Tomado de: $>Jean-Joseph Rabearivelo: Amanecer
Camaradas, amigos, una pregunta tan solo:
¿No habéis visto ya a la aurora dirigirse,
como una coqueta, al paraíso de la noche?
Pues contemplazla ahora mismo, que retorna
por los anchos senderos del cardinal Este
invadidos, llenos, de gladiolos floreados:
toda ella embadurnada, maculada, de leche
como una niña criada antaño por terneras:
sus manos, que sostienen una antorcha,
están negras y azules cual labios infantiles
hartos de masticar las moras de las zarzas.
La anteceden, se escapan, alzando el vuelo,
los pájaros que, en la celada, ella encerró.
Jean-Joseph Rabearivelo
('Amanecer', versión libre, muy libre, por José Mª Amigo, de este poema del libro 'Presque-Songes', 1934)