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Un heredero de Eros quebrado de energías
Sin alas, sin carcaj, disminuido de movimiento por azares del destino,
Sombra reptil que se arrastra para dejar sin sol, sin lumbre, sin esperanza,
Al que abandonó a la intemperie al común de los mortales
A través de una pasión sin herederos
Donde depositar la continuidad de su combate.
Tú, cazador furtivo de inexploradas zonas,
Llegaste cual sembrador de surcos
Sacados a reja de relámpagos en la oscuridad del tiempo
Sin importarte quien recogería la cosecha de tu luz.
Él en cambio espigó sin descanso en los rastrojos
Hasta encontrar las brasas dejadas con intención de fuego,
O de siembra, de imperecedera voluntad de tumbar
Por tierra todo el egoísmo cruel del sálvese quien pueda.
Todo fue a partir de esa noche ilusionada y engañosa
En la cual el señuelo amarillo de mercaderes de arena
Le abrió la puerta de la verdad quedándosele fijo en su retina.
El brillo mentiroso del falso sol le secó la última gota de sentido común.
Ese mismo sol le asedió con virulencia y se quedó sin sombra
Para reflexionar acerca de gozos y dolores.
Eros, hábil estafador de sueños, en mala venta te conoció.
-Por ultraje al imposible regreso
Estás condenado a mil años de recuerdo.
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Hemos continuado con esta tercera entrega el seguimiento del poema 'El Frontal' de Abdelacid Kacem que interrumpimos por comentar la constitución del monarco-franquismo. Un seguimiento absolutamente libre. Que nos perdone el amigo Kacem.