en el sillón y se durmió. 

Axxia, aprovechando la hora y media que su hermano tenía de asueto, le expuso las inquietudes que la embargaban sobre el comportamiento de su padre. Para terminar contándole lo del 'suicidio del Padre de Husein'. Su hermano la escuchó atentamente sin compartir sus temores. Quitole importancia a las salidas de tono de su padre, arguyendo que siempre había sido así de chocante en sus invenciones. Y le recordó varias de ellas. 

-Por otra parte -decía- todo eso que me has contado, ese sueño, lo único que representa, creo yo, es su inquietud por llevar parado varios años. Pero eso lo superará en cuanto encuentre algo que hacer. Me tengo que ir al trabajo. Tranquila. Son imaginaciones tuyas.

(seguirá) ---

El Padre de Husein o... (segunda parte) - A -


2ª Parte

A)

Axxia, en la cocina, sacaba platos y cubiertos para poner la mesa. Ya tenía la comida preparada y nada mas que llegara su hermano Husein del trabajo la serviría. La calle se llenaba con la algarabía de los niños saliendo de la escuela. Son las dos del mediodía de una mañana soleada. Los rayos penetran por la ventana e inundan toda la estancia. Daba gusto estar allí sin la tiritona de otros inviernos. 

El frío pasado en estas tierras extrañas le hizo recordar que no tardaría en trasladarse a su país. Para siempre. Iba a casarse. Pronto. Si los proyectos no se torcían. Estaba deseando que llegase el día. Tener a él de marido. Volver a vivir otros encuentros como el que les ocurrió en el huerto del abuelo. Entre mediodía. Así llamaban al tiempo de la siesta. Cuando el sol arrecia. Ella lo esperó allí. Sentada debajo del peral. Apoyando la espalda contra el tronco. Le hacían cosquillas las hierbas en las nalgas. Entre sus piernas también le picaba. Y se arrascó. Amapolas reales lucián sus colores en el huerto. Las abejas y avispas libaban. Él abrió la puerta del huerto. Guapo. Encendido...

Por estos andurriales andaban sus pensamientos cuando oyó un grito. A su padre le pasaba algo. Acude al salón. Su progenitor, quien dormitaba en el sillón, abre los ojos a las palabras alarmadas de la hija  acerca de su estado y por la causa de su grito. La mira con pena:

-Axxia, hija mía, el padre de Husein ha muerto. Se ha suicidado. Lo acabo de ver con mis propios ojos. ¡Qué desgracia!

Y le contó lo que, según él, acababa de presenciar. Axxia lo escucha entre divertida e inquieta. 

Era su padre. Siempre bromeando. Pero últimamente sus bromas son muy extrañas y no deja de desconcertarla. Sin ir mas lejos, ayer le dijo que había dormido con Fátima. Pero Fátima, esposa y madre de Axxia, murió hace años. Y sonriendo Axxia le recombina: '-Papá, tus salidas no hacen gracia. Mamá murió. -¡Mira esta! Ahora le da por decir que Fátima está muerta -dice el padre dirigiéndose a Husein- Me lo vas a decir a mi que duermo junto a ella todas las noches... -Bueno, lo que tu quieras papá.' 

Así terminó la conversación. Tampoco le dio mucha importancia, la verdad. Porque, efectivamente, su padre ha estado bromeando toda la vida. Pero ahora salía con eso de que: 'el Padre de Husein había muerto', que lo acababa de ver él, precisamente él, en persona. Lo decía tan serio que a veces dudaba de si seguía con sus invenciones o se estaba volviendo majara. Porque,  ¿cómo podía haberlo presenciado si él era el Padre de Husein?... A no ser que se refiriera a otro Husein... Y además ¡que coños, que no! si estaba sentado en el sillón, había estado toda la mañana... Ella era testigo... Además, lo que le había contado tenía todas las trazas de ser un sueño... Bueno, mas que sueño pesadilla.

-Papá, ¿vas a salir a pasear por la tarde?

-No. Ya he paseado por hoy. Estoy cansado. Mañana saldré.

Axxia mirando su padre no sabía si reir o llorar. Se dio la vuelta y fue a la cocina. Pronto vendría su hermano Husein del trabajo y tenía que poner la mesa.

(seguirá) ---