miércoles, 5 de enero de 2011

Historias de esclavos: Fingimientos, subterfugios (*)

Historias de esclavos: Fingimientos, subterfugios (*)

 La mayor parte de los propietarios se encontraba de vez en cuando con un esclavo que le había engañado 'fingiéndose inútil' o usando algún otro subterfugio. Ejemplos: un negro se echó mostaza en la lengua para que el médico que tenía que auscultarlo estimara que estaba enfermo; otro convenció a su amo de que el reumatismo lo había incapacitado totalmente, hasta que un día se descubrió que era capaz de remar con fuerza; un propietario de esclavos encontró a dos de ellos quejándose (grunting era el término usado): uno de ellos lamentándose de una parálisis parcial y el otro de paraplejia; enseguida observó, no obstante, que 'movían con facilidad sus miembros cuando les daba la gana'; durante varios años un esclavo de una plantación de Mississsippi eludió todo trabajo logrando convencer a su amo de que estaba a punto de volverse ciego; sin embargo, tras la guerra de Secesión, consiguió 'llegar a recoger hasta dieciocho cosechas por su propia cuenta' convirtiéndose de ese modo en uno de los 'más importantes granjeros de la región' (1).

(De la obra de Kenneth M. Stampp titulada 'The Peculiar Institution', 1956)

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(*) Título nuestro
(1) Southern Cultivator, XVIII (1860), p. 151.