Esos si eran bueyes;
te digo, vos Chema,
que ya no consigo
otra yunta igual.
Tuve que venderlos
pero ¡que remedio!,
al que nace pobre
le sale mas cara
que al rico la vida.
Eran tan iguales
que daban envidia
siete cuartos de alto
mírame la mano;
los dos tan bermejos
como yeme'e güebo,
y con unos cahos...
Mejor ni te cuento.
Cuando me recuerdo
de cómo jalaban,
siempre tan parejo,
sin usar el chuzo
hasta sin gritarles,
siento que los ojos
se me llenan de agua.
Verdad que le daba
después del trabajo
una canasta ansina
llena de mulquites
y sal en la mano.
Los hubieras visto;
si era con arado
antes que los otros
hubieran rompido
yo estaba cruzando
pa sembrar la tierra.
¡Si hasta ya sabrán
que con tierra seca
se siembra a tres melgas
y las calculaban
mejor que yo mismo!
Pero ya se fueron,
¡bueyes de cien pesos!;
y tuve que darlos
en cien todos juntos.
Así se aprovechan
las gentes de pisto
del que necesita...
Mi mujer preñada
y un chiris enfermo,
sin maíz ni frijoles,
¡hasta sin machete!
Y las medicinas cuestan
tanta plata;
y hace falta ropa
para cuando nazca
el que está en camino.
Los vendí por eso;
si no, ¡qué esperanza!
Cuando me recuerdo
de como trepaban
por el Salitral
con treinta quintales,
y de cómo se iban
por la carretera
hasta el río Motagua
sin que yo los guiara...
Con aquellos bueyes
ir en la carreta
era como estar
tendido en l'hamaca.
¡Si hasta me dormía
sobre el maíz en grano
y ellos me llevaban
hasta la casona
de la Hacienda Grande!
No sé si es mejor callarse,
si ya mero lloro.
¿No ves que otros bueyes
así ya no encuentro?
___________
(1) 2º. Premio en el Concurso Literario de Chiquimula, agosto de 1948.
(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)
te digo, vos Chema,
que ya no consigo
otra yunta igual.
Tuve que venderlos
pero ¡que remedio!,
al que nace pobre
le sale mas cara
que al rico la vida.
Eran tan iguales
que daban envidia
siete cuartos de alto
mírame la mano;
los dos tan bermejos
como yeme'e güebo,
y con unos cahos...
Mejor ni te cuento.
Cuando me recuerdo
de cómo jalaban,
siempre tan parejo,
sin usar el chuzo
hasta sin gritarles,
siento que los ojos
se me llenan de agua.
Verdad que le daba
después del trabajo
una canasta ansina
llena de mulquites
y sal en la mano.
Los hubieras visto;
si era con arado
antes que los otros
hubieran rompido
yo estaba cruzando
pa sembrar la tierra.
¡Si hasta ya sabrán
que con tierra seca
se siembra a tres melgas
y las calculaban
mejor que yo mismo!
Pero ya se fueron,
¡bueyes de cien pesos!;
y tuve que darlos
en cien todos juntos.
Así se aprovechan
las gentes de pisto
del que necesita...
Mi mujer preñada
y un chiris enfermo,
sin maíz ni frijoles,
¡hasta sin machete!
Y las medicinas cuestan
tanta plata;
y hace falta ropa
para cuando nazca
el que está en camino.
Los vendí por eso;
si no, ¡qué esperanza!
Cuando me recuerdo
de como trepaban
por el Salitral
con treinta quintales,
y de cómo se iban
por la carretera
hasta el río Motagua
sin que yo los guiara...
Con aquellos bueyes
ir en la carreta
era como estar
tendido en l'hamaca.
¡Si hasta me dormía
sobre el maíz en grano
y ellos me llevaban
hasta la casona
de la Hacienda Grande!
No sé si es mejor callarse,
si ya mero lloro.
¿No ves que otros bueyes
así ya no encuentro?
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(*) Roberto Paz y Paz González: Poeta guatemalteco nacido el 22 de abril de 1927 en Ciudad de Guatemala. Sufrió su primer exilio en 1937 por acompañar a su padre. En 1944 retorna a Guatemala y milita en el Frente Popular Libertador. Luego en partidos revolucionarios iniciados con el movimiento que derrocó a la dictadura de Ubico en 1944. El 18 de julio participó, fusil en mano, en la defensa del gobierno del presidente Juan José Arévalo, siendo herido en combate. Asistió a la fundación de la Alianza de la Junventud Democrática Guatemalteca en 1947, de la cual fue el responsable de Finanzas y director del periódico Alianza, órgano de esa alianza. En el trascurso de la crisis de 1954 ayudó a organizar las brigadas populares para defender la revolución, siendo segundo jefe de la 'Tecum Uman'. Asilado en la Embajada de Argentina, marchó a ese país en septiembre de 1954, volviendo a su patria en mayo de 1963. Su producción literaria mas importante es en prosa, sobre todo en cuentos. Y también destaca como periodista. Estuvo muy unido al grupo Saker-Ti. Como representante de este grupo y de la Alianza de la Juventud Democrática Guatemalteca fue a México al Primer Congreso Continental Americano por la Paz. En Argentina escribió para seminarios y revistas, y dio charlas sobre arte y literatura guatemalteca. Sus actividades generales como organizador e impulsor de actividades literarias y culturales son tantas y tan variadas que sería cansado citarlas. En un tiempo solo publicó ensayos y nada de poesía. Estuvo amenazado de muerte pero no obstante eligió continuar viviendo en su país.
(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)