Oh nuncas fueras África desierta
en medio de los trópicos fundada,
ni por el fértil Nilo coronada
te viera el alba cuando el sol despierta.
Nunca tu arena inculta descubierta
se viera de cristiana planta honrada,
ni abierta en tí la portuguesa espada
a tantos males tan sangrienta puerta.
Perdióse en tí la mayor nobleza
de Lusitania una florida parte,
perdióse su corona y su riqueza.
Pues tú que no mirabas su estandarte,
sobre él los pies, levantas la cabeza
ceñida en torno del laurel de Marte.
Lope de Vega
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