domingo, 17 de diciembre de 2006

José Mª Amigo Zamorano: Almendros en Flor


ALMENDROS EN FLOR


Esta tarde he estado partiendo almendras. De mis almendros. Y me he acordado de lo hermosos que son cuando están florecidos. Hasta el tronco parece iluminado con otra luz.

Algo de eso dicen de las mujeres cuando están preñadas. Preñadas parece más tosco que embarazadas. Pero no es así, es tanto o más hermosa la palabra 'preñez'. Y es que hay mucha memez en el habla de hoy en día. Muchas veces producto de la ignorancia del hablante.


¡Ah, estaba escribiendo del árbol del almendro!

En Castilla los almendros se adelantan en su floración con respecto a otros árboles. Son como la vanguardia de la primavera en el invierno. Pioneros de la luz y a veces, muchas veces, sufren en madera propia ser los adelantados de las masas arbóreas. Vienen las heladas y los abrasan.


Puede que no sirva de símbolo de la lucha del Hombre para liberarse de la alienación. Como no sirvieron en su tiempo Los Comuneros (en Castilla) Los Hirmandiños (en Galicia) o los seguidores de Tomás Munzer, Los Anabaptistas, en Alemania. Todos estos movimientos fueron aplastados. Con el consiguiente cúmulo de sangre, dolor y lágrimas.

Bueno, aunque a ellos de nada les valió, han servido de ejemplo a los movimientos de masas en no aventurarse en algo desconocido pues puedes caer en alguna celada.

No a todos los hay que le sirven de ejemplo, algunos siguen floreciendo, como los almendros, en pleno invierno. No aprenden. Pero, ¡que hermoso es mientras dura! Como los almendros florecidos.

Iswe Letu: Recordando a Victor Jara


Ahora que el Pinocho la palmó y todo el mundo ha tratado esta muerte... de viejo (hasta yo) conviene recordar, sí, a Victor Jara. A su asesinato por parte del Pinocho. Recordamos así a todos los asesinados y torturados y desaparecidos.

Dicen, los que lo vieron, que lo torturaron porque odiaban sus canciones. A otros los torturaron para sacarle algo; como al médico de Allende, por ejemplo. Pero a Victor Jara, ¿qué podía saber?, nada. Odiaban lo que cantaba. Así son los fascistas. Así fue el Pinocho.


Recordamos esta canción casi premonitoria de muchas muertes:



Muy bien, voy a preguntar,
por ti, por ti, por aquél
por ti que quedaste solo
y el que murió sin saber,
murió sin saber por qué
le acribillaban el pecho
luchando por el derecho
de un suelo para vivir.
¡Ay, que ser más infeliz
el que mandó disparar,
sabiendo cómo evitar
una matanza tan vil!
Puerto Montt, oh Puerto Montt
Puerto Mont, oh Puerto Montt.


Victor Jara