La sentencia del tribunal que ha juzgado acerca de la carnicería de gente trabajadora en Madrid el 11 de marzo de 2004 ha descartado a Eta no habla de autores intelectuales. A eso se han agarrado, no podía ser de otro modo, los partidos mayoritarios como perros al hueso; uno (el PSOE) repite: no ha sido Eta; y el otro (el PP) no apea de los labios: no se ha averiguado el autor intelectual.
Aparte de la pugna política que demuestra lo poco que les importan las víctimas que podríamos ser cualquiera de nosotros, queremos referirnos a esa algarabía entorno al 'autor intelectual' al que ya se había referido el anterios mandatario pepero Aznar, Ansar para los amigos. Recordamos todos aquellas palabras de que los autores intelectuales se hallarían en yermos y montes cercanos, o algo parecido, con lo que quería apuntar a Eta y dirigentes marroquíes.
Esto de insistir tanto en autores intelectuales, nos muestras una concepción elitista, casi aristocrática, del devenir de la Historia en la que unos pocos piensan y dan órdenes y el resto de la población actúa como marionetas de ese poder pensante. Son, recordamos, las minorías selectas a las que se refería Ortega y Gasset y que luego hizo suyas el jefe de la Falange Española (variante del fascismo en España) J. A. Primo de Rivera con lo de 'minorías selectas inasequibles al desaliento'.
Pues bien, estas (las minorías), acostumbradas a la vida muelle, regalada, muchas veces ociosa, se consideran entes pensantes a los que otros seres, inferiores por supuesto, obedecen en todo: "¡Traeme el desayuno!... ¡Limpiame el culo!"...
Es la visión del señorito, del terrateniente, del general, del banquero, del cardenal, del patrono...
No conciben que desde abajo, desde las clases inferiores, pueda surgir una idea trascendente cuya materialización llevada a cabo por esos mismos individuos de cuna miserable pueda trastocar o conmover los objetivos programados de las élites pensantes.
Así, se ha despreciado en la prensa de la llamada conspiración a los autores de la masacre madrileña no por su acción (que también) sino porque las biografías llevaban a una humilde cuna. De modo que, "¿cómo iban ellos a saber la trascendencia de sus actos si son unos pobres imbéciles?". Es lógico que ante esta pregunta busquen a alguien que esté detrás pensando. Un jefe intelectual que les haya ordenado llevar el desayuno o limpiar el culo.
Fdo:Iswe Letu
(En otro post seguiremos con el mismo tema)