domingo, 27 de abril de 2008

Palabras (*) para el homenaje a José Mª Sánchez Hernández

Homenaje a José María Sánchez Hernández
Lugar: Salón de Actos del I.E.S. “López Aranguren”
Fecha: 25 de abril de 2008
Hora. 19:30
Ávila, 10 de abril de 2008

Hola Yolanda, como te dijimos esta mañana, a esa hora no podemos ir. Y lo sentimos. A mi compañera Puri, además, le cuesta ahora andar porque tiene dolores en el pie derecho. De modo que todo se une para impedir asistir a ese justo homenaje a un buen hombre, compañero amable, amigo sin tacha y camarada donde los haya. Comunicárselo a su mujer e hijo.
Hemos escrito estas palabras que van a continuación por si consideráis oportuno leerlas:
.
Cuando José Luis, ese compañero de CCOO, nos comunicó, por teléfono, la noticia de tu muerte, se nos puso un nudo en la garganta y no supimos qué decirte. Ahora, sí, te las vamos a decir; para ser más exactos te las vamos a leer, porque no somos de los que hablamos en público sin inmutarnos, sino que necesitamos el apoyo de un papel, de estas cuartillas; ya nos vas a perdonar si lo leemos entrecortadamente, si la emoción nos agarrota, si las palabras se nos quiebran, si la lengua se nos traba, pero tu comprenderás que no somos de piedra. Y más teniendo aquí presentes a tu esposa Tere y a tu hijo Aitor.

Ahora, si, como decíamos antes, queremos decirte unas cosas, José Mª Sánchez Hernández, amigo, compañero, camarada (así nos llamabas, porque lo éramos por encima de siglas, de partidos, de bandos, de banderías de izquierdas vividoras de política), maestro de niños y de adultos, José Mª Sánchez Hernández, sentías, sentíamos, como una bofetada en el rostro las injusticias de este muladar hediondo que es este mundo capitalista.

Decimos lo de las injusticias del mundo porque, aunque habías nacido en Ávila y habías dado clases a niños en Granada, todo ello dentro de España, era tu espíritu... como decírtelo... un espíritu del Hombre; del Hombre sin fronteras, ni razas; y, por lo tanto y como consecuencia, de la liberación del Hombre; y, por lo tanto y como consecuencia, de la miseria del Hombre; que quiere decir, sobre todo, de la clase obrera y de los pueblos más oprimidos del mundo.

Intentaste paliar el sufrimiento, poner un grano de arena en pos de la felicidad, a tu manera, de esos pueblos. Te comprometiste con el pueblo saharaui. Y por eso, en tu casa, disfrutaron, por ejemplo, algunos niños saharauis, a los que acogías, durante años; eras un hombre solidario; un hombre hospitalario; a nosotros también nos acogiste; nos diste hospitalidad; y no solo eso, cuando llegamos, desde Euskadi, a Castilla, hartos de estar allí, nos ayudaste.

Decimos hartos no porque estuvièramos hartos del pueblo vasco y su lucha; nunca se nos ocurriría hablar mal de ese pueblo, ni de sus 'borrokas' (luchadores), de sus 'abertzales' (patriotas), no; hemos admirado siempre su lucha, su resistencia; pero aun admirando su dignidad, su combate, esa no era nuestra lucha, ese no era nuestro anhelo; nosotros no éramos independentistas, ni 'abertzales', ni 'borrokas' en su sentido de la palabra, no; éramos luchadores por la República; nunca nos gustó esta monarquía, heredada del franquismo; hemos visto con desconfianza que, el jefe del estado, el rey, coronado por el dictador Franco, sea jefe de los ejércitos de tierra, mar y aire; porque, es un decir, si por una casualidad democrática ocurriera, como el 14 de abril de 1931, que el pueblo se manifestara por una república, ¿qué haría el jefe de los ejércitos de los ejércitos de tierra, mar y aire, que es jefe de estado y rey?... ¿se estaría quieto?...

Sabemos que esto, ahora, es una pregunta de ciencia ficción, pero ciencia en última instancia; de esto hablamos en numerosas ocasiones, ¿te acuerdas?... y por eso y por mas cosas éramos republicanos...

Pero nos hemos apartado, un poco, de nuestra llegada a Castilla donde tu nos acogiste...

Antes de seguir, amigo, compañero, camarada, José Mª Sánchez Hernández, tenemos que decir que, cuando hemos declarado nuestra admiración por el pueblo vasco y sus luchas, sus 'borrokas', sus 'abertzales', no nos estamos refiriendo a las acciones de Eta, que nunca hemos aprobado, por aquello que dice la Internacional de que 'ni en dios ni el reyes ni en tribunos está el supremo salvador, nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor', nosotros mismos, pero no solo por eso sino porque sus atentados terroristas no hacen mas que fortalecer a la más negra reacción derechista, al españolismo más rancio; cuando hablábamos de esa admiración, nos estábamos refiriendo a sus tesón independentista, sus empeño en conservar su lengua, sus costumbres, su idiosincrasia...

Decíamos que, cuando nos acogiste, también nos aconsejaste, nos acompañaste para que no camináramos como extraños; y cuando nos vimos solos ante la represión del Director Provincial de Enseñanza, de cuyo nombre no queremos acordarnos, por haber publicado un artículo de opiníón, solo por eso, tú, con otros compañeros de CCOO, nos arropasteis; es más estuviste a nuestro lado cuando los inspectores, de la alta inspección del estado, se lanzaron como buitres a interrogarnos; y, por último, cuando la depresión nos hundió, por un tiempo, en un pozo oscuro, nos llamabas por teléfono, casi diariamente, animándonos a seguir, a no dejarnos derrotar así como así, del mismo modo que Sancho le aconsejaba a Don Quijote en el lecho de muerte, a no dejarse morir.

Y ahora amigo, compañero, camarada... nosotros no hemos podido hacer nada por ti... ya no vendrás nunca, jamás, a visitarnos como nos habías prometido, no acudirás ya más a ayudarnos, a aconsejarnos, a animarnos... porque la Muerte, la Gran Hija de los Dioses, vestida de negro o de blanco, descorazonadora siempre, con su guadaña llegó y sin ninguna piedad, te llevó.

¡Qué pena, madre, qué pena! Porque la primavera venía cortando trozos de hielo. Dejaba ya asomar tímidamente las flores. ¡Qué pena, madre, qué pena! Porque el 14 de Abril se acercaba. Y el Primero de Mayo estaba, con sus rojas banderas, a la vuelta del último recodo, con sus rojas banderas de dignidad y de combate. ¡Qué pena, madre, qué pena!... que antes de que todo estos acontecimientos primaverales llegaran a ocurrir, te derramaste para siempre...

