martes, 23 de febrero de 2010

Helio Orobio sobre Afganistán... digo sobre Viet Nam


Leímos en la revista del sandinismo, 'Poesía Libre', en el número 15, de diciembre de 1985, un poema del cubano Helio Orobio que empezaba así:

"Ese avión,
ese ojo que mira de reojo
hacia abajo,
tiene perfectamenye localizado
el objetivo.
Una orden, solo una orden
y una aldea dejará de ser, de existir
en el mapa..."

Y ahora leemos esta noticia:

Aviones de la ISAF atacaron tres vehículos el domingo por la mañana, en el centro del país, provocando una matanza de civiles.
Este ataque aéreo mató a «al menos 33 civiles, de los que cuatro eran mujeres y uno un niño, e hirió a otras doce personas».

Esta carnicería ha ocurrido hace dos días. En el reinado del señor Obama, Premio Nobel de la Paz... ¡tiene cojones la cosa!... Carnicería de asiáticos. Carnicería en Afganistán.
Porque el poema de Helio Orobio hacía referencia a Viet Nam. Otra aventura del imperialismo yanqui con sus carnicerías consiguientes. También de asiáticos. De allí tuvo que salir de prisa y corriendo, con el rabo entre las piernas, como todo el mundo sabe. No sin antes mancharse de sangre vietnamita de los pies a la cabeza.
Como saldrán de Afganistán él y todos los que le acompañan en esa matanza. Porque ellos ven, apuntan y matan, Pero los afganos también tienen ojos y ven y apuntan y...

Helio Orobio terminaba su poema, muy atinadamente, de este modo:

"Pero el ojo que ve
es visto, lo ven, lo miran de reojo
hacia arriba.
Una orden, sólo una orden
y una fortaleza F-105 dejará de ser, de existir
en las estadísticas de Air Force."

lunes, 15 de febrero de 2010

¡Alerta contra algunos adoradores de suaves murmullos!


Un antiguo camarada, cuyo nombre no osaremos mencionar no sea que nos fusile -a lo largo de este post comprenderán el por qué- acaba de publicar un libro de poemas que tampoco nos atrevemos a ponerle título.

¡Ah!, cuando decimos camarada es porque militó en el mismo partido que nosotros en pos del socialismo, del comunismo, de una República Popular y Federativa... en fin: por un mundo más justo.

Al enterarnos nos alegramos, lo felicitamos e incluso le sugerimos la manera de darlo a conocer, de airearlo a los cuatro vientos... Agradeció nuestro interés si bien no estaba seguro de quererlo airear...

Nos pareció frío, muy frío... Porque aunque ha pasado tiempo sin relacionarnos, antes habíamos sido amigos personales. Además de camaradas. Llegando la amistad a tal extremo de ponerle a su primer hijo el nombre de uno de los nuestros.

Unos días después nos sorprendió, desagradablemente, enviándonos un correo electrónico. Decía en él que buscando la web de Felipe Juaristi, un poeta vasco conocido de ambos, había hallado el comentario, que ese poeta había hecho de su libro de poesías, en un blog que suponía nuestro y exigía fuera retirado y toda refencia a su persona, si la hubiere, ya que el blog seguía una línea ideológica con la que ya no comulgaba; añadiendo, además, que el blog no era de literatura.

La página de Internet aludida no es nuestra. Eso si, es de otro antiguo camarada que no milita ya en partido alguno, como tampoco lo hacemos nosotros, pero que no reniega, ni nosotros tampoco, de su lucha anterior. Puede, incluso, ser crítico con posturas sectarias que mantuvimos pero sigue pensando que el socialismo, el comunismo es una meta a la que llegar. Igual que nosotros.

Y este camarada nos dice que ese argumento, de que no es de literatura su blog, es una burda disculpa para cortar toda relación con nosotros porque, aclara, 'mi blog es de literatura y sobre todo de poesía. Puede que esa poesía que aparece no le guste pero es poesía'. Y nos resume sus posts en cifras: 47 de poesías o relatos, 1 o 2 recordando a las víctimas de la represión franquista, 1 sobre la República y 1 más que trata de Stalin, Pierre Vilar y Elena Ódena, artículo recogido de la red y crítico con esos personajes.

