Nicolás González Varela: 'Negro brasileño leproso', sueño político-filosófico de Spinoza (1) (*) -A-
*
pérfidos, infieles a
los tratados, e irreconciliables.”
(Barón de Bessner,
‘Mémoire sur les negres fugitifs de Surinam’, 1777)
“Spinoza, el primer
judío liberal.”
(Carl Schmitt, ‘Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas Hobbes’,
1934)
“Las contradicciones
de un autor son significativas
porque contienen
problemas que, ciertamente
no resuelve, pero que
revela contradiciéndose.”
(Karl Marx, ‘Theorien
über den Mehrwert’, 1861–1863)
__________
Spinoza, el “hombre ebrio de Dios”, el
“marrano de la Razón”, el “judío subversivo”, aquel que el filósofo cortesano
Leibniz describió como “un hombre de tinte oliváceo y algo de español en su
semblante”, fue sin dudas un pensador radical para su época, ligado a los ríos,
a los canales y al océano. Su corta pero profunda reflexión se encuentra
indeleblemente marcada por el surgimiento del nuevo imperialismo, la
emigración, la persecución, la precariedad, las travesías inciertas, el riesgo
mercantil de la desafiante burguesía y el cosmopolitismo más moderno.[1] Impresiona
su dimensión total, al mejor estilo de un hombre del Renacimiento: metafísico y
moralista, pensador religioso y filósofo político, exégeta crítico de la
Biblia, crítico social, pulidor experto de lentes, comerciante multinacional,
físico y cosmólogo, hereje hasta el final de sus días. Podríamos decir que era
español, ya que la familia de Spinoza, como su nombre lo indica, provenía de la
ciudad castellana de Espinosa de los Monteros, provincia de Burgos, en el
límite cantábrico, y porque era costumbre en los judíos sefaradíes portugueses
el hablar portugués pero escribir en español; hispano-portugués,
porque sus padres fueron emigrantes forzosos de formación católica no-judía,
los Anusim, o “marranos” (los antepasados judíos de Spinoza vivían
ya en España en tiempos de Cartago y Roma); era judío, porque fue recibido en
la comunidad de Abraham y recibió estudios tradicionales talmúdicos, y
contribuyó económicamente con su sinagoga; era portugués, ya que esa fue
durante toda su vida su lengua materna y primigenia (los poetas ibéricos eran
sus preferidos, tanto que firmaba con naturalidad con un “D’Espiñoza”); era
holandés, porque nació en Amsterdam, en un barrio que se encontraba
entre el Río Amstel y el puerto, Vlooienburg (hoy se llama Waterlooplein), en
una casa espaciosa alquilada, y porque murió en La Haya, porque estaba ligado a
Rembrandt por la misma cultura, pero por destino Spinoza seguirá siendo un outsider,
un intempestivo, un hombre póstumo, un inactual.
Su situación es excepcional,
generará una filosofía imposible de reducir a una religión, imposible de
cooptar por la peste nacionalista, pero al mismo tiempo bien anclada en las
relaciones materiales de su tiempo y atenta a la tradición política. Pero a
pesar de sus esfuerzos, la Ideología holandesa de la burguesía vivirá a su
pesar enroscada entre líneas, incluso entre sus sueños. Fueron varios los
motivos de la emigración masiva de judíos de España y Portugal, y no fueron
exclusivamente religiosos: el anacrónico imperio español (al que Marx
calificaba de ser una forma tardía de “despotismo asiático”) estaba en
decadencia económicamente desde su nacimiento, con unas relaciones de
producción basadas en la conquista territorial, el privilegio fiscal y el
monopolio real, mientras que Holanda ofrecía el inicio de una nueva forma de
imperialismo militar&comercial centrado en el espíritu del capitalismo
gracias a la mediación ideológica del Protestantismo (Calvinismo). Holanda fue
el primer pueblo en toda Europa que realizó con éxito una revolución burguesa,
al emanciparse del despotismo español. El Calvinismo, con toda su filosofía
política liberal, es aquí el creador de una nueva forma de estado. La comunidad
portuguesa en Amsterdam y en Rotterdam, unida por el idioma y el terruño, se
consideraba a sí misma una nación exiliada, constituida por una élite
comerciante e industrial, para quienes la religión no es una realidad sino un
problema. Aquí entre los Sefardim no domina, como en el caso
de los judíos del Este (Ashkenazíes) los dogmas absolutos, la intolerancia
étnica y la Cábala, sino la gran tradición humanista del judaísmo ibérico:
Crescas, Gebirol, Halevy, Hebreo, Herrera, Ezra y el gran Maimónides. La comunidad
no lo tuvo fácil en su nueva patria: periódicamente los sectores más
conservadores de la alta sociedad holandesa, los Predikanten,
pedían la expulsión de los “mercaderes portugueses”.[2] En primer
lugar, sería un grave error suponer que antes de finales de siglo
XVIII las ideasmodernas acerca de la Igualdad entre razas había
echado raíces en los Países Bajos. La Tolerancia, muy famosa en
los Países Bajos, no se basa en los principios modernos, sino en
consideracionescrematísticas&prácticas, que permitan a una población
que era (y sigue siendo), profundamente escindida sobre asuntos
religiosos,a convivir juntas. Las minorías religiosas, católicas y
judías,fueron discriminadas y excluidas de los cargos públicos. Spinoza
mismo se vio obligado a firmar su obra más política de manera anónima, tuvo que
falsificar la ciudad de edición y temía por su vida, sus obras fueron
prohibidas en 1674, junto con el Leviathande Hobbes.[3]
Hay una exquisita anécdota sobre
este falso climax tolerante narrada, muchos años después, por
un destacado médico y profesor universitario holandés, Herman
Boerhaave: en 1693 en su período estudiantil, mientras viajaba a bordo de un
barco de pasajeros, escuchó un animado debate entre unos pasajeros acerca de
Spinoza. Las opiniones expresadas eran la mayoría vehementemente negativas,
entonces se acercó y le preguntó a uno de los críticos si en realidad había
leído alguna obra de Spinoza, porque lo que afirmaba era falso; otro pasajero
le preguntó su nombre, al que anotó, con el resultado que al llegar a puerto
fue denunciado en Leiden como “spinozista” y perdió, aunque no le interesaba,
toda oportunidad de hacer una carrera en la Iglesia pública.[4] En
Holanda se persiguió, en ansias de una obsesión purificadora, a homosexuales,
gitanos, mendigos y prostitutas. No existía dentro de Holanda un sistema
de trabajos forzosos para los “otros”, como sucedió en otros lugares (Francia,
España, Portugal, Gran Bretaña) pero este excepcionalismo carcelario no
estaba basado en una cierta actitud indulgente y anti-racista,
como sostiene la fable convenue, sino en el simple
hecho de que el mercado de trabajo en los Países Bajos estabafuertemente impulsado
por la oferta, como una constante afluencia de trabajadores
inmigrantes de países vecinos, es decir: una fuerza de trabajo
multinacional. Tal vez deberíamos concluir que los holandeses eran
racistas como todo el mundo en ese momento, pero que tenían menos
necesidad para practicarlo en su pequeña patria (circa 1650 su
población no excedía los 2 millones de personas). No es casualidad que en
Holanda el fuerte movimiento abolicionista europeo no tuviera ninguna
relevancia, y es más: se abolió la Esclavitud en las colonias holandesas por
presiones de Gran Bretaña. ¿Un déficit moral colectivo, una enorme bancarrota
ética que pasó desapercibida en su filosofía práctica?
