Dan las 12 campanadas. Nos asomamos a la ventana. En el cristal alguien a puesto algo así como: long live roc and rol 2007. Por la calle unos jóvenes emigrantes, creo que de origen marroquí, se lanzan contra una de las torretas (bueno, torretas no, algo parecido que tiene la telefónica por las calles para llamar) para arrancarle el auricular. Otro se lo impide. Van algo borrachos.
Pronto acudirán a cantarle las cuarenta a los imanes de sus pueblos. Se pierden en la calle gritando: ¡Feliz Navidad!. Con acento exótico. En el fondo están protestando contra este tinglado navideño. Tinglado del que se siente un poco marginados. No lo sienten: ni para bien ni para mal. Son los hijos proletarios de la emigración campesina del Africa árabe. Cuando lleguen a los pueblos de sus progenitores harán una pequeña revolución.
Ya ocurrió antes con los emigrantes e hijos de emigrantes de los españoles cuando se fueron a Europa. Pero entonces había organizaciones que les educaban en la conciencia de clase. Ahora eso no existe. En cambio existen organizaciones islamistas que les pueden proporcionar, sino conciencia de clase, bombas para matar gentes que serían sus hermanos de clase si la tuvieran. Pero como no la tienen, matan a cualquiera. Para ellos: todos son blancos e hijos de puta: los patronos y los obreros. Pero la vida da muchas vueltas y esperemos que de todo este maremagnun salga algo bueno. Esperemos.