viernes, 24 de noviembre de 2006

Iswe Letu: Desprecio al Monarca




Desprecio al monarca

--Nadie desprecia a un monarca, aunque no haya sido elegido por nadie, diciéndole cuatro verdades -eso dijo, en voz muy baja, el Padre de los Secretos; y continuó repitiendo el mismo concepto por si no lo había comprendido:

--"Ahora te enseño la diferencia, para siempre; y agrego a tu arpa esta brillante cuerda": nadie desprecia a los reyes y le dice cuatro verdades... por ahora.


De pie, en la violenta calle, el Hombre Joven Generoso, singular y soberbio, armado, sin más, de una justa iracundia y primero en la palabra, se burló del Padre de los Secretos.


--¿No tengo acaso un ejército de ñames venenosos e hirsutos arbustos de espinas para protegerme? -replicó a voz en grito.

Pero... ya tiene la espalda que muere en la calle en una línea recta.

Y varios se lo habían advertido:

--Por muy cargado de razón que uno esté, nadie desprecia a un monarca, diciéndole las cuatro verdades...


--Ni se mete un escorpión en la boca sin antes poner la lengua a buen recaudo...

--El poderoso cocodrilo no se atreve a medirse en la sabana con el búfalo, aunque tenga el derecho, todo el derecho, a gruñir libremente: se queda esperando, pacientemente, a la vera del río: ya vendrá a beber y...

Pero él ya tiene la espalda que muere en la calle en línea recta.


Iswe Letu: ROSTRO DE MÁSCARA

Rostro de máscara

--Rostro de máscara cerrado a lo efímero, me abriste tu boca eterna, donde las palabras, claras y limpias, me sirvieron para descubrir las cuchillas del Respeto y la Tolerancia.

--Me abriste tu ojos para bañarme en la transparencia de tu camino rectilíneo que, como un proyectil, ha mirado siempre hacia adelante: hacia su objetivo.

--Indicándome que cincelara en los seres humillados, por encima de todos los cuentos, la dureza dolorida de siglos de opresión.


--Cuando asome el día del castigo, máscara, rostro cerrado a lo efímero, no aparecerá en nosotros ni una lágrima: estaremos vacíos de amor para ayudar a los cobardes.

Iswe Letu: Una Copa de Rosa

Haz de besos

--"Le llevó el haz de besos rehusados por sus labios" -dijo muy metafóricamente.

--Como quien se desprende de algo sucio, viejo e inservible... -siguió explicando con una comparación muy expresiva.

--Pero en una copa de rosa, recién lavada... -aquí se paró un poco.

--En un recipiente, aunque antiguo, de nuevo cuño y original... --bebió un trago de vino mientras observaba a sus oyentes.


--¡¿Cual?! -fue la pregunta, quizás provocada por él, que surgió de todas las bocas.

--Su vagina -contestó sin vacilar.

--Y... ¿quién es?

--¡Qué pregunta mas indiscreta e impertinente!


Iswe Letu: OJOJÓ, PADRE DE LA RISA

-¡Ay, Felisa... con el padre de la risa!

--¿Dices que Ojojó, el Padre de la Risa, se rió?...

--Es que... verás... Eshú probó... en muchos sitios... lechos donde dormir; y... por fin... dicen... Eshú durmió... en una nuez.

--¡Dios!... ¡Qué tío!... ¡Con lo grande que es!

--¡Claro!: es un dios

--¡Ah, claro! Y...

--Y Ojojó, Padre de la Risa, miró a Eshú y no pudo retener la carcajada.


Iswe Letu: Con el Niño Iraquí Ensangrentado a sus Pies

El Niño iraquí

--Con el niño ensangrentado a sus pies...

--¿Dónde?

--En el silencio de las rocas sorprendidas...

--Por cierto... a los pies, ¿de quién?

--Del loco, rojo de ira...

--¿Sólo él?...

--Algunos más.

¿Qué hacian?

--Mostraban sus puños al sol, apuntando en dirección al avión que, impune, se alejaba veloz a reacción...

--¡El cabrón del avión?

--¡El avión a reacción!

--¿Podemos hacer algo?

--¡Ay!, nos queda, tan solo, hermanos míos...

--¡Dínoslo!

--Escribir en letras mojadas en lágrimas...

