miércoles, 5 de octubre de 2011

Ramiro Gairín Muñoz, el amor y los pájaros


Gairín Muños, Ramiro
Que caiga el favorito /Ramiro Gairín Muñoz. - Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2011
56 p.: 19 cm. - (La gruta de las palabras; 74)
ISBN: 978 - 84 - 15274 - 10 - 0
821.134.2-1<<19>>
__________
Así, como acaban de leer, viene este librito de poemas. Así de cuidado en el detalle ha visto la luz el poemario de Ramiro Gairín Muñoz. Hasta con ficha bibliográfica y todo. Los bibliotecarios lo agradecerán.

Nos vino por intermediación del amigo Antonio Tejedor. Él nos ha dado a conocer este poemario y a este poeta aragonés. Aunque aun no lo hemos tratado, pero quien sabe...

El librito lo hemos leído varias veces. Se tardan pocos minutos en hacerlo. Empero son necesarias segundas lecturas. Al menos a nosotros que somos de otra generación. Educados en otros gustos. Marcados y conformados por ellos. Gustos que nos rodean como una capa. Pero que no queremos que sea impermeable. Incomunicativa. Queremos empaparnos de otras poéticas para romper esa línea divisoria entre generaciones. Estas palabras son de acercamiento. De diálogo. Hasta con nosotros mismos. Palabras cordiales. Sinceras.

Nuestra intención es hablar, valga el verbo, de un amigo al que acabamos de conocer. No  descubrir y presentar a un poeta genial o mostrar una joya. No. Ni estamos preparados para ello, ni creemos que nadie sepa lo que es eso. Algunos, es cierto, no apean de sus labios eso de 'criterios literarios' cuando son unos sectarios de su peña, grupo o capilla. Pero ni estos sabidillos, ni el resto, puede saber, menos hoy en día, quien destaca o no, cuando hay cientos de poetas que escriben... qué digo cientos... ¡miles! No hay mas que echar una ojeada por la Red. 

Y sin tener estos achiperres para navegar, que los tenemos, en nuestra vida particular hemos conocido a numerosos poetas y tratado a algunos de ellos. Pondremos unos ejemplos: en Euskadi, en la década de los 80 del siglo pasado, conseguimos reunir en una antología a cerca de 80. De esos tuvimos cierto trato con Jorge Oteiza (gran escultor pera también poeta), Luis Mari Mújika, Carlos Aurtenetxe, URKO (cantante y poeta), Julia Ochoa, Juan Kruz Igerabide, Ricardo Ugarte (escultor y poeta), José Agustín Arrieta, Felipe Juaristi. Mas tarde, en Avila, conocimos a Luis Felipe Comendador, un notable poeta salmantino que editaba una revista y sabía de muchísimos con sus direcciones y teléfonos. Un nutrido grupo de ellos se reunieron en Avila para formar una antología, 'Feroces, radicales, marginales y heterodoxos en la última poesía española', edición de Isla Correyeroque editó DVD. De ese entorno conocimos, y tratamos, a José Luis Morante que, además de poeta, es crítico connotado. Tenía una revista en Rivas Vaciamadrid. 'Prima Littera' se rotulaba. Y allí publicó a numerosos poetas. José Luis Morante, profesor de literatura, se ha dedicado en cuerpo y alma a la poesía. Es un pozo de sabiduría en esa parcela. 

Él y Comendador nos hablaron de Antonio Orihuela como muy buen poeta. Otros, así mismo, nos lo han alabado. Desgraciadamente, ni lo hemos tratado ni hemos leído nada de él. Pecado que confesamos. Pero de esa onda, eso tenemos entendido, son 'david gonzáles' (así, con minúsculas se firma, si bien a nosotros nos parece mayúsculo) y Karmelo Iribarren. Y, tirando del hilo, la lista se fue incrementando peligrosamente.

