"--Te acuerdas de Maiko, la prostituta japonesa.
--Por supuesto, Jean. Aquella pequeña y frágil mujer.
--Servía a la gente nada más que para ganarse la vida. Yo no soy diferente a Maiko. Me avergüenzo.
--La comparación es extrema.
--Piénsalo.: a mi me pagan por complacer (pintando) a la gente que no tiene relación espiritual o emocional conmigo. En arte, eso se llama prostitución. Tu eres afortunado por escribir lo que sientes. Yo no puedo (hacerlo pintando)."
(cita de la novela de Pramoedya Ananta Toer, 'Hijo de Todos los Pueblos', página 68. Editorial Txalaparrta. Tafalla, marzo 1996)
(*) El título se lo hemos añadido
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