El padre del filósofo, Miguel
D’Espinosa, entró de socio en el establecimiento comercial de su hermano
Abraham, que parece haber sido muy importante según se deduce de los
movimientos financieros registrados en el banco de Amsterdam. La empresa
llevaba el nombre de fantasía portugués de “Manuel Rodrigues”, importaba frutas
exóticas y frutos secos, hacia préstamos de dinero a comerciantes de armas,
incluso el contrabando desde Málaga, y parece que fue una de las empresas más
renombradas de la ciudad en la época. Casualidad o no, el padre de Spinoza
morirá en 1654, poco después que los portugueses con nativos brasileños
retomaran la ciudad de Recife y expulsaran a los holandeses definitivamente,
una derrota que se tradujo en una enorme pérdida financiera para la comunidad Sefardim de
Amsterdam y para los negocios de la familia Spinoza. Existe una fable
convenuecon respecto a la vida de Spinoza, cuyos dos mitos principales son
su extrema soledad y su pobreza sempiterna, pero ambas no se corresponden con
la verdad. Spinoza proviene de una familia de alto rango en la estructura de
clases de la Holanda de la época.[5]Por supuesto, puede considerarse un
intelectual relativamente pobre si lo comparamos, en el otro extremo de la
balanza, con el filósofo-cortesano derrochador de Leibniz.
¿Soledad? ¿Eremita? ¿Un Diógenes
moderno? “Spinoza había vivido en la esotérica quietud del individuo aislado”,
dice el jurista nazi-católico Carl Schmitt, siguiendo el mito historiográfico.[6] ¿Individuo
aislado? Spinoza estaba en contacto con toda la cúpula liberal de Holanda, los dirigentes
claves que conducían al nuevo estado, y era amigo íntimo del Pericles de la
Historia de Holanda, el principal estadista republicano de la época: Jan de
Witt. ¡Act est fabula! Pero existe otra dimensión de la fable
convenue sobre Spinoza poco analizada, reprimida como en otros
filósofos de la época del naciente Capitalismo europeo: la flagrante
discrepancia entre pensamiento y práctica, entre teoría y praxis, que marcó a
fuego el período de transformación de la forma mercantil del Capital en su
forma cuasi moderna, protoindustrial y financiera. Es decir: ¿presenta Spinoza
en la forma de una quimera delirante, la paradoja entre el discurso de la
libertad y la democracia absoluta con la práctica de la esclavitud? Como dice
Williams en su importante obra sobre el Capitalismo y el Esclavismo,[7] la
institución de la Esclavitud, promovida y organizada por los europeos en el
hemisferio occidental entre los siglos XVI y el XIX, no fue un hecho
“accidental”, ni un dérapage en la historia económica moderna.
La Esclavitud fue, antes bien, una pieza crucial en los primeros momentos de la
formación del capitalismo mundial y del arranque particular de la acumulación
primitiva en Holanda. No se puede explicar el surgimiento del Capitalismo a partir
del año 1500 sin los esclavos como fuerza de trabajo y sin el floreciente
comercio de los esclavos en el Atlántico: hacia 1900 se calcula que por cada
europeo llegado a las Américas le correspondían tres esclavos africanos. Se ha
calculado que en la cuenta final llegaron vivos a las Américas 12 millones de
africanos para trabajos forzosos, solo entre 1500 y 1640 788.000 esclavos. El
trabajo forzado y casi gratuito impulsó lo que podríamos llamar la primera
agricultura de exportación capitalista: el cultivo del azúcar, pero también del
tabaco y del algodón.[8]
Holanda es el ejemplo más temprano a
tener en cuenta, su esplendor desde el siglo XVI al XVII fue gracias a una
política militar de agresión y al dominio del tráfico de esclavos,[9] de
hecho fueron los holandeses los primeros en trasladar mano de obra esclava de
África al estado de Virginia en 1619 y a la isla de Manhattan en 1624, la
futura New York. Incluso entre 1657 y 1663 cuatro barcos holandeses llegaron al
puerto de Buenos Aires (un punto clave del contrabandismo continental de la
época) repletos de esclavos, que fueron inmediatamente comprados por españoles
y criollos.[10] A partir de 1630 los holandeses comenzaron a
suplantar en las plantaciones de azúcar a los indios Tupani por africanos
(aunque los portugueses ya habían comenzado con el comercio de esclavos con
anterioridad, y antes que ellos los reinos islámicos) por razones que ya habían
descubierto los españoles: un negro productivamente valía como cuatro indios. La
historia de “Brasil holandés”, muy relacionado con la familia Spinoza, se
pueden dividir en tres actos: en primer lugar, conquista y la
consolidación de un territorio importantepara el cultivo de azúcar,
seguido por una década de relativa paz y prosperidad bajo el
gobierno ilustrado de Johan Maurits van Nassau, y, finalmente, la
guerra interimperialista con los colonosportugueses locales y
libertos brasileños que conducen a larendición final de la colonia en
1654. Hasta ese año barcos bajo la bandera holandesa transportaron 23.000
esclavos de África a Brasil y de las seis colonias de ultramar que llegó a
tener Holanda en su cénit como potencia mundial, cinco eran sociedades
esclavistas, y en tres de ellas eran mayoritarios los esclavos de origen
africano en los trabajos forzados.[11] No es raro que nada menos
que el padre del Constitucionalismo burgués, Montesquieu señalara que “El
Azúcar sería demasiado caro si no se obligase a los Negros a cultivar la caña.”