Pero no te has ido, no, amigo, compañero, camarada, permanecerás en el recuerdo para derrota de esa Gran Hija de los Dioses, de esa impía guadañadora, porque este homenaje es un arma contra 'el olvido oxidado que todo lo entierra'.

Ya el 14 de Abril gritamos, en tu honor, un ¡Viva la República! Y este 1º de Mayo, sus rojas banderas de dignidad y de combate, de la lucha obrera y proletaria, flamearán en tu recuerdo.

Y ahora, amigo, compañero, camarada, José Mª Sánchez Hernández, permítenos que para cerrar este recordatorio, nos dirijamos a tu compañera, a tu querida esposa Tere y a tu querido hijo Aitor, para, con palabras de otro camarada, del poeta Pablo Neruda, en su oda al 'Cactus de la Costa', os haga desterrar el desconsuelo, la desesperanza, la tristeza, la amargura, la soledad; decía así el poeta:

Oda al cactus de la costa

Pequeña
masa pura
de espinas estrelladas,
cactus de las arenas,
enemigo,
el poeta
saluda
tu salud erizada:
en invierno
te he visto:
la bruma carcomiendo
el roquerío,
los truenos
del oleaje
caían
contra Chile,
la sal tumbando estatuas,
el espacio
ocupado
por las arrolladoras
plumas de la tormenta,
y tú,
pequeño
héroe
erizado,
tranquilo
entre dos piedras,
inmóvil,
sin ojos y sin hojas,
sin nidos y sin nervios,
duro, con tus raíces
minerales
como argollas terrestres
metidas
en el hierro del planeta,
y encima
una cabeza,
una minúscula
y espinosa cabeza
inmóvil,
firme, pura,
sola en la trepidante oceanía,
en el huracanado territorio.

Más tarde agosto llega,
la primavera duerme
confundida en el frío
del hemisferio negro,
todo en la costa tiene
sabor negro,
las olas
se repiten
como pianos,
el cielo
es una nave
derribada, enlutada,
el mundo es un naufragio,
y entonces
te escogió la primavera
para volver
a ver
la luz sobre la tierra
y asoman
dos gotas de la sangre
de su parto
en dos de tus espinas solitarias,
y nace
allí
entre piedras,
entre tus alfileres,
nace
de nuevo
la marina
primavera,
la celeste y terrestre
primavera.

Allí, de todo
lo que existe, fragante,
aéreo, consumado,
lo que tiembla en las hojas
del limonero o entre
los aromas dormidos
de la imperial magnolia,
de todo lo que espera
su llegada,
tú, cactus de las arenas,
pequeño bruto inmòvil,
solitario,
tú fuiste el elegido
y pronto
antes de que otra flor te desafiara
los botones
de sangre
de tus sagrados
se hicieron flor rosada,
pétalos milagrosos.

Así es la historia,
y ésta
es la moral
de mí poema:
donde
estés, donde vivas,
en la última
soledad de este mundo,
en el azote
de la furia terrestre,
en el rincón
de las humillaciones,
hermano,
hermana,
espera,
trabaja
firme
con tu pequeño ser y tus raíces.

Un día
para tí,
para todos,
saldrá
desde tu corazón un rayo rojo,
florecerás también una mañana:
no te ha olvidado, hermano,
hermana,
no te ha olvidado,
no,
la primavera:
yo te lo digo,
yo te lo aseguro,
porque el cactus terrible,
el erizado
hijo de las arenas,
conversando
conmigo
me encargó este mensaje
para tu corazón desconsolado.

Y ahora
te lo digo
y me lo digo:
hermano, hermana,
espera,
estoy seguro:
No nos olvidará la primavera.

-------
(*) Nota:
Este texto es una ampliación de las palabras que pronunciamos en el homenaje a José Mª Sánchez Hernández. Todo esto nos hubiera gustado decir. Y aunque lo esencial lo leímos, hubo algunas cosillas que se nos quedaron en la mente y aquí dejamos constancia escrita. Como tampoco leímos la oda entera, sólo los 7 últimos versos, como hubiera sido nuestro deseo de haber sabido, con más tiempo, que este homenaje se iba realizar.

jueves, 24 de abril de 2008

Homenaje a José Mª Sánchez Hernández

El próximo día 25 de abril vamos a celebrar un acto en homenaje a José María Sánchez Hernández –José María, el de Peguerinos- recientemente fallecido. Muchos de los afiliados le conocisteis. José María fue un militante especialmente comprometido, modelo de luchador contra la injusticia, de defensor de los débiles.



José María pertenece al grupo nuclear de las Comisiones Obreras de Ávila y asumió responsabilidades en el sindicato de enseñanza -como liberado sindical y miembro de la ejecutiva- y en la federación regional de enseñanza a cuya ejecutiva también perteneció.



Desde el sindicato de enseñanza de CCOO de Ávila estábamos preparando ya este homenaje, porque José María se había jubilado. El diseño del mismo era -como es obvio- diferente. Una realidad tozuda e inesperada se ha encargado de torcer las líneas. A pesar de la tristeza de estos momentos creemos que el homenaje sigue teniendo sentido, que José María merece el reconocimiento que en este acto le dispensamos.



Por todo ello, queremos animaros a compartir con todos nosotros –compañeros y amigos- y con su familia esta cita. En ella, compañeros, amigos y colaboradores de los diferentes ámbitos de su trayectoria como maestro, como sindicalista, como hombre comprometido con asociaciones diversas y como persona, haremos de él una cariñosa semblanza.



Quedáis invitados.



Homenaje a José María Sánchez



Lugar: Salón de Actos del I.E.S. “López Aranguren”
Fecha: 25 de abril de 2008
Hora. 19:30



Ávila, 10 de abril de 2008

martes, 22 de abril de 2008

Yolanda Wood: 'Césaire y Lam: inquietudes y reflexiones'

Foto de Wifredo Lam
Foto de Aimé Césaire

Césaire y Lam: inquietudes y reflexiones

Por la Dra. Yolanda Wood(*)

