martes, 17 de enero de 2012

El Padre de Husein o la inmersión en el olvido (1)

Prologuillo



Las desgracias que le ocurren a seres queridos o conocidos nos afecta. No en el mismo grado, pero nos afecta. Si son seres muy queridos como padres, hijos, amigos, camaradas... ahondamos en las causas. En un primer momento nos ciega el dolor y acusamos a este o aquel como causante del hecho. Luego, ya mas serenos, vamos comprendiendo de donde surgió la chispa que produjo el mal. 


Si son personas solo conocidas, y dependiendo de si las hubierámos tratado o no, nos quedamos tan solo con la noticia. Sin mas profundidades.  


En otros casos nos choca la noticia. Y ahí queda. Por ejemplo: fulano de tal se murió, la señora de zutano se separó del marido, el joven aquel lleva tiempo sin salir de casa o el de mas allá riñó con su mejor amigo... Así una infinidad de situaciones que suceden a nuestro lado sin conocer el origen de ello. Muchas proceden del mismo centro, sin que los que las padecen se percaten. Otras, las menos, puede que atisbemos algo de su causa. 


El remedio, no siempre, está en tener conciencia de la maldad y combatirla unidos. Pero, en general, se ve como una cosa que viene porque si. Algo fatal. Y así les va de bien a algunos de los causantes.

Lo que aquí se cuenta, sobre todo en una primera parte, proviene de Axxia. Ella es la única fuente, el singular testimonio que nos trasmitió antes de irse. Axxia, la hija del Padre de Husein (*),  hermana del mismo Husein, es la fuente originaria. 

La segunda parte lo hemos averiguado o imaginado nosotros. Es de nuestra cosecha. Fácil de entender. Creemos. Y difícil, aunque no imposible, en ambas partes, deslindar los hechos de lo que pudiera contener, ideas o imaginaciones del narrador, pues forma ya un todo en que las partes, unidas, pierden su individualidad casi del todo. 

De modo que aquí tienen un cuerpo relativamente íntegro, total. Un collage de objetividades y subjetividades unidas. Así creemos que lo es siempre, por mas que se quiera desgajar, separar, artificialmente, lo estrictamente objetivo de la sustancia subjetiva que, sin ningún genero de dudas, acompaña lo sucedido cuando se traslada a la escritura. 

Y lo es porque, siguiendo a Bergamín (Don José), estamos seguros que son sujetos, tanto los que tratan de escribir sus impresiones, vivencias, o sentimientos, como los que se limitan a trasladar lo visto u oído aunque sea ajeno a ellos. Ninguno de los actores en ambos casos es objeto sino sujeto que está en él y no fuera. 

1ª Parte

A)

Lo que a Axxia le contó su padre tan vívamente, pues acababa de sentirlo, desgraciadamente, fue mas o menos así:

Al salir de paseo una mañana de enero, lo primero que vio, tras abrir la puerta de la calle, fue, enfrente, al Padre de Husein, que no era él, dándose de cabezazos contra la marquesina de la parada de autobuses. Y, claro, le llamó la atención; lo hizo por dos razones: primero, porque se estaba haciendo daño y segundo, porque los golpes molestaban a los vecinos. Y el Padre de Husein, -y se reafirmó en que no era él, por si acaso podían confundirlo- a pesar de mirarlo con esos ojos negros de fiera acosada, no hizo otra cosa que responder, sorprendiéndole, mansamente :

-Perdone usted. No quiero molestar a nadie.

Y el andariego personaje mañanero, que dijo que no era Padre de Husein, cerró la puerta y, desviándose a la izquierda, emprendió camino hacia la denominada 'Pradera de los Monjes', urbanización de nueva construcción, donde antes había trabajado de albañil el Padre de Husein (no él) y al que echaron a la calle cuando comenzó la crisis económica capitalista; crisis que suelen llamarla, muy gráficamente, 'explosión de la burbuja inmobiliaria'. Efectivamente, la economía del Capital explotó, estalló y... ¡boom!... dio de pleno en esa urbanización y en la cara del Padre de Husein y otros muchos padres, hijos, sobrinos y demás familia... 

Paró un momento. Volvió la vista atrás y contempla al Padre de Husein con las manos en la cara, como hundido, o apesadumbrado, o derrotado... Al menos eso pensó.

-Desde que se quedó sin trabajo anda muy mal -dijo un vecino que pasaba, sin que el paseante le preguntara nada.

-Pero tiene a su hijo, a Husein, que es un manitas y trabaja por el padre y por su hermana.

-Ya. Lo que pasa -aclaró el vecino- es que ya no puede enviar dinero a sus padres. Además, la casa que estaba construyendo, allá, en Marruecos, ha quedado a...
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(*) En un momento del relato se explicará el porque todo el mundo lo apodó así

(Seguirá) ---