-Como puedes apreciar, -termina diciéndonos- la literatura aplasta a la ideología en mi blog, luego es una razón mentirosa la esgrimida por el antiguo camarada. No obstante, visto lo visto, borraré el escrito del poeta vasco con mucho gusto, con sumo placer. No por Felipe Juaristi, al que aprecio, sino porque habla de antiguo camarada que, para mi, es ya un indeseable.

Entendemos lo que nos dice y le damos la razón.

 Pensamos que es muy raro publicar un libro si luego se duda de querer darlo a conocer. Y el nuevo correo indicaba, a las claras, que, como todos, nuestro nuevo vate, estaba buscándose en este universo que llaman digital. Es decir: quería verse, quería darlo a conocer; es mas, quiere saber si han leído sus poemas, quiere que su nombre aparezca, darle aire a su libro, quiere ver su nombre escrito por ahí y mirarse en él como en un espejo para poder exclamar: ¡qué bueno soy!, ¡qué bien escribo! Destacarse de la masa 'municipal y espesa' que decía otro poeta. Es la vanidad. Natural. Humana. Muy humana. De eso, nada tenemos que decir.

Lo que nos molestó fue la mentira. Y mira, nos indignó porque no lo esperábamos, para qué nos vamos a engañar.

¡Qué gracia!... ¡Decir que buscaba el blog del poeta vasco!... ¡Si en su mismo blog tiene un enlace directo al blog del poeta euskaldun!...

Lo que buscaba, lo que ansiaba, repetimos, era su nombre brillando en el universo junto a lo más granado de la literatura; y lo encontró, si, pero... no entre renombrados críticos o afamados e influyentes escritores, sino entre sus antiguos camaradas y amigos. Y eso, parece chocante, en vez de alegrarle, le enfureció, le sacó de sus casillas, transformándolo en un ser agrio, grosero, iracundo...

¡Qué gracia!... Ha pasado de un radicalismo político e ideológico sustancial a otro vano e insustancial: el de la palabra sin mácula, pura idea que se hunde en la nada, en el vacío.

Eso, creemos, se llama torre de marfil. Pero... ya caerá de ella.

En estos tiempos de crisis económica originada por el Capital, por el lucro privado del Capital Bancario, cuando el paro se cierne sobre España, sobre México, sobre el mundo; y la pobreza y el hambre se ceba sobre los pueblos de la tierra; en estos tiempos en que el terremoto de Haití desentierra del olvido magníficos poetas haitianos: Jacques Roumain, Felix Morisseau Leroy, Anthony Phelps, Jacques Viau, Jacques Stephen Alexis, Rony Lescouflair... asesinados muchos de ellos por enarbolar la bandera del socialismo, del comunismo, del antiimperialismo, de la lucha en libertad por un mundo justo, por la libertad, la igualdad, la fraternidad... nosotros nos hemos reencontrado con todos esos camaradas poetas haitianos... de modo que se nos ha ido uno y han acudido muchísimos...  asi que esto nos ha afianzado en la idea de derrotar y destruir al capitalismo...

Otros, qué se le va a hacer, se refugian en el 'susurro de los chopos, con aliento de río, hilvanado y deshilvanado versos' y hacen un universo de palabras bonitas en medio de la desolación y del horror; no vamos nosotros, por eso, por tan poca cosa, a negarles el pan y la sal, ni menos mandarlos a la hoguera; es más, nos merecen todo el respeto: ya sabemos que en tiempos duros, difíciles, proliferan los claustros,  los conventos o las torres de marfil.

Pero tenemos que decir, y lo decimos, que, cuando semejantes individuos se transforman en híspidos militantes del hablar por hablar, en sectarios del susurro que trasmiten los vocablos, cuando se construyen un mundo de murmullos a la vera del arroyo de las palabras, nosotros, los que, como Goethe, no podemos darle tanta importancia a la palabra sin mas, nos transformamos, por lo que se ve, en sus enemigos.

¿Por qué?

No sabríamos responder con certidumbre. Suponemos que la razón se debe a que, ellos, dan por excelente este mundo de mierda regido por el Capital al que nosotros, de buena gana, volaríamos en mil pedazos.

Ese mundo del  Capital, quien, como ya escribieran Marx y Engels, rezuma sangre y llanto de los pies a la cabeza.

Suponemos que de ahí brota su odio: el que un mundo así, para ellos es un concierto de murmullos en las choperas del río, nosotrros queramos destruirlo.

¡Alerta contra algunos adoradores de suaves susurros!

Sus palabras esconden, muchas veces, cuchillas afiladas como hojas de afeitar.