Wifredo Lam (1902-1982) y Aimé Césaire (1913) se conocieron en Martinica. [1] En el año 1941 se produjo el encuentro de dos antillanos fundadores. Uno y otro estaban de regreso al país natal provenientes de la Europa en guerra. Ambos en circunstancias de ansiedad ante las urgencias del presente y los apremios del porvenir. Un encuentro breve pero trascendente por su significación cultural. Para ambos se inauguraba un nuevo período de inquietudes y reflexiones. Desde sus respectivos países desplegaron una labor mayor y decisiva que marcaría un momento esencial en la evolución de sus propias obras y en el impacto que adquirirían en el contexto regional e internacional.
Los dos habían marchado muy jóvenes a Europa a realizar estudios. Lam, once años mayor que Césaire, tuvo experiencias muy intensas durante sus años en España. Allí aprendió el arte de los grandes maestros, formó una familia y la perdió –esposa e hijo– por la miseria y la tuberculosis. Allí tomó partido por la República española participando en las milicias que defendieron Madrid. Césaire regresó a Martinica en septiembre de 1939 ante la inminencia de la guerra a la edad de 26 años cuando su trayectoria artística se revelaba ya exitosa en Francia. Lam de manera brusca tiene que abandonarlo todo después de 18 años de ausencia. Regresó a su país en 1941 con 39 años de edad donde era un desconocido. En el primer lustro del 40 están los dos de retorno en el país natal, desde donde inauguraron una nueva aventura de intensas formulaciones y novedosas propuestas.
Por primera vez se produjo una tal proyección de notoriedad intelectual y reconocimiento artístico de artistas del Caribe desde el Caribe mismo. En ello tuvieron mucho que ver la madurez alcanzada por ambos en sus etapas europeas precedentes y el modo en que asumieron el reto de una reinserción creadora en circunstancias tan complejas. Igualmente importante fue el desplazamiento de una comunidad de importantes intelectual desde Europa a América en esos tiempos de guerra, entre ellos André Breton, quienes activaron una red de relaciones entre artistas e instituciones de Latinoamérica y el Caribe, y de ellos con los Estados Unidos. Se trató de una coyuntura sin precedentes.
La guerra había debutado en Europa en 1939. Ese mismo año apareció publicada en la revista Volontés (Paris, No. 20), la primera versión de Cahier d´un retour au pays natal, obra con la que Aimé Césaire adquiere un amplio reconocimiento como poeta negro y antillano. En 1943 fue traducida a la lengua española en La Habana por Lydia Cabrera, y publicada con prólogo de Benjamín Peret e ilustraciones de Wifredo Lam. [2] En 1947 se publicó en Estados Unidos una edición bilingüe con prefacio de André Breton, cuyo texto había publicado originalmente, en el año 1944, la revista Tropiques (1941-1945) que fundó y dirigió Aimé Césaire en Martinica. En esta concatenación de acontecimientos se teje un entramado contextual en el primer lustro de la década del 40 que interconecta Lam, Césaire y Breton; Francia, Martinica y Cuba.
Esta relación de nombres y acontecimientos bastaría por sí sola para distinguir su importancia en el contexto caribeño. Sin embargo se trató de un proceso mucho más profundo por el modo que el Caribe se insertó en una itinerario cultural que se desplazaba desde Europa y que a través de América, conectaba el viejo continente con los Estados Unidos. Se redefinía un mapa cultural que inauguraba la configuración de un nuevo poder simbólico para el hemisferio occidental en vísperas de la segunda mitad del siglo XX. Se trató de un importante cambio de paradigma.
Césaire y Lam, aún bajo los influjos del surrealismo, transitaron por una nueva experiencia en las que el contexto impuso sus jerarquías para revelar, fuertemente, la legitimación de otras fuentes originarias, fundamentalmente la africana, mítica y ancestral. Lam y Césaire fueron símbolos de esa nueva trayectoria crítica de apropiaciones de lo europeo, que tan bien conocían; y de puesta en valor de sus propias raíces culturales en discursos artísticos que mostraban los inusitados caminos de la antillanidad.

Césaire y Tropiques


En ese primer lustro de los años 40, Césaire fundó una publicación que fue su plataforma de acción y reflexión durante los años de la guerra europea. Desde ella aglutinó fuerzas y formó conciencias. Fue una revista de pensamiento intelectual por la índole de sus propuestas: Tropiques, una revista ejemplar, que logró mantener la indagación y la observación crítica durante su corta –pero intensa– existencia en Martinica, una isla –que con palabras del poeta– estaba “completamente fuera del mundo”. [3]
Bien que la revista se propuso ser cultural, no escapó a las contradicciones y complejidades de su tiempo por lo que pudieran perfilarse ciertos paralelismos con otras publicaciones en el Caribe, como Revista de Avance (Cuba) o 'la Révue Indigène (Haití). Césaire quería que Martinica se reencontrara en sus páginas y por ello no podía ser una revista cultural en abstracto. Le inquietaba que las Antillas fueran exclusivamente consumidoras culturales, y decía, “(…) he trabajado para que puedan expresarse ellas mismas, hablar, crear. Por eso era necesario un centro de reflexión, un espacio de pensamiento, una revista”. [4]
Césaire y el equipo de Tropiques, eran conscientes del momento “ingrato y políticamente peligroso” en que viviría la publicación. Algunos de los integrantes habían tomado parte, como René Ménil, en una publicación precedente, Légitime Défense (1932), de vida efímera, pero de una gran profundidad en sus textos. La nueva revista fundada ahora por Césaire, no escapaba a las tendencias de su tiempo, y según el poeta, cuando André Breton leyó los tres primeros números “creyó que yo era surrealista (…) lo cual no era ni enteramente falso ni enteramente cierto”. El encuentro de Césaire y Ménil con Breton en Martinica y el interés que mostró el francés por las ideas sobre las cuales giraban sus autores en aquella revista que encontró en la vitrina de una pequeña librería en Fort de France; fueron un acicate –una revelación– para ellos: “Yo diría que el encuentro con Breton fue una confirmación de las verdades a las que yo había llegado por mis propias reflexiones. Eso nos permitió ganar tiempo, ir más de prisa, llegar más lejos (…) fue un encuentro extraordinario (…) para mí algo MUY IMPORTANTE, como había sido el encuentro con Senghor, diez o quince años antes”. [5]
Tropiques estuvo sometida a la censura y a una lectura “entre líneas” con palabras de Ménil. A silencios y vacíos cargados de significación para los lectores de su tiempo y proceder con modos discursivos que se apoyaron en la retórica del lenguaje y de la poesía. En su multiplicidad de puntos de vistas, Tropiques, ha dicho Ménil, “fue la expresión de las perspectivas, de las esperanzas, de la voluntad de la izquierda revolucionaria antillana en los años 40”. [6] Es de resaltar esa voluntad inclusiva de lo antillano y caribeño que se perfila en la publicación donde aparecieron contribuciones de los cubanos Lydia Cabrera y Alejo Carpentier.
Roger Toumson en su prefacio a Anthologie poétique de Aimé Césaire, calificaba a Tropiques como “una revista de combate”, una modesta publicación trimestral que ejerció una influencia intelectual e ideológica considerable”. En lo cultural, precisa, “contribuyó a la definición de una identidad colectiva antillana poniendo el acento sobre la comunidad de destinos de los pueblos negros y sobre la necesidad de revalorizar el legado africano”. [7]
En la revista se encuentra una extensa obra poética de Césaire realizada durante esos años que se integrarían, en gran parte, su libro Les armes miraculeuses (1946). Como ya se ha indicado, en 1947, aparecerá en Estados Unidos, el volumen Cahier d´un retour au pays natal, con prólogo de André Breton.