Porque el Azúcar era y es esencialmente una empresa capitalista compleja, que
implica no sólo operaciones agrícolas sino también las etapas primarias del
refinado final. La razón era crematística y económica, no racial; no tenía nada
que ver con el color del trabajador, sino con los bajos costes de la
reproducción de su fuerza de trabajo y la posibilidad de una explotación
extensiva e intensiva. Comparado con el trabajo de los indios, el del esclavo
negro era eminentemente superior desde la nueva óptica capitalista. Fue durante
éste período en el que Spinoza se encarnó como su pensador más destacado y
paradigmático. Pero veremos como su propia Filosofía práctica tiene el
semblante bifronte de Jano, ya que como el legendario rey de Lacio, tiene el
don de encarnar tanto el pasado que no termina de cancelarse como el porvenir
que todavía no se cristaliza. En Spinoza flota un doble silencio filosófico,
tanto en la cuestión del Racismo como con en el de la Esclavitud.
Nuestro pensador recibe la formación
típica de un joven marrano de familia pudiente, con un destino prefijado: la
profesión mercantil para heredar la empresa de su padre. Por supuesto, esto no
excluía la formación religiosa talmúdica, ya que para los judíos el estudio
religioso equivale a servir a Dios; como tampoco la humanista radical: en la
biblioteca erudita que dejó a su muerte están, además de gramáticas,
diccionarios y varias ediciones de la Biblia, casi todos los clásicos españoles
(Góngora, Montalván, Quevedo, Cervantes), griegos, latinos y de la filosofía
neoescolástica y moderna de la época: Diofanto, Josefo, Aristóteles,
Hipócrates, Epítecto, Arriano, Luciano, Homero, Euclides, de los latinos
Tácito, Tito Livio, Petronio, Virgilio, Julio César, Séneca, Salustio, Marcial,
Plinio, Ovidio, Curcio, Plauto, Cicerón, por supuesto Moro, Petrarca, Calvino,
Bacon, Maquiavelo, Grocio, Hobbes y Descartes.[12] Spinoza, contra
la opinión corriente de muchos comentaristas, tuvo la iniciativa de hacerse
expulsar de su sinagoga con un escrito Apología para justificar una
ruptura con la Sinagoga, que escribió… ¡en español!: la sinagoga no
tuvo más remedio que aplicarle una rabiosa excomunión (Cherem),
ratificaba su condición de “ateo”, algo que siempre le disgustó, y finalizaba
con una exhortación violenta a su asilamiento por la comunidad hebrea. En el
mismo momento de la excomunión, año 1656, tuvo lugar un cambio decisivo en su
posición social, en su conciencia de clase: hereda con su hermano Isaac el
floreciente negocio de exportación&importación y de intermediación
financiera y bancaria de su padre. Ya por esa fecha firmaba las letras
comerciales y pagarés de su puño y letra como “Bento D’Espiñoza”, en los
documentos notariales Bento es descripto como “mercader portugués residente en
Amsterdam”. Ya empezaba a verse las desastrosas consecuencias comerciales que
tendría para el negocio familiar la guerra interimperialista entre Holanda e
Inglaterra y entre Holanda y Francia. Porque Holanda está vuelta y de manera
desafiante al Mundo, a su porción colonial, a la integración militar y
comercial de áreas no-capitalistas, a la conquista del mercado mundial, a
cumplir el destino del ciclo lógico del capital. Como señala Toni Negri, en las
Provincias Unidas se conjugan en el espacio-tiempo “el orden capitalista del
beneficio y la aventura salvaje de la acumulación en el mar, la fantasía
constructiva que los comercios producen y el asombro que todo ello produce en
la Filosofía”. Pero este asombro filosófico ignoró el mayor crimen de Holanda:
los esclavos y el trabajo forzado. El eje sobre el que giraba el milagro
capitalista holandés –curiosamente Negri no lo señala– era la práctica general
de la Esclavitud, incluso el uso y abuso doméstico de esclavos africanos.
Los principales puestos de comercio
de esclavos, los famosos “Asientos”,[13] tanto en América como en
África, estaban bajo bandera portuguesa, holandesa, francesa, inglesa, danesa o
de Branderburg. Se calcula que Holanda (a través de la WIC, que fue la empresa
esclavista privada más grande de la Historia)[14]envió a América (desde
la zona de Angola y el Congo) más de 100.000 esclavos hasta 1730. Amsterdam
sería la capital europea del tráfico de esclavos, en la provincia de Zeeland
(Middelburg y Vilssingen) sus puertos eran los más importantes y eficaces en el
mecanismo esclavista. Los holandeses hasta innovaron en las herramientas;
diseñaron un exitoso galeón superápido, denominado Fluyt (“Barco
volador”) que con una bodega amplia, poco calado y tripulación reducida, se
transformó en el barco tipo ideal para el transporte de esclavos.[15] Cuando
la conquista de parte de Brasil abrió nuevas oportunidades económicas los
escrúpulos morales protestantes (y judíos) se desvanecieron rápidamente. De
manera similar, la simpatía por los sufrimientos de los indígenas americanos a
manos de los españoles, parte de la “Leyenda Negra”, no sobrevivió mucho tiempo
al contacto real, más que ideal, con los indios en la Nueva Holanda. Es
indudable que existía un Common Sense racista que debía
necesariamente participar como trasfondo ideológico para anular toda implicancia
moral o discrepancia ética; someter a los europeos a la Esclavitud era
impensable (en esa época), pero a los africanos y negros sans phrase ya
era un asunto ontológicamente diferente. El Racismo no creó el comercio y
tráfico de esclavos obviamente con las que se benefició Holanda, pero colaboró:
le dio a los europeos una superestructura lógico-moral para participar y tomar
parte en él. O sea: los europeos (incluidos los holandeses) eran racistas mucho
antes de que se involucraran en el comercio de esclavos en el Atlántico. El
papel atlántico de los holandeses fue importante: jugaron un rol decisivo en la
combinación de la tecnología de producción del primer sistema del Atlántico
(Norte) con el capitalismo del llamado segundo sistema del Atlántico. Y dentro
de este mecanismo, los judíos holandeses tuvieron un rol crucial.[16] Como
resultado, las principales zonas productoras de cultivos tropicales de Brasil
cambiaron hacia el Caribe y las regiones meridionales de América del Norte. La
Esclavitud era la única fuente de trabajo en los dos sistemas, ya que el
suministro de mano de obra era insuficiente tanto por parte de los emigrantes
disponibles en el Nuevo Mundo como los ofrecidos por los amerindios o por los
colonos nuevos. La oferta de mano de obra africana era relativamente elástica,
y esta elasticidad forzada es uno de los elementos clave en la orientación
distintiva del segundo sistema de Atlántico hacia el mercado internacional. Era
obvio que la ideología holandesa de mediados del siglo XVI presentaba dos
niveles de la conciencia moral en la sociedad civil: un conjunto de valores no
racistas para su uso en el hogar (y entre los europeos), y otro, racista,
únicamente para su uso en el mundo exterior (no-europeo). El “doble standard”
ético se podía constatar materialmente: la diferencia entre la fuerza de
trabajo muy libre y móvil en la República Holandesa y simultáneamente la
ausencia de una fuerza de trabajo clásica en la mayoría de las colonias
holandesas en el extranjero. En especial los holandeses judíos tuvieron un
papel destacado en este mecanismo: poseían la titularidad de 59 plantaciones de
azúcar en el Brasil recién conquistado por Holanda y se estima que manejaban un
20% de la producción.[17] En cuanto a la ética comercial, los
holandeses no se limitaban a la raza negra: esclavizaron a portugueses
capturados en el mar, a indonesios en el Índico e incluso japoneses. ¿Pudo
trascender este contradictorio horizonte liberal Spinoza?