--No nos quedes en ascuas

--La manera de degollar al asesino.

--Eso es como rasgar el papel con mil cuchillos

--Puedes decirlo como quieras. Lo difícil, efectivo, positivo... y quizás, no estoy muy seguro, inhumano, es llevarlo a la práctica.


Iswe Letu: ODIO ESTA CHACHARA UNTUOSA

¡Odio la cháchara, la odio!



--¡Cómo parlan, recristo, cómo parlan!

--"Cristo, odio la cháchara de tus cristianos"

--De verdad, Cristo, ¡parlan como gaviotas!

--Odio la cháchara de tus hipócritas cristianos

--Necesito silencio para hablar contigo mismo

--El rumor silencioso del mar es sordo y ciego

--Y claro, por eso precisamente lo reclamo

--Pero me lo picotean sin cesar tus gaviotas

--¿Vendrán a derramar su rencor en el mar?

--Quizás es un rencor hambriento de carne

--¡Ay, Cristo! ¡Te quieren comer! ¡Serán… !


NERUDA y STALIN



Camarada Stalin, yo estaba junto al mar en la Isla Negra
Descansando de luchas y viajes,
Cuando la noticia de tu muerte llegó como un golpe de océano.
Fue primero el silencio, el estupor de las cosas, y luego llegó del mar una Ola grande.
De algas, metales y hombres, piedras, espuma y
Lágrimas estaba hecha esta ola (...)
... Más tarde el pescador de erizos, el viejo buzo y poeta,
Gonzalito, se acercó a acompañarme bajo la bandera.
"Era más sabio que todos los hombres juntos",
me dijo mirando el mar con sus viejos ojos, con los viejos ojos del pueblo.
... "Pero Malenkov ahora continuará su obra", prosiguió
Levantándose el pobre pescador de chaqueta raída.
Yo lo miré sorprendido pensando: Cómo. Cómo lo sabe?
De dónde, en esta costa solitaria?
Y comprendí que el mar se lo había enseñado

Pablo Neruda

José Mª Amigo Zamorano: 'Neruda: Aguzar el Filo de su Poesía'


Neruda: aguzar el filo de su poesía

José Mª Amigo Zamorano

(tomado de la página Web 'La Fogata', Latinoamérica)