Por aquel entonces leímos en la revista 'Claves de la razón practica' unas cartas entre un miembro de el grupo, secta, peña o capilla poética 'Poesía de la experiencia' luego de la 'Nueva sentimentalidad' (o al revés) y un miembro de otro grupo, corro, banda, secta o capilla 'Poetas de la libertad', o algo así (porque se reunieron en un bar de la calle Libertad de Madrid), sevillano (si mal no recordamos) y ambos se tiraban a la yugular... literariamente hablando... de premios, dinero, fiestas, comidas, becas, viajes pagados, turismo... Solo quedaba proporcionarles un arma para que corriera la sangre envuelta en juergas, cócteles, islas caribeñas, wiskis, putas... Los primeros editaron una antología, '1917 versos' se tituló (si la memoria no nos falla) Jugaban con la fecha histórica de la Gran Revolución de Octubre en Rusia. Eran comunistas o marxistas (no sé, eso decían) y tenían por capitán a Alberti. Y la leímos. Mejor, o peor, para nosotros, pues conocimos a Benjamín Prado, Egea, Salvago... Y siguiendo siguiendo se tejería una hermosa ristra de poetas. Otra. Sin ir mas lejos, en esta 'Gruta de las palabras', donde han sacado el librito que aludimos, hay 74. En ella aparece un nombre, Juan Carlos Elijas al que, en su día, le publicamos algunos poemas y +. Elijas era (o es) del grupo, capilla, cuadrilla, o secta, bautizada Mediona. Cenáculo poetil de Tarragona del que, seguro seguro, podría salir otro porrón de poetas. Si lo unimos a nuestro gusto por poetas revolucionarios latinoamericanos y o poetas africanos y de la 'Negritud'; + los poetas de la revista 'Zurgai' (Bilbao), + la 'Galleta del Norte' + la desaparecida 'Kantil' de Donosti, + 'Aullido', del Sur de Andalucía, de Uberto Stabile (escribimos de memoria y nos podemos engañar) poeta y editor independiente, + 'El Cobaya' de Avila, + la colección de poetas en torno a Juan Gonper, +, cuando homenajeamos a Vicente Aleixandre, los poetas que giraban en su torno: Concha Zardoya, Leopoldo de Luis, José Hierro, Carmina Casala, Antonio Quintana, Antonio Casares, Alejandro Duque Amusco, Pere Ginferrer... innumerables como los mártires de Zaragoza... saldrá de todo estos un bosque de poetas, solo en nuestro terreno particular, personal. Si extendemos la mirada y agregamos los de las lenguas vernáculas de las comunidades 'históricas', + los que han surgido en el resto de las comunidades, + los que escriben para su propio solaz y el de sus amigos, + ... esto se convierte en una selva de vegetación enmarañada en la que nos perdemos como en un laberinto.

De modo que, en este bosque o selva o laberinto, querer hallar joyas y presentarlas, en este escrito, como si fuera notas brillante en pentagrama de oro, sería muy pretencioso por nuestra parte. Y siendo, como somos, aficionadillos, mas estúpido aun. Solo el tiempo podrá a cada uno en su sitio. O el viento, 'excelente cosechero', según León Felipe.

Por lo que, al escribir esto,  solo pretendemos dar la bienvenida a nuestra casa a un nuevo amigo. Desearle que el viento le proporcione un buen vino. Y hablarle de nosotros. Del aire fresco que representa su librito. Mas necesario, si cabe, cuando necesitábamos orear nuestra casa.

Y si, hemos escuchamos con sumo interés lo que nos dice 'Que caiga el favorito'. Quien, con sinceridad, nos habla de su amor, de la mujer amada a la que presenta como 'fresca costumbre de ser simple tormenta, rama tierna' en cita de Octavio Paz. Ella, nos viene a decir, es quien sostiene el vuelo. Y, siendo así, se sorprende de que él haya sido elegido para ocupar su corazón. Se sorprende, porque no va por el mundo, precisamente, destacando, no llega a las casa tocando tambores, ni va por ahí con alharacas, sino que es callado, sencillo, pardo como gato pardo en la noche, uno mas de los 'pobres comedores de manzanas' como nos apodaba Neruda. Pero, en fin, ha tenido la suerte de ser amado. Y lo proclama lleno de gozo. Nos lo dice. Y a los cuatro puntos cardinales de la ciudad para llenarla 'de este amor con el que nos esperamos'. Lo que le inquieta, le da algo de miedo, es que que pueda apagarse, que 'el estar lejos no estés aquí', que deje de arder, como hoy, en el cristal del tiempo. Porque del futuro nada sabemos lo que puede depararnos, excepto que habrá 'viento en contra y cerezas'. Por eso todo lo que se haga aquí y ahora importa. Este amor importa. 