De la crisis interior y exterior que
transformó al “marrano de la Razón” Spinoza de un comerciante multinacional de
frutos secos, joyas y operador en la Bolsa en un solitario filósofo en busca de
Dios quedan rastros indirectos, indelebles pero significativos. La decisión
fundamental de Spinoza sucede en el mismo momento en que la empresa familiar se
derrumba económicamente, producto de la crisis en Brasil y del bloqueo en el
Atlántico de Inglaterra. Además se acumulan deudas no canceladas de su padre.
El filósofo nacerá de las ruinas de un emprendimiento comercial y del rechazo
violento y público a la religión de sus padres. En un escrito crítico sobre la
Filosofía de Descartes, Spinoza expuso en una rara confesión cómo había
superado la mera conciencia burguesa, la forma de mediación mercantilista, el
espíritu del capitalismo plasmado tanto en el Judaísmo más prosaico como en el
novísimo Calvinismo holandés: “Después que la experiencia me hubo enseñado que
todo lo que ocurre en la vida ordinaria es vano y fútil; después de haber visto
que todo lo que para mí era objeto o motivo de temor no contenía nada bueno ni
malo en sí, fuera de los efecto que ejercía sobre mi Alma, me decidí finalmente
a investigar si no habría algo que no fuese un bien verdadero, posible de
alcanzar y al cual sólo se pudiera entregarse el Alma una vez rechazadas todas
las demás cosas… Veía, por cierto las ventajas que nos procuran los honores y
las riquezas y veía, asimismo, que era necesario renunciar a ellas si quería
entregarme seriamente a este otro nuevo propósito. Llegué a la conclusión de que
aun cuando la Felicidad suprema consistiera en los honores y las riquezas,
tendría que privarme de ello… comprendí que la adquisición del Dinero, de la
Sensualidad y la Gloria sólo constituyen obstáculos cuando son buscados por sí
mismos y no como medios para otros fines…”[18] Un conflicto moral
que aparentemente desgarraba a Spinoza: la escisión entre su vida diurna,
exotérica, de comerciante (incluso indirectamente enriqueciéndose del trabajo
forzado de esclavos) y su vida del espíritu nocturna, esotérica. Spinoza
considera que llevar una vida de comerciante es un “gran obstáculo”, ya que el
Dinero era un bien incierto (falso) “por su propia naturaleza”. Sigue ad
verbatim aquella sentencia de su admirado Demócrito: “Quien quiera
gozar de la paz del Alma no debe ocuparse en muchos asuntos privados o
públicos”.[19] El texto no implica que Spinoza confiese una
aversión al comercio per se, en absoluto, sino que la disposición
hacia la Filosofía es un impedimento a la práctica del comercio como tal, como
se lo relata a través de las historia de Tales de Mileto a su amigo Jarig
Jelles, comerciante en especies. Primero describía “la mísera condición de los
que persiguen Honores y Riquezas… los estados deben perecer y, de hecho,
perecen, por el deseo ilimitado de Honores y Riquezas…”, para más adelante
contarle una anécdota filosófica de la Antigüedad: “No hay más que atender a
este razonamiento de Tales de Mileto: todo –decía– es común entre amigos, los
Sabios son amigos de los Dioses y todo pertenece a los Dioses; ergo: todo
pertenece a los Sabios. Así con una palabra, aquel gran Sabio se hizo
riquísimo, más por despreciar noblemente las riquezas que por buscarlas
sórdidamente… los Sabios carecen de riquezas, no porque no las puedan obtener,
sino porque no las quieren.”[20]
Esta ruptura existencial y social
con la nueva “Sociedad Comercial” (como le llamaba al feroz capitalismo
naciente Adam Smith) se produce en el período que va de 1656 a 1660.
Precisamente nuestra historia parte de una carta que Spinoza recibe en 1664 de
su amigo Peter Balling, cuando Spinoza es ya otro hombre, un pensador que puede
vivir sin apuros gracias a la renta vitalicia otorgada por un admirador, pero
en el que todavía resuenan las lastres ideológicos del capitalismo mercantil y
el colonialismo holandés transoceánico. Desde el verano europeo de 1663 Spinoza
se encuentra trabajando en su obra más importante, la futura Etica,
libro que el denomina Philosophia, que aunque es un escrito
eminentemente de corte metafísico, tiene numerosos desarrollos de filosofía
política fundamentales. La carta es curiosa por muchos motivos, Spinoza es un
pensador muy reservado en sus textos exotéricos y públicos, en los cuales poco
puede atisbarse de su vida íntima o de su círculo más privado: es una de las
pocas cartas en las cuales Spinoza evoca una experiencia íntima. En segundo
lugar, esta carta en particular fue elegida por el joven Marx en la composición
de su cuaderno sobre el pensamiento de Spinoza, en el que resumió extractos del
famosoTractatus Theologico-Politicus y de sesenta cartas del
pensador holandés.[21] Peter Balling, joven comerciante amigo de
Spinoza, miembro de los famosos “Colegiantes” (ex Mennonitas, ex Remonstrans,
quáqueros disidentes, heréticos de distinto pelaje y otros Chrétiens sans
église) de Rijnsburg, muy culto y conocedor del griego y el latín, autor de
un manifiesto de esta secta político-religiosa, Het licht op den
Kandelaar (Luz sobre el candelabro) de 1662, donde defiende una fe
interior cuyo fundamento es la “luz divina” presente en cada uno de nosotros.
