viernes, 22 de diciembre de 2006

Iswe Letu: Desvelado el Misterio de la Inmaculada Concepción

Cuando, la llamada Virgen María, tuvo al denominado Niño Jesús (ese que luego sería Cristo el Liberador de no se sabe que hombres) lo concibió sin concurso de varón, eso explican al menos los katólikos, apostólikos y romanos. Esta sekta dice que esa parida fue en realidad una Inmaculada Concepción. Bien, muchos tuvimos serias dudas al respecto teniendo, como tenía la María, al lado al carpintero José como marido. Y según estas fuentes katólikas etc, etc, la María no era ninguna casquivana, por lo que era dificil que buscara otro gallo fuera del gallinero. Lo suyo no era eso, por supuesto. Aparte de que, aquellos tiempos, no estaban muy por la labor de dejar libre a la mujer para que decidiera dónde y con quién copular. Corría grave riesgo de ser lapidada, si la pillaban en nefando adulterio. De modo que la concepción fue todo un misterio. Así lo catalogaban los sektarios del Katolicismo, de Misterio. Esto no es extraño, ya que, a ellos mismos, no le entraba en la cabeza que el Niño Jesusito hubiera salido de su madre 'como de un cristal sin romperlo y sin mancharlo' .

Y así ha seguido de misterioso el asunto, hasta que hace pocos días un equipo de científicos británico, dirigidos por Phil Watt, de la Universidad de Liverpool ha descubierto, en el dragón de Komodo, que los machos pueden ser seres superfluos para la reproducción y, por lo tanto, las hembras tener crías sin ser fecundadas por el sexo opuesto. Estos investigadores han detectado ese proceso, de reproducción asexual, conocido como partenogénesis, en dos hembras de dragón de Komodo; dos hembras, en peligro de estinción, que vivían en cautividad en el zoo de Chester (Inglaterra). Por todo lo cual, pensamos que, como a la llamada Virgen María, personaje de la sekta katólika, o bien no le debía de gustar el carpintero, o bien no le atraían los hombres (que también es posible) Jehová le dio esa facultad partenogenésica de engendrar al futuro Rey Salvador de Vaya Usted a Saber Qué sin necesidad de que la cubrieran. Alguien podrá exclamar: ¡Imposible, imposible!; lo que llevará a los sektarios a responder: Imposible, no: ¡Jehová es todopoderoso! Habéis oído bien: 'Dios, Alá, Jehová... es Todopoderoso'. Y ante esa respuesta, en pura conclusión teológica o de sentido común sektario (nada proclive al ateismo) no se le puede rebatir nada. ¡Anda! ¿Por qué?, preguntará alguien: pues porque si (Dios, Jehová, Alá...) es Todopoderoso podrá hacer eso y otras cosas mas imposibles que para él no lo son. ¿O no? Y... ¡Ya le podréis decir so que arre, que ellos seguirán erre que erre metiendo la burra en el trigo!


Con el Brillo del Oro se Van los Opacos Francos

Hoy ha sido el sorteo de la lotería de Navidad. Casi nadie puede verse libre de él. El que más y el que menos quiere escapar de las necesidades crematísticas que impone El Kapital. Es una ilusión. Una trampa. Un señuelo. Un cebo, para cazar incautos que somos casi todos. A este respecto, recordamos lo que hace tiempo le leímos a Marx (Carlos) en una de sus obras, creemos que la que se titula 'El 18 Brumario de Luis Bonaparte'. Entre otras muchas cosas habla de la lotería. Parece ser que el tal Napoleón III (El Aguilucho) había quedado las arcas del tesoro francés vacías y él necesitaba seguir pasándoselo bien. Ideó una estratagema: expuso en un escaparate varios lingotes de oro; imprimió unos papeles, como bonos, que fue vendiendo; el comprador lo hacía, claro, con la intención de conseguir aquellos lingotes por poco precio: apenas unos francos. Así se forró El Aguilucho, porque, como decía Marx, "con el brillo del oro les sustrajo, a los franceses, los opacos francos". ¡No era tonto el individuo, no!

Canto a la Libertad

Desde el blog 'http://sobreverde.blogspot.com/ nos ha llegado este hermoso poema dedicado a Victor Jara. Y lo han colocado debajo del escrito que nosotros titulamos 'recordando a Victor Jara'. Lo destacamos y lo ponemos para que todos los que entren puedan leerlo.

Canto a la libertad

Quisiera amar la vida
desde aquí adentro,
aunque estos muros firmes,
tan estrechos,
me impidan ver la luz del cielo.
Quisiera amar al sol
aunque sus rayos no me miren
ni rocen mi cuerpo.

Quisiera ver el sol
y que me calentara,
tan solo,
un momento,
y que mis pies ateridos
se echaran a andar
y se fuera la humedad de mi pelo.

Quisiera amar la vida
desde mi soledad,
desde este justo encierro,
aunque mi carcelero no me mire,
e indiferente,
fustigue mi cuerpò.

Quisiera gritar al mundo
mi temor, mi amargura, mi miedo,
desde mi soledad,
desde mi infierno.

Quisiera que estas manos mutiladas
pudieran abrazar una guitarra
y que a golpes de tam...tam...
muy suavemente,
entonaran al mundo
un canto de esperanza.