En este punto el poeta puede que se de cuenta, aunque no nos lo cuenta, que este cuento, esta historia, este amor, dentro de los miles de amores, historias o cuentos que cuentan los miles de poetas... cuenta mas bien poco. Entonces, ¿qué hacer?... ¿callarse?... No. Seguir en la vereda, porque si te callas 'el silencio es un bosque poco a poco sin luz' y 'te deja sin pájaros'. 


Si esto ocurriera, nos preguntaríamos -lo hacemos porque el poeta deja espacio en los poemas para ello-, ¿quién tendría la tentación de vuelo, quién?... ¿quién nos anunciaría la primavera, quién?... ¿quién llevaría la alegría hasta los parques, quién?... ¿quién le infundiría esperanza al desahuciado, al que no puede pagar la letra de la luz, del agua, del banco, o no puede adquirir alimentos o medicinas en las multinacionales, quién?... O ¿quién volaría hasta los barrotes del prisionero anunciándole cada día el albor y transportándole en sus alas el olor de las rojas amapolas, los botones de oro o los lirios morados de mayo, quién?... 

Sin voz, ¿quién cantará y contará las hazañas de los pueblos, quién?... ¿Quién le dirá a ese o a esa que también fueron el centro del mundo, quién?... Y sin voz, ¿cómo le dice el poeta a su amada que una noche de haikus la llama del portátil la tiznaría de azul, cómo?... 


Y sin voz ¿cómo podríamos levantar el tono de voz exclamando ¡Que caiga el favorito!, cómo?... ¿Cómo podríamos abominar de las guerras desde el silencio, cómo?... Porque a veces, en su tarea, el poeta  tiene que renegar de coserse los labios porque 'la chica tiene marcas de heridas en los pies'. Y hay que decirlo. Como hay que cantarle las cuarenta a las compañías eléctricas, a los bancos y a las multinacionales... Pero eso es otra historia.

Ante todas estas cosas mira para la puerta y la ve a ella. La ve salir. Y dirigiéndose a su amada le habla: 'Me hace gracia porque dices por qué sonríes sonriendo'. Fin.

Hasta aquí este breve poemario. Este aire fresco. Joven. 

Gracias a su autor y al amigo Antonio Tejedor.

Ahora bien, tenemos que ponerle un pero. Nobleza obliga. Nos hubiera gustado (es subjetivo) una mayor acidez con el sistema. Con esta mierda de sociedad. No un panfleto, no. Aunque tampoco despreciamos los panfletos poéticos. Los poemas de lucha. Si tienen arte, pueden hacer hervir la sangre e incitar 'a moverse los unos hacia los otros'. Un Ejemplo el guatemalteco Julio Fausto Aguilera
"Con un verso/  es verdad/ no votas a un tirano.
Con un verso no llevas pan y techo / al niño vagabundono llevas medicinas / al campesino enfermo.
Sobre todo, no puedes / hacerlo ahora mismo.
Pero... Vamos a ver:
Un verso / bien nacido y vigorosoy otro más encendidoy otro más desveloy otro verso más fuerte y más verazle dan vida / a un sueño que recogieron tiernoy ese sueño de muchos, ya nutridose vuelve una concienciay esa conciencia, una pasión, un ansia...
Hasta que un díatodo -sueño,  conciencia, anhelo-, compacto se organiza... y entonces viene el gritoy el puñoy la conquista...
En la efigie de la conquista brilla una diadema: el verso."
Le hemos leído por ahí, sin saber el por qué, que no le gusta hacer poesía social. Le parece un panfleto. Aunque lo entendemos. Viniéndonos, al respecto, el recuerdo de lo que le ocurrió a Gil de Biedma con el poema 'Pandémica y Celeste' al reescribirlo colocándole palabras como joder, polla, coño y alguna otra de ese matiz sexual. No lo aguantó. Le pareció malsonante. Feo. Y es que, según Ramón Irigoyen, tenía en el cerebro metido el catecismo católico del Padre Astete. Quería decir que tanto nos han lavado el coco que no sabemos salir de los cánones marcados. 