Recordamos a Neruda, con el filo de su poesía bien afilada; no lo recordamos con el puro y aséptico deleite literario sino encarnado en nosotros, cortándonos limpiamente el viento helado de la desesperación que nos invadía en momentos, aquellos, en los que no se vislumbraba apenas un rayo de esperanza. Al leer sus poemas salía de nuestro corazón un rayo rojo. Florecíamos también cada mañana. Lo recordamos ahora, a los cien años de su nacimiento, con la misma frescura, con el mismo corte afilado, recogiendo rebeldías lo mismo que la ideología que lo sostuvo: el socialismo, el marxismo.
El socialismo, anarquismo y sus numerosas variantes surgieron como grandiosas hoces para recoger, en un haz, las rebeldías que se encarnaban en personas solas, desperdigadas, perdidas por ahí, por los vericuetos y caminos del mundo y que se quemaban o gastaban en manoteos casi inútiles, en chispazos apenas perceptibles, terminando por suicidarse o pudrirse lentamente. Y él también recogió esas rebeldías. Y no se nos olvida pues, si bien, esos manoteos, esos chispazos, esos desgraciados suicidios, iban incubando las semillas de la confraternización obrera y campesina, eran, entonces, no siempre, gratamente recibidas, por la autoridad establecida, por la reacción imperante que elevaba a la cúspide, a la pingorota del heroísmo, esas rebeldías solitarias; cortándoles, así, el cordón umbilical que las haría más rápidamente fecundas: la unión con el resto de todos aquellos, (somos nosotros ahora), 'pobres comedores de manzanas'. Cuando morían los rebeldes, independientemente de cómo lo hicieran, si no podían silenciarlos, les cubrían con otro silencio: un fastuoso manto de vocerío, en homenajes por parte de los clubes de la sociedad de su tiempo, cuya misión era: analizarlos, destriparlos, despedazarlos en congresos, en mesas redondas o cuadradas, en debates desde distintos puntos de vista, cribando sus ideas y acciones, hasta dejarlos tan cambiados que nos los conocería... ni la madre que los parió. Luego se les erigía una estatua, o una gran estatua, depende, en la plaza de la urbe, libre de rebabas rebeldes. Y allí quedaban, mostrando su grandioso vacío, su oquedad, por los siglos de los siglos.
Los que mandaban, ellos, (porque hay que utilizar cada vez más este pronombre), trataban de torcer el camino que habían emprendido, y marcado a veces sin querer, estos solitarios de la rebeldía, encauzándolo hacia otros derroteros que conducían a callejones sin salida, a laberintos de desesperación. Neruda, que había sido un rebelde haciendo la guerra por su cuenta y riesgo, vio claro que con esas actitudes no se conmovían, lo más mínimo, los cimientos de la sociedad; seguía sin grietas, dominando el cotarro del mundo; ese mundo donde se apagaban, en unas ocasiones, los chispazos de las rebeldías, a sangre y fuego; y en otras, se las deshacía con el aliento suave de la alabanza hipócrita; esa sociedad dominaba todos los estamentos; y todos los organismos, todas las instituciones, estaban en su poder: desde las más humildes piedras de las alcaldías, hasta los 'mármoles sagrados' de los parlamentos donde 'torcían' los debates, las charlas, hacía 'sus bolsillos'. Agrandándose aún más sus faltriqueras.
Y lo recordamos porque se dio cuenta de que, por ahí, por ese camino, no se llegaba a ninguna parte. Ya hemos dicho más arriba que, él, había sido un rebelde que 'peroraba en la calle desierta'; y cuando ejercía su rebeldía de esa manera el rico, el terrateniente que se cruzaba en su camino, lo saludaba muy amable; para acto seguido, en el club, en el casino, o en el café selecto decir a sus compinches: 'he visto a un valiente charlar en la plaza desierta', '¡qué bien lo hacía!' ¡dejémosle que siga su camino!, 'algún día tenemos que invitarlo'. Y se sentaban a jugar la partida.
Por entonces, dice Neruda, lo llamaban el 'Píndaro celeste'; mas cuando dejó de vocear en el desierto, cuando buscó la 'veta escondida', cuando se hizo 'música callada', violín penetrante y acariciador para sus camaradas; cuando acudió con su palabra a las barriadas miserables, al último rincón de este mundo, a levantar de la tierra al caído, al obrero sin pan, al pampino triste; cuando les animó a luchar por su dignidad, a ligarse íntimamente, a ser una voz más, cada una con su timbre, en el concierto universal de las fuerzas del trabajo proletario, cuando se hizo 'cemento y argamasa con su pueblo', esos mismos que, antes, ayer mismo, lo bautizaban como 'el nuevo Píndaro', exclamaron: '¡duro con él!, ¡a la cárcel!, ¡muera!'.
Lo recordamos ahora que, por doquier, se van a celebrar homenajes, algunos de los cuales intentarán mellar su filo rebelde, revolucionario. Ya hemos visto intentos, tímidos, hace días, pocos, por parte de un connotado derechista; el cual desde su razón, llena de militancia reaccionaria, aromada con la canela más extrema, casi fascista, ha querido enfrentar, elevándolos, sus poemas de amor; para, a continuación, menospreciar otros, ya se supone, más políticos, donde Neruda nos anima a no desesperar, a seguir aunque sea desde el azote de la furia terrestre, desde el rincón de las humillaciones; a levantarnos, porque "saldrá -nos dice- desde tu corazón un rayo rojo, florecerás también una mañana", "no te ha olvidado, no, la primavera".
Nos lo dice a todos nosotros eso que le trasmitió a él cactus de las arenas; y, Neruda, generoso, nos regala el mensaje que recogemos con sumo cuidado, casi con delicadeza, como si de una herramienta única se tratara: 'donde quiera que estemos: en Irak, en Palestina, en Colombia, en Argentina, en Brasil, en Venezuela, en Haití, en España... luchemos desde nuestras pequeñas cosas, desde nuestros pequeños seres y nuestras humildes raíces, cortémosles la hierba a la reacción, hagámosles trampas guerrilleras, quedémosles sin agua, sin comida... sin siquiera apellidos'.
Ese es el mensaje y esa es la moral de sus poemas. No consintamos que nos arrebaten el arma de las manos... de lo contrario no saldrá para nosotros la dulce primavera.

