martes, 27 de abril de 2010

Jesús Mauleón: Llanto en el origen del lodo / Negarra lohiaren sorreran

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(En el paraje de Iruzcun, en Ollacarizque-
ta, desde diciembre de 1936, fundían 
su desamparo en nueve fosas comunes)

Antes del tiempo y los temores
que hicieran reunir sus granos a la espiga,
antes de la erección de los rastrojos,
antes que el cierzo y el rubor del alba,
antes aun que el odio y los balidos
y la estupefacción de las ovejas,
cuando las azuladas rocas no eran duras
ni fiero el sol ni fugitivo el viento,
antes que el moho fuese y se asentara
en el lóbrego pubis de la noche,
antes de las orillas y el origen
del río
cuando del buitre la palabra fusca,
la desnudez untuosa de su cuello
no existían aun,ni los humanos dedos
se alargaban al odio de las uñas,
antes de que la pólvora y las nubes
amasaran los músculos del trueno,
mucho antes que los ojos, los gatillos,
la madrugada atónita, las telas de la mugre
y las nocturnas vendas al lucero
del alba,
antes de los sembrados y las fraguas,
antes del vino, el pan y los cuchillos,
antes del agua y el amor, cuando no había
ni frío ni calor y aún no temblaban
las madres en el beso,
antes de los abrazos de la lluvia,
antes de las montañas y el silencio
final de los amantes,
antes del día y de la noche, el huracán sin puertas,
el sí y el no, los bultos perseguidos,
aún muchos siglos antes que la savia y el lloro:
me muero aquí, me espanto, me arrodillo,
beso esta tierra, apoyo mi mejilla
sobre la hierba que de lo hondo naces,
pongo los labios
sobre la escarcha pura, bebo la memoria
fresca de vuestros huesos silenciosos,
llamo a un coro de niños
que repare la voz de vuestras muertes mudas,
culpo a la negligencia de las rosas,
al olvido violado de los lirios,
reprocho con dolor por su tardanza
a los desmemoriados crisantemos,
ciego levanto el puño a los cipreses,
tan pertinacess en su dura ausencia,
abro los brazos para alzar con ellos
la cruz amparadora
que no tuvísteis nunca,
lloro y lloro sin fin para engrosar las lágrimas
de las que nadie supo.
Debajo de esta tierra
gime un coro de truenos destronados,
arados, vientos, fraguas y motores
zureos de garlopas, bieldos, desbocados
martillos, paletas de albañiles
aleteantes en el aire pútrido,
hoces en el andamio de la ira,
azadas mensajeras, clavos, vidrios
sobrevolando el ras de vuestros cráneos lisos.
Llamo a un coro de niños
que componga la voz de vuestras muertes rotas,
vende la paz, ordene las fragancias,
embalsame la luz de la memoria herida.
Llamo al coro lustral de los que nunca vieron
no oyeron, de los nacidos
más allá de los pechos
allanados, de las frentes
perdidas,
----------llamo a la sal, la espuma
y a unas voces que rompan
en los dientes del mar
aún antes que la noche, el alarido
errante de los peces,
antes que la agitada sed del viento, antes
que la inocencia, el miedo y el origen,
antes.

(De 'Pie en la cima de la sombra')

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(Traducción al euskera:


Iruzkungo paraje aldean, Ollakarizketan, 
beren babesgabezia urtzen zeuden 1936-ko 
abenduaz beroztik bederatzi hobizulo ko-
munetan