Cuadro de La Jungla de Wifredo Lam


Lam y La Jungla


Entre 1941 y 1945, Lam está en Cuba. En esos años se define su personalidad artística y su lenguaje simbólico. Fue uno de los primeros artistas plásticos de la región, y el primer cubano, en haber tenido la experiencia de un itinerario antillano [8] en época tan temprana de la década del 40 cuando aún la perspectiva de “lo caribeño” era muy limitada en la conciencia y la subjetividad regional. El artista escapa de Europa sin otra alternativa.
El encuentro de Lam con el Caribe fue físico y espiritual. Desde su llegada a Martinica, Lam inauguró el camino de las auto-revelaciones y el viaje hacia sí mismo, por la naturaleza viva que lo transportó a sus orígenes, por el encuentro con Césaire y por la huella de africanidad que debió adquirir dimensiones cada vez más importantes en su memoria. La obra de Lam remite a un mundo que integró, en una dimensión cubanísima y antillana, los aportes del imaginario mítico africano. Se trata de una simbiosis de elementos diversos que alcanzan su apoteosis en La Jungla, obra que legó una zona mágica para todo el arte posterior. A diferencia de Césaire, Wifredo Lam se encuentra más sólo y aislado en su espacio creativo desde donde entabla un nexo profundo con sus orígenes culturales.
Fue en la revista Tropiques donde apareció en 1945, el primer importante ensayo de la pluma de Pierre Mabille sobre La jungla de Wifredo Lam, obra que entonces ya había sido adquirida por el MoMA de Nueva York.
En estos años de creación, Lam mantiene un predominio figurativo, pero resemantiza sus referentes y crea una personal iconografía de carácter sígnico visual. En ese sentido supera todo aspecto factual de lo visible y penetra al sentido de sus indagaciones visuales desde lo simbólico-expresivo. Lam construyó en el Caribe su espacio artístico original y su poética de misterios ocultos.
Al referirse a su obra en 1947, Césaire decía que “Lam fija sobre la tela la ceremonia por la que todo existe: la ceremonia de la unión física del hombre y del mundo (…) Lam celebra la transformación del mundo en mito y convivencia (…) en definitiva lo que por su intervención triunfa en las Antillas es el espíritu de la creación”. [9]
Lam y Césaire, construyeron un andamiaje discursivo para la resistencia cultural en el Caribe desde sus universos artísticos respectivos y lo proyectaron, con una obra consistente, excepcional y liberadora, al ámbito internacional. Ambos fueron referentes culturales de su tiempo y de nuestro tiempo, aún. Vivieron años convulsos y contradictorios. Con modos de inserción y actuación diferentes, se inscribieron en esa temporalidad histórico-cultural tan fecunda y compleja. La obra de Lam y Césaire en ese primer lustro de los 40 marcó un antes y un después en las artes caribeñas y fue porque en ambos se distinguió lo que el propio Césaire definiera como la naturation: “Un retour à la nature profonde de soi-même”, retorno intenso y productivo en el espacio y en el tiempo hacia los inicios de todo. Una inflexión a lo originario donde se encuentra lo original. Una vuelta a las islas prometedoras. Retorno indagatorio, reflexivo y trascendental.

(*) Directora del Centro de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas.

[1] Wifredo Lam ha dicho que “en aquel lugar reconoció su paisaje de niño; por doquier la vegetación le era familiar. De algún modo estaba de vuelta a casa”. Núñez Jiménez, Antonio. Wifredo Lam, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1982, p. 158
[2] Cf. Aimé Césaire: Retorno al país natal, Fundación Sinsonte, España, 2007. Traducción de Lydia Cabrera y Lourdes Arencibia. Prefacio de Benjamín Péret. Postfacio de Lourdes Arencibia. Ilustraciones sobre dibujos de Wifredo Lam. Fundación Sinsonte. España. 2007.
[3] Jacqueline Leiner : “Entretien avec Aimé Césaire”. Tropiques. Tome I. Nos. 1 a 5, avril 1941-avril 1942. Editions Jean-Michel Place. Paris, 1978. p. V. Traducción Y.W.
[4] Ibid, p.V Traducción Y.W.
[5] Ibid, p.VI. Traducción Y.W.
[6] René Ménil : Pour une lectura critique de Tropiques. Ibid., p. XXXIV.
[7] Aimé Césaire. Anthologie Poétique. Presentación y notas de Roger Toumson. Imprimerie Nationale.1996, p. 11. Traducción Y.W.
[8] Después de Martinica, Lam tendrá una estancia breve en Santo Domingo.
[9] Aimé Césaire: “Wifredo Lam y Las Antillas”. Citado por Antonio Núñez Jiménez, Op.cit, p. 163.

lunes, 21 de abril de 2008

José María Amigo Zamorano: 'Contemplando los nenúfares'

Ante un estanque, sentado en un poyo, recoge emociones quebradas, rotas. En derredor el sol ilumina las cosas, los seres: niños que juegan en la hierba, pájaros cantados en las ramas de los árboles, senderos donde se pierde la gente paseando... Todo alegría, movimiento.


Solo él permanece, como los nenúfares del agua, quieto. Esperando que uno de ellos, uno cualquiera, lo llame para sumergirse en el agua. Está seguro de que, si recibiera ese mensaje, acudiría presto. Desde pequeño se ha sentido atraído por el agua. Y del mundo submarino más. Cuando, en el verano, entre mediodía, todo el mundo se acostaba la siesta, él se iba a aquella poza, que sombreaban los álamos y chopos, y se zambullía en el agua nadando entre juncos y espadañas.

-¡Qué gozo, que deleite! El silencio acunaba mi baño.

Los nenúfares lo contemplan desde el estanque. Todos blancos. Inmóviles. Mirándolo fijamente.

Él se deja mirar. Se sabe contemplado.

De pronto, un pez rojo asoma cerca de uno de ellos. Lo mueve. Lo empuja. Se queja. Le ha hecho daño y siente en carne propia su dolor. Sabe que le está pidiendo socorro. Lo está haciendo a gritos. Esto requiere una venganza ante tal acto de agresión.

-Los nenúfares no molestaban al pez -piensa-. Fue éste quien vino a interrumpir la placidez de la comunidad de flores. No hay derecho.

