lunes, 24 de septiembre de 2012

Pablo Neruda: Del aire al aire (*)


DEL aire al aire, como una red vacía, 
iba yo entre las calles y la atmósfera, llegando y despidiendo, 
en el advenimiento del otoño la moneda extendida 
de las hojas, y entre la primavera y las espigas, 
lo que el más grande amor, como dentro de un guante 
que cae, nos entrega como una larga luna.

(Días de fulgor vivo en la intemperie 
de los cuerpos: aceros convertidos 
al silencio del ácido:
noches deshilachadas hasta la última harina:
estambres agredidos de la patria nupcial.)

Alguien que me esperó entre los violines 
encontró un mundo como una torre enterrada 
hundiendo su espiral más abajo de todas 
las hojas de color de ronco azufre:
más abajo, en el oro de la geología, 
como una espada envuelta en meteoros, 
hundí la mano turbulenta y dulce 
en lo más genital de lo terrestre.

Puse la frente entre las olas profundas, 
descendí como gota entre la paz sulfúrica, 
y, como un ciego, regresé al jazmín 
de la gastada primavera humana. 
__________
(*) Título nuestro. Del poemario 'Canto general', parte rotulada como 'Alturas de Macchu Picchu'