Parece que podía expresarse en español (representaba en Amsterdam a
comerciantes importantes de España) y eso lo había acercado más a Spinoza. En
1664 tradujo al holandés la versión spinozista de los Principia de
Descartes; Spinoza lo califica en sus cartas de “muy culto y prudente”. En la
carta susodicha, Balling, al que se la había muerto un hijo de corta edad hacía
poco tiempo, relata que tuvo presentimientos y augurios del fallecimiento con
agüeros en forma de quejidos, que anunciaban el fatal desenlace. Spinoza le
responde lo siguiente:
“Lo que yo digo, que no es un caso
diferente, ya que puedo confirmar que me ocurrió algo similar el invierno
pasado en Rijnsburg[22], se lo explicaré. Cuando una mañana despertaba
de un sueño muy pesado, aclarándose ya el cielo, las imágenes que se me
representaron en dicho sueño las podía ver nítidamente ante mí como si fueran
cosas reales, en particular la aparición de cierto negro brasileño
leproso,[23] que jamás había visto con anterioridad. Esta
imagen desaparecía casi por completo cuando, para distraerme con algo y
mantenerme ocupado, mi mirada se fijaba en un libro o en otra cosa; en cuanto
yo apartaba la mirada de ese objeto y ya no fijaba mi atención en nada en
especial, por momentos reaparecía la imagen del etíope (Æthiopis),[24] con
igual intensidad anterior, hasta que de a poco se iba desvaneciendo hasta
desaparecer. Esto mismo que acaeció en mis sentidos internos os debió de
ocurrir con vuestro oído.”
En pocos lugares pierde Spinoza la
compostura y el férreo control de la argumentación como en esta carta.[25] Es
además la única referencia explícita en toda la obra de Spinoza a la
generalizada institución de la Esclavitud y a la esclavitud de los negros en
particular. La figura de un amenazante brasileño era para un patricio medio e
informado de Amsterdam, más para comerciante transatlántico como Balling, algo
que no necesitaba de ninguna explicación suplementaria. Recordemos que Spinoza
llega a la conclusión de que la alucinación auditiva de los gemidos del hijo de
su amigo Balling era, de hecho, un presagio de la enfermedad
inminente, porque se basa en un conocimiento íntimo del niño, mientras que su
sueño del negro sarnoso brasileño no podía ser, en cambio, el producto de una
enfermedad física o el delirio. Spinoza explica el significado del delirio
auditivo de Balling, mientras no puede ser plenamente consciente de su sueño.
Es claro que además Spinoza le agrega el adjetivo negro,nigri. Para los
lectores posmodernos de Spinoza parece no representar ningún problema: por
ejemplo Hardt&Negri señalan, para justificarlo, que nada menos que Kant y
Hegel también hablaban de “negros” en sus textos.[26] Analizar una
forma de comunicación invariablemente distorsionada, en este caso un sueño
delirante, es por tanto revelar de qué manera sus lagunas,imagos,
repeticiones, omisiones y equívocos son por sí mismos significativos y apuntan
a lo reprimido, a lo innombrable, a lo excluído. Si podemos revelar las
condiciones que compelen a un discurso particular (narración de la intensa
aparición de un negro esclavo enfermo) a incurrir en ciertos engaños y
disfraces, igualmente podemos examinar los restos diurnos generados por las
condiciones materiales de una época y lugar, que introducen información
(“contenido manifiesto” según Freud) en el texto de un sueño. Como señala
Eagleton, lo que se produce (sea un sueño diurno o una compleja producción
ideológica) debe entenderse en términos de sus condiciones de producción.
Permítanme sugerirles que Spinoza llegó a la conclusión equivocada acerca de su
propio sueño: él poseía íntimamente los pertrechos ideológicos necesarios para
engendrar la alucinación, el fantasma del esclavo rabioso, la imago
nigri. La causa inmediata del sueño puede haber sido alguna forma de
delirio, pero el contenido del sueño -es decir, la imagen aterradora de una
colonia nativa de esclavos y braceros en rebelión contra sus amos europeos- no
podía ser explicado por causas puramente físicas, sino más bien por la confusa
conciencia mental de Spinoza del capitalismo holandés, de la empresa colonial
en sí misma, del sueño imperial de una Nederlands-Brazilië, de una
gran Nieuw-Holland y las representaciones de esa empresa en su
cultura, la calvinista y liberal, en el núcleo más duro pero más reprimido de
la Ideología holandesa.