Puede que al poeta aragonés le ocurra algo parecido. O no. Tantas toneladas de ideología conteniendo las palabras tolerancia, respeto, diálogo, perdón, olvido... Muy bonitas pero en una sola dirección. Tanto machacar en esa dirección que, por ejemplo, las palabras ricos y pobres, amos y criados, explotadores y explotados, proletarios y capitalistas, lucha de clases, opresión, rebeldía, protesta, huelga... nos suenan mal en un poema. Poema malsonante. ¡Bah, un panfleto! 


Cuando se rueda una película de lucha popular, de lucha de clases, pobres contra ricos (a veces ocurre en la historia, no lo hemos inventado) se dice que es una película política, demagógica, violenta, intolerante... ¡Bah, panfletaria! Eso dicen, por ejemplo, de los films de Ken Loach. Pero películas de ese jaez nos las echan todos los días y a todas las horas (los yanquis sobre todo) y nadie dice nada. ¿No será que tienen, o tenemos, en el coco, gravado, el catecismo burgués del Capital?

José Mª Amigo Zamorano

__________
Destacamos algunos poemas:

Un silencio es un bosque
poco a poco sin luz


se escucha el movimiento
de animales nocturnos
las tramas de los árboles


se presiente algo malo
que casi nunca ocurre


y te deja sin pájaros.

(Zaragoza, octubre de 2009)

---

Te han encarnado
en mi sueño los álamos
desnuda y ávida


noche de haikus
la llama del portátil
te tizna azul.

(Zaragoza, febrero de 2010)

---

Me pasa como a Truffaut


detesto las películas de guerra


solo salvo el momento
en que saco tu foto del bolsillo
y me pongo a mirarla en la trichera


con los pies en el barro


y dejan de escucharse los disparos.

(Zaragoza, mayo de 2010)

4 comentarios:

Ramiro Gairín Muñoz dijo...

Muchas gracias por la entrada, José María!

La poesía social ya llegará; nunca dije que no me gustara hacerla, dije que no la escribo porque me parece muy difícil hacerlo bien, hacerlo sin que deje de ser poesía. De momento, el trabajo está en las calles, en las plazas, en las asambleas y en las comisiones.

Todo eso destilará poesía con el tiempo...

Un abrazo!

Talín dijo...

De nada, Ramiro.

Eso es lo que quería oir. Y si, creo que de momento el trabajo debe estar en las calles. Con los indignados. Cada uno con su discurso. Hasta conseguir eso que corean 'El pueblo unido jamás será vencido'. Entendido como la comunión de múltiples ideas revolucionarias para la acción.

Bogador y caminante dijo...

¡Puta madre! Otro gran artículo que me estaba perdiendo.
(Estoy tratando de sacarme de la cabeza el "catecismo católico de un tal -por acá- padre Ripalda).
No puedo dejar de citar estas palabras: "¿callarse?... No. Seguir en la vereda, porque si te callas 'el silencio es un bosque poco a poco sin luz' y 'te deja sin pájaros'". Parece que alguien las dijo expresamente para mi ¡Muchas gracias!
... y los últimos tres poemas. No sé cuál me conmovió más.

Bogador y caminante dijo...

Nada que ver mi anterior comentario con el extraordinario diálogo anterior. Pero no pude evitar escribir lo que setía sobre la entrada.