Frágil ternura
Quisiera que esa frágil ternura, efímera y fugaz como el tiempo del batir admirado de un párpado, quedara albergada en la retina...
Ya que son pocos, muy pocos, los que se inclinan ante la mirada, tímida, sorprendida e indefensa, de los Hijos de los Hombres que, en su obligado peregrinaje, encuentran una parte de la tierra, y, aun amándola, les es extraña, hasta hostil, como hiena acorralada...
Ese gesto de hospitalidad humilde que no es adulación hipócrita, deja confusa a la muchedumbre y restablece el origen esencial de todos los albergues alzados, no con ánimo agrio de DEFENSA sino con la serena convicción de alojar al cansado caminante.
Quisiera que esa frágil ternura, efímera y fugaz como el tiempo del batir admirado de un párpado, quedara albergada en la retina...
Ya que son pocos, muy pocos, los que se inclinan ante la mirada, tímida, sorprendida e indefensa, de los Hijos de los Hombres que, en su obligado peregrinaje, encuentran una parte de la tierra, y, aun amándola, les es extraña, hasta hostil, como hiena acorralada...
Ese gesto de hospitalidad humilde que no es adulación hipócrita, deja confusa a la muchedumbre y restablece el origen esencial de todos los albergues alzados, no con ánimo agrio de DEFENSA sino con la serena convicción de alojar al cansado caminante.
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