El Esclavismo como realidad material
atravesaba transversalmente la vida de los Spinoza, era el Business as
normal, en una ciudad como Amsterdam, donde los mercaderes judíos
controlaban alrededor del 20% del comercio hacia el año 1630.[27] Incluso
un hermano de Spinoza, Gabriel, había emigrado a la colonia de Barbados, donde
tenía inversiones en plantaciones de azúcar y era propietario de esclavos; otra
media hermana, Rebecca, emigró con dos hijos a Curaçao, una isla que no tenía
economía de plantación importante en sí, pero que se utilizaba como un depósito
central, un enorme slave Entrepôt, y parada de clasificación de los
esclavos africanos con destino a la comercialización en las colonias inglesas y
españolas.[28] El sistema esclavista era una presencia natural y
cotidiana entre la comunidad de ricos comerciantes de la potente provincia de
Holanda. El llamado plan geopolítico Groot Desseyn (Gran
Diseño), en el que colaboraba codo a codo la WIC con el Estado General de las
Provincias Unidas, pretendía establecer una gran colonia holandesa ex
novo, a costa de territorios de Portugal en Angola y Brasil, explotar el
adictivo azúcar a través del tráfico de esclavos africanos en una única zona
económica, plan que comenzó a materializarse con la primera expedición militar
en 1624 para conquistar Bahía.[29] ¿Spinoza delira con el fracaso
del Groot Desseyn? Lo reprimido en la alta Teoría no puede borrarse
sin más, re-aparece como resto diurno claro y simple en un delirio
persecutorio. Su narración de este sueño obsesivo y a ojos abiertos ha sido
debatido por algunos especialistas. En diciembre de 1640 Portugal se separa de
España y la comunidad portuguesa de Amsterdam vuelve a re-establecer vínculos
comerciales con la nueva nación y sus colonias en todo el Mundo, en especial
con la extensa Brasil, y los Spinoza comienzan a importar frutas y nueces del
Algarves portugués. Las nuevas relaciones permiten hacer lobby a
favor de los mercaderes judíos holandeses que se han establecido en el norte de
Brasil, en especial en Recife. Holanda habían invadido los territorios del
norte de Brasil en varias etapas desde 1624, apoyados financieramente por la
WIC, la Geoctroyeerde West-Indische Compagnie, la famosa y primera
multinacional de la historia del Capitalismo: la Compañía Holandesa de las
Indias Occidentales con sede en Amsterdam. Precisamente el órgano político de
Holanda, el Estado general, donde había muchos amigos y admiradores de Spinoza,
le otorgó una concesión monopólica sobre el tráfico comercial y comercio de
esclavos sobre América y África durante veinticuatro años. Incluso Holanda
designó a un virrey para gobernar sus nuevas conquistas: Johan
Maurits van Nassau-Siegen, un administrador moderno, liberal que colaboró con
la instalación de la comunidad judía en Recife y Pernambuco. Es sintomático que
el templo judío de Recife, ciudad que se la rebautizará como Mauritsstad, la Kahal
Zur Israel, será la primera sinagoga construida en todas las Américas. Con
el Tratado de Münster, en la primavera de 1648, llega la paz entre el reino de
España y las Provincias Unidas, que le permitirá reanudar relaciones
comerciales tanto con el reino como con sus colonias, abriéndose a Holanda
todos los puertos bajo dominio español, período que se conoce como la “Edad de
Oro” de los judíos portugueses en Amsterdam, aunque un decreto de Felipe IV
obligaba a todo judío confeso a tener como agente intermediario a un agente
católico o protestante, que se quedaba con un 20%. La práctica económica
capitalista de la Esclavitud (sistemática, altamente sofisticada, extensiva e
intensiva, con un Profit que podía llegar al 300%) de los
pueblos no-europeos como fuerza de trabajo en las colonias, era de tal magnitud
que a mediados del siglo XVII todo el sistema económico de Occidente, y su
correspondiente acumulación primitiva, estaba basada en ella.[30] Inmediatamente
Holanda debe enfrentarse a otro imperialismo competitivo: Inglaterra, quién, a
través de unaNavigation Act de 1651, impedía que buques holandeses
que partieran de Europa anclaran en sus aguas y prohibía el comercio con sus
colonias, la primera guerra anglo-holandesa se desatará finalmente en 1652. No
es causalidad que más tarde Kant en su escrito de 1795 Zum ewigen
Frieden. Ein philosophischer Entwurf criticara esta geopolítica
esclavista, explotadora, violenta y racista del nuevo capitalismo europeo
acusando a “la conducta hostil de los Estados civilizados de nuestro
continente, en especial de los estados comerciales” y remarcando “la injusticia
que exhiben al visitar a pueblos y países extranjeros (que en su caso es lo
mismo que conquistarlos)”, para finalizar diciendo que “América, los países
negros, las islas de las especies, el Cabo, etc., eran para ellos, al
descubrirlos, países que no pertenecían a nadie, pues a sus habitantes no los
tenían en cuenta para nada. En las Indias orientales (Indostán) introdujeron
tropas extranjeras, bajo el pretexto de establecimientos comerciales, y con las
tropas introdujeron la opresión de los nativos, la incitación de sus distintos
Estados a grandes guerras, hambres, rebelión, perfidia y la letanía de todos
los males que afligen al género humano.”[31]
Entre el siglo XV y XVI la
Esclavitud como topoi retórico (aunque su origen es también
histórico) se había convertido en la metáfora principal de la Filosofía
política occidental, para connotar todo lo nefasto, perverso y negativo de las
relaciones de poder absolutistas (europeas, no europeas y clásicas). Sin
embargo, la metáfora política se condensó en ideología oficial del naciente
Iluminismo cuando la práctica económica de la Esclavitud se incrementaba
cualitativa y cuantitativamente. La tópica en la ideología funciona con un
depósito de provisiones, de manera sistemática y normativa, en ella se pueden
encontrar las ideas más generales, ad usum delphini, listas para
citarse en todos los escritos y discursos, que fungen como un tipo especial de
discurso demostrativo. Los topoi que se usan en el Iluminismo
–la metáfora esclavista es uno de ellos– son testimonio de una nueva “actitud
espiritual” relacionada con el ascenso de la burguesía comercial y propietaria.