Tendría que tomar cartas en el asunto. Comprometerse. La neutralidad del espectador no sirve cuando está en peligro la libertad de contemplación. Y esa, había sido herida por ese pez, feo para más señas. Había que darle un escarmiento.

Lo decía, quizás, por lo que había sucedido, hacía poco tiempo, en un bar:

-Estaba escuchando 'El lago de los cisnes' Tiene que explicarse porque sino no se entiendo.

-Bueno... en realidad nada del otro mundo... un estúpido que irrumpió cuando escuchaba esa música deliciosa. Vociferaba no sé qué de huelga... ¡estúpido!... No pude contenerme y le estampé una silla en la cabeza... allí quedó sangrando... tenía que haber hecho lo mismo con el dueño del bar... se puso a gritar como un energúmeno, pero... ¡bah!... no valía la pena y me fui. Con voces, la música...

De modo que abandonó el establecimiento. En la calle miró a una parte y a otra. En una, estaba su casa, su madre. Además, al fondo, se veía mucha gente que corría y policías disparaban y silbaban con sus escandalosos pitos.

-¡Imbéciles!, se dijo.

No aguantaba el ruido. Por lo que se fue en dirección contraria. Hacía el parque que a lo lejos dejaba ver ya una masa de vegetación. Poco a poco desaparecía el bullicio, el griterío, los silbatos, los tiros. Las arboledas amortiguaban los sonidos de la gran ciudad. Pero necesitó adentrarse más, hasta el estanque donde se sentó a contemplar su queridos nenúfares.

Allí solo se oían las voces de los niños como un murmullo. Como el murmullo del agua de la fuente. Nada parecido a los cláxones de los coches, los gritos del dueño del bar, las sirenas de las ambulancias, las voces de su madre recriminándole por cualquier cosa...

Solo de pensar en las voces de su madre, se echó mano a los oídos y a la nuca. Le hacían daño aun las palabras de su madre, esas que pronuncia al cerrar la puerta para irse a la calle:

-¡Que no, que no, y que no! ¡Te digo que no salgas! ¡Ni se te ocurra salir a la calle!

Aquí se sonrió, quitó las manos de los oídos, de la sien y cruzó los brazos sobre el pecho. Recordaba, cómo abrió el armario y se puso el primer traje que encontró. Con corbata y todo. También recuerda que, cuando doblaba la esquina en dirección del bar, creyó oír los gritos de su madre. Pero no hizo caso. Estaba loca. De remate. Trastornada.

Ahora, aquí, si, por fin, había hallado la paz, la felicidad, el gozo, el deleite, la quietud frente al estanque, un verdadero lago de cisnes y de nenúfares, un paraíso, un oasis de tranquilidad... Llegado a este punto se intranquilizó, se puso muy nervioso, porque recordó lo que acababa de hacerle ese feo pez rojo a uno de sus nenúfares. Y por consiguiente, su promesa de venganza por la agresión sufrida al nenúfar, que es como si se la hicieran a él.

-Ha venido a trastocar esta felicidad... ¡Ni hablar! ¡Maldito seas, rojo pez! ¡Me las vas a pagar!

Y, levantándose de repente, se dirigió al primer árbol que tenía a mano y desgajando una rama comenzó a atizar el agua furioso dando voces como un poseso. La gente lo miraba extrañada y con algo de miedo porque la cara se le había puesto rojísima.

Hubiera seguido así largo tiempo hasta vaciar el agua del estanque, pero, afortunadamente, al fondo venía su madre ya acompañado de dos loqueros.


jueves, 17 de abril de 2008

Dejó de existir Aimé Césaire

AFP - hace 1 hora 2 minutos

PARÍS (AFP) - El poeta martiniqués Aimé Césaire, considerado el padre de 'la negritud', falleció este jueves a los 94 años de edad en Fort de France (Martinica), en el centro donde se encontraba hospitalizado desde el 9 de abril, informaron fuentes gubernamentales.





Desde su ingreso en el hospital Pierre Zobda-Quitman por problemas de "naturaleza cardíaca" se dispararon los rumores alarmistas sobre su estado de salud, considerado "preocupante" por sus médicos.
Aimé Césaire fue, junto al senegalés Leopold Sedar Senghor y el guayanés Leon-Gontran Damas, uno de los impulsores de la corriente 'negritud'.
Los martiniqueses esperaban estos últimos días con serenidad y discreción la evolución de su estado de salud, sobre todo en Fort de France, la ciudad de la que fue alcalde durante 56 años, entre 1945 y 2001.
El gabinete de la ministra francesa de Interior y Ultramar, Michèle Alliot-Marie, informó este jueves de que se organizará un funeral nacional por Césaire en una fecha que todavía no ha sido fijada.
Alliot-Marie asistirá a esa ceremonia, cuya organización se prepara en estrecha colaboración con la familia del poeta, las autoridades martiniquesas, así como con la Presidencia francesa, según el ministerio.
Antes de que se celebre el funeral, se organizarán varias ceremonias en la Francia metropolitana en honor del poeta, en particular, una jornada de duelo.

José Bergamín: Las Ataduras




Ni "después de mí, el caos", ni el diluvio (cosas que pueden ser fecundas) fue lo que dijo Franco, antes de morir, para tranquilizar a los españoles, sino después de mí, las ataduras. "Atado, bien atado", quedaría todo después de su muerte. Ataduras para garantizarle a los españoles la estabilidad permanente. Se refería a la perdurabilidad inmovilizadora del orden establecido por su régimen gobernante, reinante, imperante. Y aunque éste fuese, como lo fue durante su vida, ''personal e intransferible'', trató de transferirlo, para después de su muerte, personalmente en otro. A este orden político, cargado y recargado de supersticiosos formalismos de legalidad, se le dieron dos nombres propios o adecuados para definirlo y determinarlo: uno, imaginativo, de "reino sin Rey", y otro jurídico-político, de "democracia orgánica", pero como forma de gobernar "a la española" monárquicamente. Practicó ese poder monárquico tan real Franco con más absolutismo tal vez que lo hizo en España ningún rey.



"Atado y bien atado" quedaría todo después de su muerte; prolongando su paz sepulcral para tranquilidad eterna de los españoles. Sucedió, sin embargo, lo que él no esperaba, que los españoles se intranquilizaron tanto con esa momificación en que les paralizaban sus ataduras que decidieron intentar desatarlas, desatarse de ellas. Pero había que hacerlo con prudencia y cautela; con extremo cuidado y destreza para no romperlas; para no romper sus ligaduras más fuertes, su armazón misma: el andamiaje o artilugio material que sustenta y sostiene todo aparato de orden político, estabilizado y estabilizante, organizado para funcionar por sí mismo (a lo que el filósofo Marx llamaba ''esqueleto del Estado"). ''Nada se parece tanto a un Estado como otro Estado", decía el general De Gaulle. Ó sea, según la metáfora del filósofo, que nada se parece tanto a un esqueleto como otro esqueleto. Por eso tal vez todas las políticas estatales acaban en danza macabra; que es a lo que se le suele llamar la paz; una paz (?) de la que tanto han padecido y siguen padeciendo, y cada vez más, todos los pueblos del mundo: y personalmente, individualmente, todos y cada uno de los hombres en particular.



