Morimos
entremezclados a las sustancias vivas henchidas anecdóticamente
de premeditaciones
arborescentes que sólo regocijan, que sólo se insinúan en el
corazón mismo
de nuestros grifos, que sólo reverdecen con voces de niño, que sólo
trepan a lo ancho de los párpados en la marcha maltrecha de los
miriápodos sagrados
de las lágrimas silenciosas,
Aimé Cesaire
(conquista del alba)
LAS ARMAS MILAGROSAS `Les armes miraculeuses´
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