La discrepancia escandalosa entreTheoria y Praxis,
entre Ser y Mundo, entre pensamiento y práctica, la escansión sin resolver,
puede adoptar muchas veces la forma del silencio cuando no se la perciba o
cuando se bloquea el aparato conceptual. O bien silenciarla y fundamentarla al
mismo tiempo, como es el caso de Spinoza y de sus contemporáneos. Esta doble
visión, este mirar bizco hacia dos direcciones, era bastante común en los
filósofos del 1500 y 1600. ¿Qué pasaba en la Ideología holandesa? ¿Era una
auténtica anomalía salvaje? ¿O en realidad una simbiosis paralizante del
conflicto burgués? Los pensadores del Iluminismo continental, incluso los más
radicales, utilizaban con generosidad la figura retórica de la Esclavitud como
argumento para enfrentar al Absolutismo, en especial el católico y el español,
se indignaban contra la Esclavitud qua teoría, mientras que
ignoraban&reprimían soberanamente la práctica concreta, el oficio terrestre
y los frutos crematísticos de la Esclavitud. La cuna del Racismo moderno (y sus
variantes) se cristalizó en Occidente durante el período que va de 1500 al 1700,[32] pero
la mayoría de los filósofos de la Enlightement (incluso del
ala más radical) aceptaban como “natural” la explotación forzada de millones de
trabajadores esclavos, los Untermenschen de la Modernidad, en
las colonias, los mismos que proclamaban que la Libertad era el estado natural
del Hombre y un Derecho inalienable e intransferible. Untermenschen,
o sea: “Sub-hombres”, es un término generalmente útil, pero tiene que ser
subdividido so pena de comprenderse mal la complejidad ideológica o reducir el
Racismo a una caricatura, un perro de paja. Tradicionalmente se han producido
jerarquías raciales dentro de los grupos subordinados al Capital, por ejemplo,
con los “Bárbaros” que se distinguen de los simples “Salvajes”; los
“Orientales” o “Asiáticos” (eslavos, indios, chinos), por ejemplo, de forma standard,
se sitúan siempre por encima de la mayoría de los nativos americanos, africanos
y aborígenes australianos. Por otra parte, debido a la variedad de los marcos
teóricos racistas que se utilizan para justificarla Esclavitud y el trabajo
forzado, habrá una amplia gama de concepciones que a veces se oponen y entran
en pugna: “Racismo teológico”[33] versus “Racismo científico”;
“Poligénesis” versus “Monogénesis”; “Ambientalistas” versus “Biologicistas”,
etc.; por no hablar de las variedades internas dentro de cada una de ellas. Uno
podría ser inferior a causa de ser un animal no-humano, por ser una entidad
intermedia entre los animales no humanos y los seres humanos (“Eslabón
perdido”), por ser seres humanos de una génesis diferente inferior
evolutivamente, por ser seres humanos de la misma génesis pero marcado por un
retraso evolutivo irreversible, y así sucesivamente. El concepto de Untermenschen era
un concepto dirigido a “simplificar” el seguimiento de esta situación de
inferioridad moral, dar legalidad a la “muerte social” de poblaciones
completas, haciendo una suspensión del juicio en relación a otras
diferenciaciones. Pero una vez que se dictamina, habrá un enorme número de
formas en las que uno puede ser unUntermenschen, una Sub-persona desde
la perspectiva de Occidente y la naciente ideología burguesa: el Liberalismo.(Continuará)
[1] Para las
noticias sobre la vida de Spinoza es insustituible el libro todavía vigente de
Carl Gebhardt, autor de la editio definitiva en los 1920’s de
su obra completa: Spinoza, Losada, Buenos Aires, 1940; también los
soberbios trabajos de Steven Nadler: Spinoza. A Life, Cambridge University Press,
Cambridge, 1999; Spinoza’s Heresy. Immortality and the Jewish Mind,
Oxford University Press, New York, 2001, y A Book Forged in Hell.
Spinoza’s Scandalous Treatise and the Birth of the Secular Age,Princeton
University Press, Princenton, 2011.
[2] Un temprano
estudioso de Spinoza como Feuer, describe a la comunidad judía de Amsterdam
como “a virtually autonomous socio-economic Entity.”; véase: Feuer, Lewis, Spinoza
and the Rise of Liberalism, Beacon Press, Boston, 1958, p. 5.
[3] Y en 1678 se
prohibió hasta realizar traducciones en otros idiomas o publicar extractos del
libro. Israel, Jonhattan: “The Banning of Spinoza’s Works in
the Dutch Republic (1670-1678)”; en: Van Bunge, W./ Klever, W. (eds.); Disguised
and Overt Spinozism around 1700, Brill, Leiden, 1996, pp. 3-14. Lo mismo puede
decirse de la situación de emigrado de Descartes, siempre bajo acecho de
expulsión y censura, y otros intelectuales destacados holandeses como Ericus
Walten o artistas como De Hooghe.
[4] La anécdota del
llamado padre de la Medicina moderna en Holanda en: Lindeboom, Gerrit Arie; Herman
Boerhaave: the man and his work, Methuen, London, 1968, p. 46 y ss.
[5] Véase: Vaz
Dias, A.M. / Van Der Tak, W.G.; Spinoza, Mercator et Autodidactas,
Nijhoff, La Haya, 1932; se trata de una importante colección de documentos
privados y comerciales de la familia Spinoza.
[6] Schmitt, Carl; Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas
Hobbes: Sinn und Fehlschlag eines politischen Symbols,
Hohenheim Verlag, Colonia/Lövenich, 1938.
[7] Williams, Eric; Capitalismo
y Esclavitud, Traficantes de Sueños, Madrid, 2011.
[8] Las cifras en: Eltis, David; The Rise of African Slavery
in the Americas, Cambridge University Press, Cambridge, 2000, p. 9, Table
I-I.
[9] Los daneses
fueron los primeros en poner fin a la trata de esclavos en 1804; Gran Bretaña
aboliría la Esclavitud en 1831; Francia en 1848; Rusia y los Estados Unidos
recién en 1861, pero la tolerante Holanda aboliría el comercio de esclavos
recién en 1863, siendo una de las últimas naciones europeas en hacerlo.
[10] Zacarías, Moutoukias; Contrabando
y control colonial en el siglo XVII: Buenos Aires, el Atlántico y el espacio
Peruano, Centro Editor de America Latina, Buenos Aires, 1988, pp. 143-47.
[11] Blakely, Allison: Blacks in the Dutch World: The Evolution
of Racial Imagery in a Modern Society, Indiana University Press,
Bloomington, 2001, p. 8. Véase la completa base de datos del comercio esclavista,
ahora on-line: “Trans-Atlantic Slave Trade Database” (TSTD2),www.slavevoyages.org
[12] Spinoza tenía
al morir una biblioteca de alrededor de 160 volúmenes: Van Rooijen, A. J.
Servaas, Inventaire des livres formant la bibliothèque de Bénédict
Spinoza, The Hague: W. C. Tengeler, 1888; Vulliaud, Paul; Spinoza
d'après les livres de sa bibliothèque, Chacornac, Paris, 1934; Pannier, J.; Les
Livres protestants chez Spinoza, Etudes religieuses et théologiques,
Montpellier, 1935; AA.VV.; Catalogus van de Bibliotheek der Vereeniging
Het Spinozahuis te Rijnsburg, E. J. Brill, Leyden, 1965.
[13] España fue
siempre, hasta el siglo XIX, dependiente de extranjeros en lo que concernía a
sus esclavos, ya fuese porque se adhería al arbitraje papal que la excluía de
África (se le había otorgado a Portugal), o porque carecía del capital y de las
técnicas necesarias para el tráfico de esclavos. El suculento negocio de
proporcionar esclavos al imperio español, denominado eufemísticamente Asiento
de negros, se convirtió en uno de los trofeos más codiciados y amargamente
disputados de la diplomacia y el comercio internacional.
[14] Alrededor del
7% de las acciones de la WIC pertenecían a judíos holandeses.
[15] Sobre el tema, véase
el trabajo de Emmer, Pieter, C.; The Dutch Slave Trade 1500-1850,
Berghahn Books, Oxford, 2005.
