lunes, 12 de marzo de 2007

José Mª Amigo Zamorano: Siguiendo a Omar Khayyam 8


8.
Desde los más remotos tiempos, el reino de las tinieblas, la oscuridad, la noche, ha entenebrecido la vida del ser humano; incluso, muchas veces, ha sido odiada por los hombres que, queriendo vivir eternamente, saben, y el reino tenebroso de la negritud se lo demuestra, que morirán sin remedio. Aunque mejor dicho, es por la razón de los hombres, que al final entienden al sueño como unas horas pasadas sin vida, horas negras, horas robadas a la luz, al jolgorio arcoirisado de las flores, al vino, mientras tanto la vida se les escapa a pasos de gigante.
Al amanecer, cuando la luz ha vencido brillantemente (nunca mejor dicho) a las tinieblas, Omar Khayyam se levanta, saluda al alba, que ya se le anuncia por oriente, henchido de alegría y dirigiéndose a su acompañante dice:
--¡Oh mi hermosa amada!: para empezar a olvidar las amarguras de las sombras, canta; pero solo para mi, no necesitamos auditorio ni aplausos y escancia vino en mi copa de arcilla. Recuerda que el transcurrir del Tiempo ha entoñado para siempre cien mil reinos de Djem y kais bajo la tierra.


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