Denborak eta ikaraldiek
bihiburuari bikorrak bilerazi baino lehen,
galtzuak jaso aurretik,
ifarraizearen eta algen lotsagorritzea baino lehen,
ardien gorrotoak, marruak
eta harridurak ere baino lehenago eta aurretik,
harritontorrak oraino gotor ez zirenean
eguzkia anker ez eta haizea ere ez iheskor,
lizuna izan eta ilunaren hankartean
pausatu baino lehen,
lehenago urbazterrak eta
errekaren iturria baino,
buetraren mintzo ilunik edota
haren lepasoil gantzusurik
ez zenean eta giza hatzazaletaraino
gorroturik luzatzen ez zenean, 
polbora eta hodeiak trumoiaren
giharre bihurtu baino eta ere lehenago,
begiak, gatilloak, egunsenti balditua,
zolda azalak eta goiz izarrari zatar
gauezkorik jarri baino askoz ere lehenago,
landak eta sutegiak baino lehen,
ura eta maitasuna baino lehenago, oraino
hotzik eta berorik ez zenean eta dardararik ere
ez zutenean amek muin egiterakoan,
euriaren besarkadak baino lehen,
mendiak eta maiteminduen azken isiltzea baino lehen,
lehenago eguna eta gaua edota haizerauntsi ategabea baino,
baietza eta ezetza, moltzo jazarria baino lehen,
sabia eta negarra baino gizaldiak eta gizaldiak
aurreragotik:
hemen nagi hiltzen, izulaborriak, belauniko,
muin dagiodala lurrari, azpi-azpitik datorren
belarrari masaila pegatsirik,
pausatu ditut ezpainak
izotz garbiaren gainean, zurgatu dut
zuen hezurtza isilen oroitzapenfreskoa,
egin dio haur-koru bati dei
zuen heriotz mutuen ahotsa zuri dezan,
kulpatu dut arrosaren baldankeria,
lilien ahaztera botxatua,
krisantemu memoriagabetuei gaineratu diet minez
beren luzantza, jaso dut akabila zipresetaruntz
hain direlako ausentzia egoskorreko,
zabaldu ditut besoak sekula izan
ez duzuen gurutze babeskorra goratzeko,
eta negar eta negar dagit bukaezinean
inork ezagutu ez dituenenmalkoak
mardulago ditezen.
Trumoi destronaturaren koru bat osoa
dago emen lur honen azpian,
goldeak, haizeak, sutegi ta motoreak
arrabot urrumadak, argin auseak
aide usteletan hegalarrotuak,
gorroto andamiotako igitaiak,
aitzur mezulari ta iltzeak, bidrio
kaskezur soiletan hegarrasoan derabiltzazutenak.
Haur sail bati dagiot oju
zuen heriotz hautsiaren ahotsa osa dezan,
bakea bendatu, usasain gozoak tajutu
eta oroitzapen zaurituaren argia
igurtzi dezan.
Sekula ikusi edo entzun ez duenaren,
bular zapatak baino harago,
eta kopeta galduak ere baino harago
jaio zirenen koru garbitzaieari
dagiot oju,
-----------gatzari, aparrari
eta horko zenbait ahotsi
ziska dezaten gaua baino lehen,
arain erratuen alaraua baino lehen
eta inozentzia, beldurra eta
hasiera bera ere baini lehen.)

(Del poemario "Antología Poética Vasca" (1) -Frankismoaren biktimei eta askatasunaren aldeko borrokariei omenaldia-", páginas 138, 139, 140, 141, 142, 143; Ediciones Vanguardia Obrera, S.A. //ya desaparecida//; calle Libertad, 7 tercero-derecha, Madrid 1987; traducción al euskera: Jon Arzallus Eguiguren (2); ISBN: 84-96293-38-3; D.L.: M-11182-1987; imprime: Gráficas Maluar, Sdad. Coop. Ltda)
(1) Antología dentro del 'Homenaje a las Víctimas del Franquismo y a los Luchadores por la Libertad'
(2) Que este poema sirva además para recordar la labor de Jon Arzallus Eguiguren quien tantos poemas tradujo y que no ha sido nombrado como se merece.

jueves, 22 de abril de 2010

Pederastia: la ambigüedad clerical


Tomado de:  http://www.jornada.unam.mx/2010/04/22/index.php?section=edito

Ayer, durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, en Roma, Benedicto XVI se comprometió a que habrá acciones de la Iglesia católica para contrarrestar el escándalo por abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes, que en los meses recientes ha hundido a esa institución en un descrédito internacional.