No hay que romper las ataduras estatales, se nos ha dicho, hay que desatarlas, empezando por aflojarlas con muchísima precaución temerosa para no romperlas. Y así se ha tratado de hacer con las apretadísimas en las que nos dejó apresados Franco para nuestra más inmóvil tranquilidad y paz y sosiego eternos. Lo malo es que eran tantas, y tan bien atadas y ajustadas a su propósito, que al irlas aflojando muy poco a poco, con tanta parsimonia y torpeza, se han ido enredando de tal modo que estorban y paralizan más todavía cualquier movimiento liberador. Tanto, que los españoles están empezando a creer que era mejor lo ''bien atado'' que lo desatado tan malísimamente. Porque parece que los que no querían romper nada lo están rompiendo todo sin querer. Y tal vez, sobre todo, lo que no había que romper ¿la ilusión, la esperanza, la confianza, la credulidad de los españoles?



Romper o reformar se nos dice que fue ía opción o alternativa que al régimen monárquico franquista se le planteaba para continuarse a sí mismo. ¿Pero romper o reformar qué? ¿Su propia forma de gobierno continuamente? Que lo era, se le llame como se quiera, monárquica absoluta. Con evidencia perogrullesca la ruptura con la continuidad tenía que romper y deshacer la forma de gobierno monárquica, instituida solemnemente por Franco en la persona del entonces príncipe don Juan Carlos de Borbón, heredero dinástico de su padre don Juan, quien fue siempre, tan expresa como expresivamente, vetado y excluido por Franco como peligrosísimo "liberal" y "demócrata". El príncipe don Juan Carlos aceptó la decisión institutiva del poder franquista y le juró fidelidad. Y así lo ha cumplido: y sigue cumpliéndolo. No podía hacer otra cosa sin infidelidad y sin perjurio; eludiendo, diríamos, noblemente, las pálidas sombras tentadoras de sus abuelos. (No me dirá el señor fiscal ahora que estoy injuriando a la forma de monarquía instituida por Franco en la persona de don Juan Carlos de Borbón. Estoy haciendo memoria; que es hacer historia contemporánea; pues la historia siempre lo es: contemporánea y memorable).



Apartemos ahora de nuestro recuerdo aquella ceremonia televisada, que todos vimos, de una supuesta transmisión de no se sabe qué "derechos reales" que hizo el legítimo heredero de la monarquía borbónica don Juan en su hijo don Juan Carlos. Su misma prudentísima y modestísima —y aún doméstica— expresión espectacular, cuidadosamente velada o vigilada por el Gobierno (enteramente ausente de ella), la volvía insignificante. Tanto, que ni siquiera le ha servido al Rey don Juan Carlos para mitigar ni disimular su justa, justísima impaciencia, para que se le constituya, y no sólo se le haya graciosamente instituido, como Rey. Don Juan Carlos tiene toda la razón, "tiene muchísima razón" (como el personaje famoso del célebre sainete zarzuelero) de querer que se le constituya Rey: de ser Rey constitucional de España y no sólo instituido por el mágico y milagrero poder que efectivamente le instituyó; lo que todavía el pueblo español no ha reconocido ni aceptado expresamente (aunque se suponga que tácitamente lo haga: que esto, por muy prudente, y aún políticamente discreto y razonable que sea, no es más que una suposición, tal vez temeraria).



Y en esto estamos los españoles (lo digamos o no) en la duda y en las dudas de que esa constituyente constitucionalidad de la forma de gobierno monárquica, por accidental o accidentalizable (la que siempre acaba por algún accidente, generalmente desgraciado) se constituya en sustancial y hasta en consustancial (como se dijo) de España o con España, por expresa voluntad popular. De monarquías accidentalistas y accidentadísimas ya tuvimos bastantes los españoles. De relampagueantes repúblicas sustancialmente accidentadas, muy pocas: dos.



Tendrá también razón, "muchísima razón", el presidente Arias, en preveer perogrullescamente para España una democrática Constitución política "a la española" ? ¿En españolizar todavía más y mejor la ''democracia orgánica'' de Franco para que funcione más y mejor cada vez —o, sencillamente, para que funcione—? O sea, para que continúe funcionando sin funcionar como hasta ahora. Porque hasta ahora, al parecer no se ha dado ni un solo paso fuera de ella; de su omnipotente invisibilidad paralizante y totalizadora; sino es el de tratar de reformarla, aumentándola y corrigiéndola para su mejor estabilidad total.



De esto y de algunas cosas, que son como no son, seguiremos hablando otro día. No muy lejano, por si acaso.



(Artículo publicado hace treinta años en la revista "Sábado Gráfico", núm. 1.088, Abril, 1978)



miércoles, 16 de abril de 2008

José Mª Amigo Zamorano: Enero y marihuana (*)

Lo llamó enero rojo porque, por entonces, llevaba varios días que, a la caída de la tarde, cuando se adentraba en el robledal, el sol parecía enrojecer el bosque dando la sensación de estar en pleno verano.


A él el colorido le animaba. La atmósfera que lograba crear le atraía como un imán. Se sentaba en un tronco y se liaba un pitillo de marihuana. Luego lo prendía, daba unas caladas y respiraba profundamente. ¡Uf! era como tomarse un trago de optimismo.

Pero la tarde que narramos se metió más en la arboleda y cuando quiso volver sobre sus pasos la noche se le abalanzó de repente y no supo enontrar el camino de retorno. No le dio importancia, porque no quería encontrarse con su mujer y sus hijos quienes, en su estado soñador, siempre se reían de él. De modo que se arrimó tranquilamente al tronco de un árbol y se lió un segundo porro. Salió la luna e iluminó el bosquecillo. Las sombras que proyectaban los árboles semejaban terribles monstruos que a otros hubieran encogido el ánimo, pero no a él que suscitaron una estruendosa y sonora carcajada que el silencio de la noche aumentó y el eco le devolvió quedándolo en suspenso.

-¡Coño! Otro que se ríe... ¡Eh, tú!... ¿Te ríes de mi?
Y el eco repitió: '¿Te ríes de mi mi mi... ?