[16] Hacia 1644 los comerciantes
judío-holandeses adquirían el 63% de las compras on-shore de
esclavos del tráfico de la WIC hacia Brasil. Véase: “Jews and New Christians in the Atlantic Slave Trade”, en: The
Jews and the Expansion of Europe to the West, 1400-1800, Paolo Bernardini
(Ed.), Berghahn Books, 2004, p. 450. El rol de los judíos en el tráfico de
esclavos del Atlántico, a pesar de la leyenda antisemita propagada por el
historiador Werner Sombart, fue en general muy localizado y de corta duración,
y acotado al nuevo colonialismo holandés.
[17] Ibidem, Drescher, Seymour, p. 475 y
ss.
[18] Spinoza, Benedictus; Opera,
ii, Winter, Heildelberg, 1925, p. 5 y 6; en español: Spinoza, Baruch; Tratado
de la reforma del Entendimiento. Principios de Filosofía de Descartes.
Pensamientos metafísicos; Alianza, Madrid, 1988, p. 75 y ss.
[19] Demócrito, en:
D i e l s/ K r a n z , Die Fragmente der Vorsokratiker, II, p. 12,
frag. 3. Esta sentencia había sido apropiada por los epicúreos.
[20] Carta XLIV, 17
de febrero, 1671; en: Spinoza, Baruch de;Correspondencia Completa;
Hiperión, Madrid, 1988, p. 133-134.
[21] Remitimos al
lector a la primera edición en español del trabajo del joven Marx sobre
Spinoza, con estudio preliminar y traducción de nuestra autoría:
Marx, Karl Heinrich; Cuaderno Spinoza, Montesinos, Mataró, 2012.
[22] ¿Visitó Spinoza
a los colegiantes rebeldes de Rijnsburg en el invierno 1663-1664 para enseñar
sus ideas? Recordemos que Spinoza se mudó a Voorburg en abril de 1663.
[23] Textualmente: “…et
praesertim cujusdam nigri et scabiosi Brasiliani quem nunquam antea videram…” Algunos
textos en español lo traducen como “sarnoso”; otros como “hirsuto” (¡!), en la
época se confundían los síntomas del parásito de la Sarna con las úlceras
leprosas, por otra parte, algunos tipos de infecciones por Sarna, se encuentran
con frecuencia en pacientes que sufren Lepra.
[24] La mayoría de
las ediciones al español (e incluso en inglés) traducen la palabra como
“negro”.
[25] El extraño sueño de
Spinoza ha sido tema de debate por especialistas e intérpretes, desde el
pionero trabajo de enfoque psicoanalítico de Feuer: Feuer; Lewis, S.; “The
Dream of Benedict Spinoza”, en: American Imago, XIV, 1967, pp.
225-242: Bertrand, M.; Spinoza et l’immaginaire, Presse
Universitaire de France, Paris, 1983; Rosenthal, Michael A.; “The Black, scabby
Brazilian.Some Thoughts on Race en Early Modern Philosophy”, en:Philosophy&Social
Criticism, 31, 2005, pp. 211-221; Montag, Warren; Bodies, Masses,
Power. Spinoza
and his Contemporaries;Verso. London-New York, 1999, p. 84 y ss., en español: Cuerpos,
masas, poder: Spinoza y sus contemporáneos, Tierra de Nadie ediciones,
Madrid, 2005; “Chi ha paura della moltitudine?”, en:Quaderni Materialisti,
2003, pp. 63-79. En el influyente libro de Toni Negri, el sueño de Spinoza es
diluído, sin analizar en sus contenidos y su connexio con la
Ideología holandesa, como mera introducción formal e ilustración filosófica al
poder constitutivo de la imaginación en lo Real: véase: Negri, Antonio; La
anomalía salvaje. Ensayo sobre Poder y Potencia en Spinoza; Anthropos,
Madrid, 1993, pp. 157-159.
[26] Lo que es
exacto pero no en un contexto clasista-racista como el de Spinoza. Una pésima
comparación, mutatio controversiae, en especial en el caso de
Hegel, del cual no pueden citar ni un ejemplo. La fantasmagórica imagen del
esclavo negro es subsumida en el símbolo creativo de Calibán, el poder creativo
¡de la imaginación!; véase: Hardt, Michael/ Negri, Antonio;Commonwealth,
Belknap Press, Harvard, 2009, p. 99 y ss.; en español: Commonwealth: El
proyecto de una revolución del común, Akal, Madrid, 2011, p. 112; y un tema
que ya había desarrollado, a la sombra del negro sarnoso brasileño, en su obra
clásica: La anomalía salvaje. Ensayo sobre Poder y Potencia en Spinoza;
Anthropos, Madrid, 1993.
[27] El dato en:
Steven Nadler: Spinoza. A Life, Cambridge University Press,
Cambridge, 1999, p. 22.
[28] Por la época se
estimaban que llegaban cada semana a Curaçao entre 1000 y 2000 esclavos.
[29] Israel, Jonathan I.; The Dutch Republic: Its Rise, Greatness and
Fall, 1477-1806, Oxford University Press, Oxford-New York, 1995.
[30] Véase: Emmer, Pieter, C.: “The Dutch and the Making of the Second
Atlantic System”; en: Solow, Barbara L. (ed.), Slavery and the Rise of
the Atlantic System, Cambridge University Press, Cambridge, 1991), pp.
75–96.
[31] En español:
Kant, Immanuel; Sobre la paz perpetua; Tecnos; Madrid, 1998.
Algunos investigadores han sostenido que Kant es el creador del concepto
moderno de Raza, no del Racismo per se, como Emmanuel Eze, “The
Color of Reason: The Idea of 'Race' in Kant's Anthropology”; en Eze, E. (ed.), Postcolonial
African Philosophy: A Critical Reader, Blackwell, Cambridge, 1997, pp.
103-40; debate la tesis de Eze, Charles W. Mills: “Kant's Untermenschen”: en:
Valls, Andrew (ed.); Race and Racism in Modern Philosophy, Cornell
University Press, Ithaca, 2005, pp. 169-93.
[32] Véase la historia general de
Georg L. Mosse: Toward the Final Solution: A History of European Racism,
University of Wisconsin Press, Madison, 1985.
[33] Los tres principales grupos raciales reconocidos en la
Modernidad, blancos, amarillos y negros, en tanto descendientes de los tres
hijos de Noé: Jafet, Sem y Cam, tal como lo creía, por ejemplo, el almirante
Cristóbal Colón cuando encontró los primeros indígenas en el Caribe.
__________
(*) Tomado de: http://fliegecojonera.blogspot.com.es/
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