(TOMADO DE 'LA FOGATA', PÁGINA WEB DE LATINOAMERICA)

Iswe Letu: 'Dimbokro Pulo Cóndor'. La Agonía de las Cadenas



por Iswe Letu


‘Dimbokro (*) Pulo Cóndor’ u Once de Marzo de 2004


Así comienza el poema, así despunta mi memoria. ¡Ay, Dimbokro!, recuerdo, con tu nombre, otra masacre como la del 11 de marzo del 2004 en Madrid, cuando iba ‘la ronda de las hienas alrededor de los cementerios’, según verso de David Mandessi Diop (*) en el poema ‘La agonía de las cadenas’ (*).

Los párpados, en los ojos alelados, se alzan para mirar pasar el tiempo. Las agujas del reloj marcan los segundos, inexorables. No se puede parar el tiempo, no se puede parar el tiempo de la sangre. Es ley de vida.


‘la tierra empapada de sangre y los kepis riéndose burlones’


Y, por lo visto, leído u oído en Servia o Chechenia, Palestina o Irak, por ejemplo -son sólo unos pocos ejemplos de actualidad- en serio, pero que muy en serio, no guarda ningún misterio, ¿verdad, tú, Dimbokro-Madrid?


‘y en los caminos las siniestras carretas del encono’


El tiempo pasó y el tiempo llegó cargado de historia a nuestras puertas. África escudriñada y esclavizada. África martirizada y asesinada. África horadada y expoliada. Los que hacen la historia, a su capricho, porque pueden por ahora, han azuzado a unos hombres contra otros, como a perros. Y ahora ¡qué gracia! se sorprenden por sus mordiscos.


‘medito sobre el vietnamita inclinado frente al arrozal’


Pues tendrán que ponerles bozales, atarles las patas al potro de tortura o por el contrario pedirles por favor que escojan bien los blancos. Pero lo que es fuerza moral, en su mirada de civilización occidental, está bajo mínimos: casi no pesa nada su magín. Me avergüenzo de las fechorías realizadas en nombre de dicha civilización y las condeno. Cualquier persona honesta haría lo mismo.


‘en el forzado del Congo hermano del linchado de Atlanta’


Ahora bien, ¿pertenezco, yo, a esa, que llaman, civilización occidental? Bueno, si y no: así de jesuítico: si, porque estoy encerrado en ella como el pájaro en la jaula o el prisionero en la celda de la cárcel. Soy un preso de una tal ‘civilización no sé que más’.


‘reflexiono sobre el caminar macabro del silencio’


No, en cuanto que no comulgo con sus ideales, con sus normas... por lo cual aspiro a la Libertad; quiero romper las cadenas que me tienen aherrojado, como pobre trabajador, a su muro ensangrentado.


‘cuando pasa el ala de acero sobre las risas apenas germinadas’


Como hombre, como habitante del planeta llamado Tierra, anhelo a poder caminar por él limpio de amenazas: cárceles, barreras, fronteras, religiones, intereses crematísticos…


‘Dimbokro Pulo Cóndor’


… tuercen las discusiones, los debates, hacia sus faltriqueras; como hombre ‘pobre comedor de manzanas’, según la expresión de Pablo Neruda; o como un hombre ‘desnudo como los hijos de la mar’, que decía Machado (Don Antonio)… en ambos casos soy libre como el pájaro.


‘ellos creían en las cadenas que asfixian la esperanza’


Y el ‘fautor de mi destino’, tal como le recordaba Luis Vives al eminente, pero cobardica, Don Erasmo, que dicen de Rótterdam; y puedo desligarme de los unos, occidentales y de los otros, orientales y no ser más que un hombre proletario.


‘en las miradas que se apagan bajo el sudor interminable’


Decía que podía desligarme, como hombre proletario, de los unos y de los otros. Nada original, por otra parte, puesto que eso es, precisamente, lo que han hecho muchos, cientos de miles, quizás millones, el 11 de marzo de aquella masacre.


‘sin embargo fue el sol lo que surgió de nuestra voz’


Yo no tengo culpa en el robo de otros pueblos. No he participado en las atroces matanzas cometidas en Sudáfrica, en Argelia, en Somalia, En Nigeria, en Madagascar, en Costa de Marfil… Lo juro, por lo más sagrado: por mis padres, por mis hijos, por mi esposa, por mis hermanos, por mis camaradas y mis amigos.