Giró en redondo. Miró en todas direcciones. Se estremeció. Comenzaba a hacer frío de verdad. Posiblemente estuviera ya helando. Echó a andar por una vereda que, la luz de la luna, descubrió iluminándola. En su andadura a veces se asustaba con los ruidos que sin cesar se oían. Por lo que comenzó a andar más rápido. Incluso a correr. Siempre que el sendero lo percibiera claramente. A ratos pensaba en la tontería que había hecho viniendo a pasear por estos andurriales tan alejados del poblado.

Es que se le estaban pasando los efectos de la yerba. Y veía con más claridad las cosas que le rodeaban.

Adquiría conciencia de lo solo que estaba en el mundo y lo poco que le importaba a los demás lo que pudiera sucederle. Se agrandaba el relieve de las ideas por las que había luchado: la unión de los trabajadores en pos de un ideal común de fraternidad. Enseguida le vinieron los versos de Goytisolo, aquellos que cantaba Paco Ibáñez: ' Un hombre solo, una mujer, así tomados de uno en uno, son como polvo, no son nada'. Los había dedicado a su hija Teresa. Pues eso: no era nada. Un grano de polvo en el espacio. Un grano andando sin rumbo por ese sendero, vereda, atajo o lo que fuere. Y que al parecer no tenía fin.

Un perro le salió al paso ladrándole. Enseñándole los dientes. Furioso. Tal vez hambriento. Y él era la chuleta con la que pensaba saciar su gazuza. Se iba acercando peligrosamente mientras ladraba.

¿Qué hacer? Ahora las ideas no le servían para nada. Necesitaba acción, también pensamiento. Pensamiento y acción para ahuyentarlo o matarlo. Pero... ¿cómo... ¡Un palo!... Pero, ¿dónde?... Si se volvía para coger una rama, el perro se lanzaba contra él... ¡Una piedra!... ¡Joder, esta!... Se la tiró. El perro se retiró un poco, lo que le permitió acercarse al trono de un roble y desgajar una rama que pronto convirtió en palo. Dejó acercarse, confiado, al perro dándole con el palo en los hocicos. El perro huyó aullando de dolor.

Se sintió más tranquilo al ver alejarse entre los árboles al perro.

Con el palo en la mano prosiguió su caminata. Al poco, se dio cuenta que la neblina de la droga se había disipado por completo. Al fondo del sendero aparecían luces. ¡Su pueblo! ¡Su poblado! ¡Su tribu! El frío en ese momento era ya muy intenso, pero, por fortuna para él, en su lucha contra el perro no solo el animal había huido, también se había ido el frío. Lo que para su desgracia no había desaparecido era la soledad... La angustiosa soledad que rodea su cuerpo, hasta casi asfixiarlo en ese enero rojo...

Abrió los ojos.

-¡Papá! Ya amanece. Es hora de levantarse.

Autor: José Mª Amigo Zamorano

TOMADO DE:

http://ever-enen.blogspot.com/

(*) El Título es nuestro

lunes, 14 de abril de 2008

14 de Abril: ¡Viva la República!

-¡Cómo pasa el tiempo! ¡Parece que fue ayer!

-¿Por qué lo dices? ¿Porque es 14 de abril?


-Si. Por el día de la República, si. Es que se me había olvidado. Lo he recordado de pronto.

-Pues, efectivamente, es 14 de abril. Tal día como hoy el pueblo español votó por el destronamiento de la monarquía. Allá por 1931.

-¡Cómo pasa el tiempo! No queda nada.

-¿Que no queda nada? Estás con la memoria frágil.

-¿Yo?

-Si. Tú.

-A ver, dime, ¿qué queda?

-Casi nada: el jefe del estado, el jefe de los ejércitos... Los que mandan... Las familias de siempre.

-¡Juan Carlos I!

-Si. Ese. El rey. Fue nombrado por Franco. No te acuerdas...

-¿Franco? ¿Quién es ese?

-Francisco Franco, uno de los generales felones que derribó la República.

-¡Ah!. ¡Joder! ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Parece que fue ayer!

-Si, pero es hoy.

miércoles, 9 de abril de 2008

Un Abril Republicano. Cada vez más





14 de Abril
Numerosos actos se preparan, en todo el territorio del estado español, para conmemorar el advenimiento de la II República. Por una lucha en caminada en pos de derribar la monarquía juancarlista heredada del franquismo. Y, por consiguiente, reivindicando la III República.


martes, 8 de abril de 2008

Opinan desde Latinoamérica

¿Qué carajos tiene que hacer reyezuelo español en reunión Latinoamericana?


Por Comité de Redacción de Izquierda Punto Info

Los diarios de la burguesía Latinoamérica y Europea, sin mencionar a los yankis, se ha solazado en mostrar las escenas y reproducir el dialogo de cuando un reyezuelo de poca monta le dijo “¿¡Porque no te callas?!” al Presidente de Venezuela Hugo Chávez.


¿Qué hacia allí ese que sueña con hacerse de los despojos que ha dejado atrás EEUU en su expoliación de nuestro continente y rehacer sus vínculos paternalistas con nuestros países?

Estaba de claque de Rodríguez Zapatero, el socialdemócrata de derecha al que ni siquiera le quedan vestigios republicanos como para valerse por si mismo. La comedia montada por el reyezuelo de gritarle a Chávez y después retirarse ofendido hasta que lo fueran a buscar con disculpas, fue planificada junto a Rodríguez Zapatero poco antes de la reunión.

¿Vino a esta cumbre a hacerlo callar a Chávez y a recibir las disculpas de Bachelet por el entuerto y las de Kirchner por haberse quejado de “la puñalada por la espalda” que recibió de Tabare Vázquez?

¿Vino, junto a Zapatero a controlar los intereses imperialistas españoles y como enviados y representantes del gobierno Finlandés, de los de Telefónica y otras empresas españolas de comunicaciones, transporte y autopistas que manejan recursos privatizados en Argentina y otros países?

La respuesta a estos interrogantes es un definitivo sí. La culpa no la tiene tanto la comitiva del imperialismo español, como los alcahuetes de siempre que lo soportan. Kirchner que le pidió perdón al rey por haberse enojado con Tabare Vázquez y luego del incidente con Chávez invitó al “monarca” a visitar Buenos Aires.

O como Michelle Bachelet que salió presurosa detrás del reyezuelo para pedirle perdón y pedirle por favor que regresase a la reunión. O los mas que súbditos de esa realeza extinguida y anacrónica como Uribe de Colombia, la delegación peruana y otros que aplaudieron a Zapatero por amonestar a Chávez y sonrieron como carneros cuando la marioneta de la “realeza” regreso de un ratito de enojo.

