martes, 18 de septiembre de 2007

José Mª Amigo Zamorano: Catalina la Grande, una buena pájara (I)

Ahora que se acerca el 27 de septiembre, en el recordamos otro 27 de septiembre, el de 1975, en el que la dictadura franquista dio la medida de lo que había sido, asesinando a 5 militantes antifascistas, recordamos las maniobras que, entonces, se fraguaron para que el pueblo no pudiera acceder a la consulta sustanciosa que era, y lo sigue siendo, Monarquía o República. Se hicieron plebiscitos en los que, cuidadosamente, se impidió que las opciones republicanas estuvieran o lo hicieran en igualdad de condiciones. Es agua pasada. Pero ahora que la Monarquía que todos esos 'tramposos', como los denominara Pepe Bergamín, implantaron está cada vez más desprestigiada conviene recordarlo.Entonces, al leer una biografía de Catalina la Grande de Rusia, escribimos lo siguiente que dividiremos en dos post:UNA BUENA PÁJARA CATALINA LA GRANDE DE RUSIA.

I.
El hacer paralelismos, comparando entre acontecimientos pasados y lo que ocurre en este momento, puede sacar las cosas de quicio pero es un recurso muy utilizado. Nos han dicho que de los hechos pasados se extraen lecciones.

Veamos:La Catalina, la gran rusa, que era alemana, fue una buena pájara: comediante famosa, amable, culta, inteligente, astuta... Hubiera servido perfectamente para la publicidad electorera del 15 de junio histórico.Entre otros productos, lanzó a la publicidad uno que merece especial mención. Sirvió para lavar su cara de autócrata de todas las Rusias, de emperatriz tiránica y opresora. Nos referimos al famoso Nakaz. Las propiedades de este producto: milagrosas. La cara y el resto del cuerpo, incluso el espíritu, trascendía, emanaba efluvios humanistas ilustrados, 'progres', que diríamos ahora. El objetivo del Nakaz, entre varios, como las elecciones del 15 de junio famosas: conquistar Europa. Previo un lavado intenso. Frotando intensamente las suciedades, que pudieran repeler a las democráticas e ilustradas narices de allende el Pirineo. Tirando por la borda, como lastre, planes de desarrollo largamente elaborados. Ya se sabe: se le revuelven las tripas a las democratísimas señorías europeas, le dan arcadas, devuelven y... se marchan corriendo a su casa de marfil. Y... ¡Adios cántaro de leche! ¡Adiós credibilidad!: Adiós Voltaire, etc...

Para evitar estos funestos contratiempos, no dejando nada a la improvisación, no se lavó con otra cosa, sino con el Nakaz. Por si alguno no lo sabe, Catalina, que había leído lo suyo, estaba empapada en literatura de la Ilustración. De modo que se extrajo de dos obras 526 artículos: 250 plagiados del 'Espíritu de Las Leyes' de Montesquieu; los restantes, si no todos, casi todos, de 'Castigos y Crímenes' de Becaria. El Nakaz fue exportado a Europa. Leído, comentado y elogiado.

Hasta prohibido en Francia, por ser demasiado avanzado.

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