Por último, decir que todo lo escrito en este post no tiene por objetivo quitarle valor a los versos de este antiguo camarada; en modo alguno; no creemos que sea un Cervantes, ni mucho menos, pero el hecho de que sea así de híspido, intempestivo, airado... los rasgos de su personalidad... no es regla para calibrar el valor de los escritos; de eso nos dio lecciones Marx elogiando a Balzac que era un reaccionario; es decir, dicho en román paladino, se puede ser un buen escritor y reconocérselo, sin dejar de ser un hijoputa y descubrirlo.

jueves, 4 de febrero de 2010

Haití: recluir la peste (*)

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Tomado de: http://www.monde-diplomatique.es/isum/Main?ISUM_Portal=1

Febrero 2010. Numero 172

Ignacio Ramonet: Aprender de Haití

Por muy "natural" que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un seísmo de intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en la escala de Richter, ha ocasionado más de cien mil muertos, mientras que el de Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas provocó un muerto y un herido.
"Los países más pobres y los que tienen problemas de gobernabilidad están más expuestos a riesgos que los otros", confirma un reciente informe de la ONU (1). En una misma ciudad, el impacto humano de una calamidad puede ser muy distinto según las características de los barrios. En Puerto Príncipe, el seísmo se ensañó con las desvencijadas barriadas populares del centro. En cambio, los distritos privilegiados de la burguesía mulata comerciante apenas padecieron estragos.
Tampoco son iguales los pobres ante la adversidad. La Federación Internacional de la Cruz Roja sostiene que, en caso de desastre, "las mujeres, los discapacitados, los ancianos y las minorías étnicas o religiosas, víctimas habituales de la discriminación, son más castigados que los demás" (2).
Por otra parte, aunque un país no sea rico, si se dota de una política eficaz de prevención de catástrofes puede salvar muchas vidas. En agosto de 2008, el ciclón Gustav , el más violento de los últimos cincuenta años, azotó el Caribe con vientos de 340 kilómetros por hora. En Haití mató a 66 personas. Sin embargo, en Cuba no causó ninguna víctima mortal...
¿Es Haití un país pobre? En verdad, no hay países pobres; sólo existen "países empobrecidos". No es lo mismo. En el último tercio del siglo XVIII, Haití era la Perla de las Antillas y producía el 60% del café y el 75% del azúcar que se consumía en Europa. Pero, de su gran riqueza sólo se beneficiaban unos 50.000 colonos blancos, y no los 500.000 esclavos negros que la producían.
Invocando los nobles ideales de la Revolución Francesa, esos esclavos se sublevaron en 1791 al mando de Toussaint Louverture, el Espartaco negro. La guerra duró trece años. Napoleón envíó una expedición de 43.000 veteranos. Triunfaron los insurrectos. Fue la primera guerra racial anticolonial y la única rebelión de esclavos que desembocó en un Estado soberano.
El 1 de enero de 1804, se proclamó la independencia. Sonó como un aldabonazo en el continente americano. Los esclavos negros demostraban que, por su propia lucha, sin la ayuda de nadie, podían conquistar la libertad. Afro-América emergía en la escena política internacional.
Pero el "mal ejemplo" de Haití -así lo calificó el Presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson- aterrorizó a las potencias que seguían practicando la esclavitud. No se le perdonó. Y nadie reconoció, ni ayudó a la nueva república negra, pesadilla del colonialismo blanco. Aún hoy, el viejo terror no ha desaparecido. Pat Robertson, telepredicador estadounidense, ¿no acaba acaso de afirmar: "Miles de hatianos han muerto en el seísmo porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad" (3)?
El nuevo Estado independiente fue boicoteado durante decenios con la idea de "recluir la peste" en ese país. Haití cayó en guerras civiles que arrasaron su territorio. Se perdió la necesaria etapa de construcción de un Estado-nación. Institucionalmente, a pesar de la gran calidad de sus numerosos intelectuales, el país quedó estancado.
Después vino el tiempo de la ocupación por Estados Unidos que duró de 1915 a 1934. Y de la guerra de resistencia. El héroe de la rebelión, Charlemagne Péralte, fue crucificado por los marines, clavado en la puerta de una iglesia... Washington acabó por ceder Haití a nuevos dictadores, entre ellos: Papa Doc Duvalier, uno de los más despóticos.
En los años 1970, aún gozaba Haití de soberanía alimentaria, sus agricultores producían el 90% de los alimentos que consumía la población. Pero el Plan Reagan-Bush, impuesto por Washington, obligó a suprimir los aranceles sobre la importación de arroz, producto básico del cultivo local. El arroz estadounidense, más barato porque estaba subvencionado, inundó el mercado local y arruinó a miles de campesinos que emigraron en masa a la capital, donde el seísmo los ha atrapado...
La única experiencia de gobierno realmente democrático, fue la de Jean-Bertrand Aristide, dos veces Presidente (1994-1996 y 2001-2004). Pero sus propios errores y la presión de Washington lo empujaron al exilio. Desde entonces, de hecho, Haití se halla bajo tutela de la ONU y de un conglomerado de ONGs internacionales. El Gobierno de René Préval ha sido sistemáticamente privado de medios de acción. Por eso resulta absurdo reprocharle su inoperancia ante los efectos del seísmo. Hace tiempo que el sector público fue desmantelado y sus principales actividades transferidas, si eran rentables, al sector privado, o a las ONGs cuando no lo eran. Antes de convertirse en el Ground Zero del planeta, Haití ya era el primer caso de "colonialismo humanitario". La tragedia reforzará la dependencia. Y por consiguiente las resistencias. El "capitalismo de choque", descrito por Naomi Klein, hallará una nueva ocasión de reclamar -en nombre de la eficacia- la privatización integral de todas las actividades económicas y comerciales ligadas a la reconstrucción.
Estados Unidos está en primera línea, con sus Fuerzas Armadas desplegadas en una ofensiva humanitaria de gran envergadura. Resultado sin duda de un generoso deseo de socorrer. Pero también de indiscutibles intereses geopolíticos. Washington prefiere invadir Haití de ayuda que ver invadidas sus costas por decenas de miles de boat people haitianos. En el fondo, se trata de la misma vieja obsesión: "recluir la peste"...

