lunes, 26 de marzo de 2007

José Mª Amigo Zamorano: Siguiendo a Omar Khayyam 21


21.

En un día gris, encapotado, que amenaza lluvia, le llaman diciéndole que su madre se ha sentido indispuesta. Por el camino le aclaran que se mareó de repente. Que no debe ser muy importante. Aunque el médico no las tiene todas consigo. Pero... que como es tan joven, a pesar de la gravedad, lo superará. Que evacuaba bastante sangre...

Hay mucha gente arrimada a la casa. Aunque lo sospechaba, en ese momento confirma que ha fallecido. No le cabe la menor duda.
Se ha puesto a llover mucho... En el cementerio la fosa se ha encharcado. Él, con sus propias manos, tiene que vaciar el fondo del hoyo. Pero sigue lloviendo y manando de un lateral del agujero. Con lágrimas en los ojos y apretando los dientes pide unas piedras para colocarlas en el fondo de la tumba pues, aunque muerta... ¡pobre madre!... si la enterraran así... como en un pozo... lleno de agua...

Y dice Omar Khayyam:

--Si ha sido, como dicen algunos, el Supremo Hacedor, el que creó los seres, ¿por qué -pregunto- por qué... tan cabal, profunda y definitivamente tiene que destruirlos? Si acaso -digo- si acaso... ellos fueren feos e imperfectos, ¿quién -sigo preguntando- quién... puede tener la culpa? O si, tal vez, resultaren buenos y hermosos, es un decir, -pero lo digo- ¿para qué... aniquilarlos?...