Lo dicho por Joseph Ratzinger podría ser saludable y plausible si no se expresara en un discurso ambiguo y confuso de la jerarquía vaticana en lo que toca a las acusaciones referidas, y por una renuencia a reconocer la cuota de responsabilidad que a ella misma le corresponde en estos episodios. El propio Ratzinger ha insistido en días recientes, ante los numerosos señalamientos de abusos cometidos por sacerdotes, en llamar a los católicos a hacer penitencia para restañar a una iglesia herida por nuestros pecados, pero ha eludido referirse a esos casos como lo que son: delitos que deben ser sancionados conforme a las leyes seculares y que han permanecido impunes debido a una vasta red de encubrimiento que involucra a la jerarquía eclesiástica y a las autoridades civiles de distintos países.

 Una incongruencia aún peor fue exhibida ayer por el alto clero español, el cual se congregó en una misa de desagravio en la que los obispos ibéricos expresaron a Ratzinger su adhesión incondicional, y en la que el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, señaló que el poder del mal arrecia con inusitada fuerza contra el actual pontífice. Tales declaraciones resultan lamentables por partida doble: por un lado, porque en la circunstancia actual los actos de desagravio no tendrían que ir dirigidos al obispo de Roma, sino a las víctimas de las agresiones sexuales cometidas por clérigos; por el otro, porque al vincular las acusaciones de pederastia con conceptos de filiación teológica, como el poder del mal, los religiosos españoles restan credibilidad a las demandas de justicia y esclarecimiento procedentes de diversas feligresías, las cuales parecieran quedar reducidas, con tal expresión, a la condición de instrumento de Satanás.

Por lo que respecta a nuestro país, una actitud semejante ha podido observarse en la respuesta de la jerarquía eclesiástica a la nueva demanda –interpuesta anteayer en la Corte Federal de Los Ángeles– contra los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony, por presunto encubrimiento del cura pederasta Nicolás Aguilar. Los intentos de la arquidiócesis de México por minimizar acusaciones de larga data y hasta ahora no desmentidas en contra del obispo mexicano, van en contra de lo dicho por éste en días recientes de que no tolerará ni defenderá casos de abuso sexual cometido por sacerdotes. Si Rivera es inocente de los actos que se le imputan, no hay razón para que no se someta al proceso legal correspondiente ni para que el arzobispado siga resistiéndose mediante triquiñuelas legales al esclarecimiento judicial de los señalamientos referidos; en la medida en que esto no ocurra, el supuesto compromiso formulado por el purpurado quedará ante la opinión pública como un mero acto de simulación.

En suma, la Iglesia católica no podrá remontar la caída de su credibilidad y su propio desprestigio en tanto persistan las posturas arrogantes y los baños de pureza con que ha respondido hasta ahora a las acusaciones por los casos de pederastia. Es necesario que los jerarcas de esa institución a todos los niveles muestren un cambio de actitud, y que se apresten, con voluntad efectiva y buena fe, a colaborar con las autoridades seculares en el esclarecimiento y la impartición de justicia por los cada vez más numerosos casos de abuso sexual y de encubrimiento que han ido saliendo a la luz pública en años, meses y semanas recientes.

http://www.jornada.unam.mx/2010/04/22/index.php?section=edito

La foto, a modo de ilustración, se la hemos puesto nosotros tomada de Internet

miércoles, 14 de abril de 2010

14 de Abril: ¡Viva la República!


14 de Abril: ¡Viva la República!

España mañana será republicana

Manifestación contra la crisis capitalista y la monarquía borbónica - Sábado, 17 de abril - 18.30 Cibeles-Sol


¡¡Contra la crisis capitalista y la Monarquía borbónica!!.


¡¡Contra la constitución antidemocrática de 1.978!!.

¡¡Por la soberanía popular y la autodeterminación de los pueblos!!.

