Maravillosa muerte de nada
¡Ah! el copete depositado de los orgullos pueriles
las ternuras adivinadas
ahí en las puertas más pulidas que las rodillas de la prostitución
-el castillo de los rocíos- mi sueño
donde adoro
la aridez de los corazones inútiles
(salvo el triángulo orquidal que sangra violento como el silencio
de las tierras anegadizas)
brotar
en una gloria de trompetas libres con cáscara escarlata
corazón no cremoso, hurtado a la ancha voz de los
precipicios
incendiarios y capitosos tumultos de cabalgata.
Aimé Cesaire
(Conquista del alba)
LES ARMES MIRACULEUSES 'Las armas milagrosas'
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