miércoles, 24 de enero de 2007

Iswe Letu: NUNCA COMPRES UN ESPEJO (1)


Nunca compres un espejo
(Collaje * 1)

Hay cuatro escuelas de danza en la India: el Bharata Natyam de Tanjore, el Kahthakali de Malabar, el Kathak de Norte y el Manipuri de Este. Una mujer danza delante de un espejo.
Oh, Indira, tu desnudez es el omega del mundo. Por ti la diosa Sarasvati toca eternamente su vina. Con todo mi rostro te reflejo.
Nunca compres / un espejo: / te dirá que lo mires. Y verás, acaso, los surcos que ha dejado en ti la senda que nunca se ha de volver a pisar. No la pisaremos nunca como cuando lo hacíamos danzando jubiloso/as igual que libélulas /en el oasis imantado de nuestro largo sendero; con la ineluctable alegría de acoger el Alba Nueva: el brillante resplandor del sol /reflejado en el curso del agua /indolente que murmura / viejos recuerdos embellecidos /de nuestra infancia común.
Una voz de niño absorbe las praderas y los hombres corren en todas direcciones por las calles; y saltan jubilosos desbordándose como yo de contento.
Alegría que estalla en mi garganta pues la besé y olvidé la hora del catecismo. Pequé lo confieso /confieso /que encontré las largas trenzas de sus cabellos negros /más hermosas que las de la /santa-virgen-maría.
En la chimenea crepita el fuego. Unas estatuillas hindúes enrojecen ligeramente. ¡Oh, Indira, tu desnudez es el omega del mundo y tu danza su ofrenda lírica.

Iswe Letu: NUNCA COMPRES UN ESPEJO (2)

Nunca compres un espejo
(Collaje* 2)

Ignoro todos los senderos del mundo –dijiste- pero tengo la paciencia del peñasco. Me sentaré de noche /en la frente de los nenúfares. En su corteza /descubrimos /un camino secreto que ignoran las ramas. Y con la cabeza vuelta al alba naciente, reconoceré cada recodo del camino para encontrar en el viento /los senderos que llevan al bosque natal.
Y como / esa arena fina /en el hueco / de una mano /en el pasado /donde el espíritu/solo /puede espigar. Y te alejaste de ti /hacia malezas /donde ya no te encontrarán. Y la noche te rodea como el mar que te fascina. Y la muerte a los ojos sube con la espuma. ¡Ah, lo que nos pasa siempre –a nosotros, los alucinados del azur- pero no de lo que somos simientes, amigo! El mar cuenta todavía el infinito /meciendo su péndulo.
¡Oh, Indira, el universo le parece honesto a las gentes honestas porque tienen los ojos castrados!
Pero tu ejecuta delante del espejo una danza hierática y violenta. Ante esto declaraste: pido la paz, la paz para el día, para el camino de las lavanderas bajo el orgullo negro de los pinos…
Paz para Rama Kam: tu cuerpo es la pimienta negra /que cantar al deseo; cuando amas Rama Kam /es el tornado que tiembla /en tu carne de noche de relámpagos / y me deja…
Pero recuerda, alguien te advirtió, a ese hombre que se va bailando /descalzo /por los senderos donde aún pinchan las espinas /de irritación. Y no olvides tampoco que las balas todavía decapitan las rosas /en las mañanas de sueño. Y que mañana, ¡ay! muchos párpados estarán /cerrados /para el día. Entonces no pudo tu lengua contenerse y grito:

Iswe Letu: NUNCA COMPRES UN ESPEJO (3)

Nunca compres un espejo
(Fin del collaje* 3)

¡Los pájaros se quedaron con su sangre-sol / y de ellos hablo hoy a falta de patria! Y agrego a tu arpa esta vibrante cuerda: ¡Sin los ríos de la emoción /nada nada se reúne! Antes que el Destino celoso te reduzca a /cenizas para alimentar las raíces de la vida, antes que se acalle el sufrimiento /la voz truena como una victoria: ¡Ni salvación sin tierra, ni salvación sin grito! Eres mi poesía activa. Te amo.
Canta, canta, canto un poco, si no es para el orden funerario lo será para el cortejo: mi azul mi abril mi estrella fugaz /mi vida se aleja a retrocesos; en los caminos de lo invisible / el viento arrastra los convoyes del otoño /vértigo de hojas traicionadas por los veranos. Los limbos de octubre / recubrieron nuestra vida con un polvo argentado.
Este cuerpo lo entreveo: /martillado por los días /asaltado por el tiempo. Las primeras arrugas… ¿por qué tiene que traicionar la carne?... ¡Cuán doloroso es, oh madre, /saber que así he envejecido y no verme! Nunca mires /un espejo: /te enseñará a mentir.
Pues, ya que hemos perdido la sed, el hambre, todo lo que era y resultó ser nada, tan solo nos queda, hermanos míos, escribir con letras mojadas en lágrimas o…
Objetos inanimados, ¿tienen ustedes alma?... Lo leímos en la plana de sucesos: ayer por la noche un increíble accidente costó la vida a una cover-girl hindú. Fue literalmente apuñalada en su estudio, por los fragmentos de vidrio de un gran espejo de pie que de pronto se rompió. Fue encontrada en el piso totalmente desnuda…
¿Cuál de esas danzas, que decíamos más arriba, ejecutaba la bailarina cuando fue apuñalada por miles de fragmentos del vidrio que estalló?...
Nunca mires /un espejo: /te enseñará a mentir.

(*)Compuesto a partir de versos de poetas como Amrani, Amruh, Andrianarahinjaka, Avanga, Aziza, Benyelun, Cissoko, Chédid, Dadié, Diajaté, Diop, Dongola, Farad Syad, Fersi, Flici, Gologó, Ibrajim Sow, Jair-Eddin, Kacem, Kayo, Krea, Laabi, Maunick, Machado, Mansura, M’Jamsadchi, Mutabaruka, Mvondo II, Ngandé, Numé, Nyunai, Blas de Otero, Rabearibelo, Rabemananjara, Senac, Senghor, Tati-Loutard, Tidafi, Tshiakatumba, U’tamsi y Yacín.