‘desde las sabanas a las junglas’


No he propiciado, en modo alguno, el asalto a sus riquezas. Por lo que puedo juzgar, y juzgo, el robo cometido, el asesinato perpetrado por el colonialismo y por el imperialismo feroz, a lo largo de la historia; historia de dolor, de sangres y de lágrimas que han traído los lodos de las masacres.


‘nuestras manos apretadas en el abrazo del combate’


Estoy libre de culpa y puedo tirar la primera piedra contra sus cristaleras.


‘enseñan a los que sollozan vislumbres del futuro’


‘Dimbokro Pulo Cóndor // (Madrid, 11 de marzo de 2004) ¿sientes el trajinar de la savia profunda? // es la balada de los muertos // canción que nos llevará a los vergeles de la vida’

__________
* (En 1950 las fuerzas colonialistas cometen la masacre de Dimbokro, Costa de Marfil)
* Del libro ‘Coups de pilon’ (París, ediciones Présence Africaine, 1956 y 1961)
* Este gran poeta nació en Burdeos (Francia) el 9 de julio de 1927, de padre senegalés y madre camerunesa. Era sobrino de Aliún Diop, fundador de la revista Présence Africaine. Murió en accidente de aviación, junto a su esposa, el 25 de agosto de 1960 en las cercanías de Dakar. Su poema más famoso se puede leer en francés y en castellano en este blog inmediatamente mas abajo.

David Mandessi Diop: Literatura con el racismo en 'Le Temps Du Martyre'


DAVID MANDESSI DIOP

OTRO POETA OLVIDADO



Le Temps Du Martyre

a mon cher beau-frère, affectueusement

Le Blanc a tué mon père
Mon père était fier
Le Blanc a violé ma mère
Ma mère était belle
Le Blanc a courbé mon frère sous le soleil des routes
Mon frère était fort
Le Blanc a tourné vers moi
Ses mains rouges de sang
Noir
Et de sa voix de Maître:
"Hé boy, berger, une serviette, de l´eau!"

David Mandessi Diop

("El Blanco mató a mi padre /mi padre era altivo /El Blanco violó a mi madre / mi madre era bella /El Blanco agobió a mi hermano bajo el sol de los caminos /mi hermano era fuerte /El Blanco volvió hacia mi sus manos rojas de sangre /negra /y con su voz de amo: /¡Eh boy, una butaca, una toalla, agua!")

__________
Literatura contra el racismo
*

Iswe Letu: Emboscada


Emboscada

La polilla lúcida de las sinrazones, etérea y clandestina sierra con la que, el duque y la duquesa, quieren mellar la moral de Don Quijote, ha cortado las hojas de barrocas filigranas de donde, veloz, sale huyendo, una miríada de sueños empurpurados de despertares que, al emprender el vuelo al Monte - Sol, se ahoga en el pico de los viejos cernícalos del castillo de los duques. De momento.




Iswe Letu: Hacia el Vado de Agbañiam


--"Amado, Amado, Amado!: tómame entre tus brazos y vayamos presto, sin perder más tiempo, al vado de Agbañiam." -decía anhelante.

--Tómame y vayamos al vado de Agbañiam: allí, estoy segura, serás un buen amante durante la noche; pero que muy bueno durante la noche -añadió medio exigente y zalamera.

--¡Ay, vado de Agbañiam!: mi inconstante corazón tiene las Alas del Amor que, a veces, muchas veces, se quiebran como una tierna calabaza -advierte disculpándose.

--¡Oh, mi vado de Agbañiam!: mi amante...

--¡Qué bueno durante la noche!, ¡muy, muy bueno durante la noche!...

--Pero, ¡ay!, ya llega el alba, ya apunta el día; y mi inconstante corazón, rotas las Alas del Amor, como una débil calabaza, corre, con su fuego abrasador, hacia el Señor de la Sabana, diciéndole:

--"¡Amado, Amado, Amado!: tómame entre tus brazos y vayámonos rápidamente, sin perder un minuto, al vado de Agbañiam." -decía, deseosa, entre inflexible y suplicante.

Algunos de sus amantes lloran y otros, aun con lágrimas en los ojos, se ponen en camino armados de cuchillos hacia el Vado de Agbañiam...