La cumbre “Iberoamericana” no produjo más que chispazos y chisporroteos, alguna retórica y pocos “businesses” como dijo un periodista norteamericano presente y con ganas de torpedear cualquier cosa que saliera porque esa era la estrategia ausente del imperialismo norteamericano.

Es hora de re-pensar estos “dirigentes” nacionales y populares, y de seudo izquierda, que concurren a estos cónclaves a besar el anillo real y someter informes para la aprobación de presidentes extra continentales de una potencia imperial decadente.

Todos ellos deberían aprender que por alguna razón importante nos deshicimos del yugo español casi 200 años atrás. Aquello fue una tragedia que San Martín, Bolívar, O’Higgins, Artigas y Morazán entre otros terminaron a balazos y sablazos echando a los realistas de uniforme del continente.

Chavez estaba en lo cierto. Aznar, y ahora Rodríguez Zapatero, son subversivos de los regimenes que no son fiables para los empresarios españoles o para el imperialismo en general.

Aznar se confabuló con los golpistas venezolanos y fue el que envió tropas para colaborar con EEUU en la masacre del pueblo Iraquí. España, bajo Aznar y ahora de Rodríguez Zapatero, mantiene sojuzgadas colonias en África, colabora con los planes internacionales del imperialismo norteamericano y en la explotación de nuestro continente.

Los dirigentes de los países latinoamericanos no tienen solo el derecho de enrostrarles en cualquier tribuna pública estos procederes y denunciarlos, sino que esa es su obligación, como lo es tomar medidas concretas para terminar el rol del imperialismo español en nuestro continente.

No es “civilizado” permitir que los que echamos dos siglos atrás, regresen como una comedia en el Siglo XXI.

Tomado de:
http://www.izquierda.info/

domingo, 6 de abril de 2008

Parece increible, pero es así... ¡Viva la República!

La Democracia.es

Periódico independiente, republicano y plural
«Seamos realistas, exijamos lo imposible» (París, mayo de 1968)

105 días de cárcel por izar la bandera republicana
Sábado 5 de abril de 2008, por Marisa Martínez Pla

MADRID. Ayer se conoció el contenido de la sentencia del juicio contra el activista que hace dos años, sustituyó la bandera nacional por la republicana en un edificio público. En el fallo, el juez Francesc Ferrer i Pujol, titular del Juzgado de Primera Instancia núm. 5, de lo Penal en Madrid, absuelve al acusado del delito de «desórdenes públicos» que le imputaba la Fiscalía; condenándolo no obstante, al pago de siete meses de multa —que a razón de 6 euros diarios, resulta en: 1.260 euros—, al encontrarle culpable del delito de «ultrajes a España».

El contenido íntegro de la sentencia se puede consultar en los siguientes enlaces: página 1, página 2, página 3, página 4, página 5, página 6, página 7 y página 8.

En reiteradas declaraciones a la prensa, el joven republicano manifestó su intención de no atender el pago de la multa, al considerar que ello «supondría la aceptación de la pena y los cargos», lo que atentaría contra sus convicciones políticas. Según él, reivindicar sin-violencia el advenimiento de una democracia plena —aún cuando pueda hacerse a través de acciones puntuales de desobediencia civil pacífica—, no supone una ofensa al país, al contrario.

El activista cita como ejemplo de ultrajes a España, la presencia del rey Juan Carlos en la sesión de apertura de la IX Legislatura, en el Congreso de los Diputados, prevista para el próximo 16 de abril —tan solo dos días después de la efeméride de la proclamación de la Segunda República Española—. «Eso sí es reírse de la ciudadanía, que sea un autócrata designado por un golpista (BOE 175, de 23 de julio de 1969), quien todavía en 2008, presida una sesión de nuestro Poder Legislativo», declaró.

De mantener su voluntad de no pagar la multa, de acuerdo con los términos de la propia sentencia y la redacción del Art. 53 del Código Penal, correspondería un día de privación de libertad por cada dos días de impago, lo que en este caso significaría que el activista republicano deberá cumplir 105 días en prisión (efectivos, pese a tratarse de una condena inferior a dos años y carecer de antecedentes penales).

Los hechos ocurrieron en el transcurso de la primera de las manifestaciones para reivindicar el acceso al derecho a una Vivienda Digna (Art 47. CE) y para protestar por el elevado nivel de precariedad laboral.

El ahora condenado, relaciona ambas causas —las reivindicaciones obreras y su apelación a la República— con el argumento de que: «si todo el poder estuviera en manos del pueblo, otro gallo cantaría», en alusión al déficit democrático que a su juicio acusan algunas instituciones públicas, cuyas políticas percibe como alejadas de los intereses del proletariado: «flexibilización del mercado laboral», opacidad en la adjudicación de contratas públicas, aumento anual del 26% del presupuesto de Defensa y de un 35% de la dotación económica a la Iglesia Católica, aceleración de los procedimientos de ejecución hipotecaria, desinterés en luchar contra la corrupción, mantenimiento de una legislación electoral no-proporcional, preocupante privatización de sectores estratégicos y servicios públicos como la Sanidad, la Enseñanza o las infraestructuras, etc.

Precisamente ayer, se dieron a conocer los términos de la petición fiscal para los manifestantes detenidos en el transcurso de la segunda de las protestas ciudadanas para reivindicar el derecho constitucional a una Vivienda Digna (Art 47. CE) y contra la precariedad laboral: imputaciones que acarrean penas de hasta 6 años de cárcel, acusando a los jóvenes de la comisión de supuestas «lesiones» y «atentado a la Autoridad», pese a que en todos los casos se trató de concentraciones pacíficas, como recogen numerosos testimonios gráficos aparecidos en la prensa. Pacíficas… si se excluye la desproporción de formas y medios empleados por los agentes del orden, que actuando en grupos de cinco, no dudaron en arremeter indiscriminadamente contra los concentrados y viandantes, sin mediar provocación previa ni respuesta a las agresiones, como reflejan también abundantes fotografías: ejemplo 1, ejemplo 2, ejemplo 3, ejemplo 4 o ejemplo 5, entre otras, correspondientes todas ellas a protestas convocadas para reclamar el derecho a la vivienda.

Diversos movimientos sociales han manifestado su solidaridad hacia los encausados en esta serie de procesos destinados en última instancia a reprimir las protestas vecinales y estudiantiles en defensa de derechos recogidos entre los principios rectores de la política social y económica. Entre estos movimientos sociales, destaca la labor de la Asamblea popular por el derecho a la vivienda, y más en concreto, su sección de ayuda a los detenidos. A pesar de todo, existe unanimidad de criterio entre todas las organizaciones participantes, al confirmar que, en cualquier caso, las reivindicaciones continuarán.