¡¡Viva la III República!!

martes, 13 de abril de 2010

Pedofilia eclesial en Santa Clara de Avedillo

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Animados por un amigo a que hiciéramos esfuerzos por recordar algún caso de pedofilia de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de España, nos vino a la memoria un sucedido en Santa Clara de Avedillo, pueblo de la provincia de Zamora.

Pueblo que tiene una iglesia sin duda digna de mencionarse y una ermita recoleta que está entre árboles a la vera de un arroyuelo. El pueblo, bueno la mayoría del pueblo, celebra una fiesta que llaman de la Santa Cruz y es a primeros del mes de mayo, si no recordamos mal.

Pueblo quien, como la mayoría de los pueblos de Castilla, se está despoblando; no por pedofilia ni porque se esté mal, no, porque es un pueblo muy agradable. Es que el campo  se está quedando sin trabajadores.

A lo que íbamos: corría la década de los años sesenta del siglo pasado. En plena dictadura franquista. Quien, como todo el mundo sabe, o debería de saber, estaba íntimamente unida a la iglesia de Roma por unos fuertes lazos. Tantísimos que, en la represión sangrienta, contra los leales republicanos españoles, los curas fueron los primeros en mandar al patíbulo a cuanto rebelde republicano hubiera en sus parroquias. Es decir: estaba unida a la dictadura con lazos de sangre.

En ese ambiente, una maestra de Santa Clara de Avedillo nota algo raro en una alumna. Una niña de 8 o 10 años. La interroga. Suavemente. La niña se le abre. Se le echa en sus brazos llorando. Por lo que averigua la maestra el cura a intentado abusar sexualmente de ella. La profesora la tranquiliza. Pero pone en conocimiento del asunto a la familia. Suponemos que sería un palo para esa familia. Un varazo tremendo. Lo que si sabemos es que el padre, lógicamente, lo tomó muy mal. Se enfureció. Se descontroló. Se salió de sí. Se salió de madre, desbordándose. Cogió la escopeta de caza, salió a la calle y avanzó decidido hacía la casa del cura pedófilo. Al doblar una esquina se dio de bruces con un amigo. Y con varios vecinos. Quienes más serenos lo detienen. Hablan con él. Intentan convencerlo de que lo que va a hacer es muy peligroso y desgraciado. De tal manera que lo único que va a conseguir es desgraciar a toda la familia. A hundirla en la miseria. Y no merece la pena. Al fin y al cabo el burro salido del cura no ha llevado a cabo lo que pretendía porque la niña se le ha ido corriendo de su abrazo pegajoso. Tiene que tranquilizarse... El hombre se aquieta. Le da la escopeta a uno de los vecinos, por si acaso, porque no está seguro de lo que puede hacer. Y vueve a casa con el amigo y los vecinos.

Como es un pueblo pequeño la noticia corre. Enseguida se entera del suceso todo el pueblo. Es un golpe moral a sus creencias. Las mujeres se escandalizan. Hasta las de mayor edad boicotean las ceremonias religiosas. Las misas se celebran con el templo sin feligreses. La iglesia se vacía de fieles. Es la ruptura total. De momento.

Poco después el cura se va. Mejor dicho: lo trasladan a otra parroquia.

Por supuesto, de esto no se entera nadie. No sale en la prensa. La radio no dice nada. Solo los vecinos de ese pueblo y de pueblos aledaños saben algo.

Los píos y pías de Santa Clara de Avedillo retornan al templo. Ha llegado un nuevo cura. También católico, apostólico y romano. Todo vuelve a su ser como si no hubiera pasado nada. Pero pasó. Y nada se va sin dejar su huella. Este escrito es la marca dejada.

El cura pedófilo como burro empalmado, ¿volvió a hacer de las suyas con alguna otra niña?

¡Ah! Eso no sabemos. Pero, si lo hizo, desde luego nadie se enteró. Ya se encargaba la dictadura franquista y la jerarquía eclesiástica católica, apostólica y romana, de entoñar todo crimen con el silencio. Allá por la década de los sesenta del siglo pasado.