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Notas:
(*) El título es nuestro
(1) Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro , Naciones Unidas, Nueva York, mayo de 2009.
(2) Informe Mundial sobre los desastres 2009 , Cruz Roja Internacional, Ginebra, julio de 2009.
(3) Christian Broadcasting Network, 14 de enero de 2010.

martes, 2 de febrero de 2010

Leemos y nos leen


He estado leyendo dos blogs que sigo asiduamente y algunos blogs más cuyas ligas encuentro en los primeros. Uno se titula "Africano" y el otro "Iswe Letu". Desde la roca marina en la que remo encuentro de pronto muchos compañeros que bogan con el mismo rumbo y mi roca se convierte en barca. Y la soledad en que me sentía se va llenando de esforzados remeros que me tienden lazos, sin que ellos mismos lo sepan.
"No estás solo" me dicen sus escritos. "Da otro golpe de remo que, aunque lo haces con tu estilo propio y desde el otro lado del Atlántico, el impulso es en la misma dirección".
Me animan así sin ellos saberlo.
Y mi mente afiebrada y mis cansados brazos renuevan su esfuerzo.
Yo, como un imbécil atolondrado por los golpes propagandísticos del capitalismo, pensé tontamente que era el único marxista que quedaba en la tierra. Era así el único comunista sobre el orbe. La idea era tan absurda que la sabía absolutamente falsa, pero el sentimiento de soledad ahí seguía.
De pronto encontré acá, en México, un grupo de marxistas que me dio esperanzas, pero demasiado pronto descubrí que no son sino marxólogos que sin aplicar el método marxista de análisis de la realidad pretenden catalogar a ésta como si todavía fuera la misma en que vivieron Marx y Lenin. Llegaron así a la aberración de descalificar a quienes, sabiéndolo o sin saberlo, lo mismo da, son un grupo que pensando desde su realidad y su cultura y con cabeza propia, han dado desde hace más de quince años el paso fundamental que Marx y Lenin señalan para vencer al capitalismo: Han convertido en propiedad colectiva, propiedad social, el principal medio de producción con que cuentan: la tierra. Son campesinos y el grupo de "marxistas" al que me refiero al inicio de este párrafo, por no ser obreros quienes se levantaron en armas y no haber podido expropiar fábricas que no existen en los territorios en que habitan y de los que viven, clasificaron como "pequeñoburgueses" a los rebeldes del sureste de mi patria.
Otra vez el sentimiento de soledad se instaló en mi ánimo. Quienes se levantaron en armas y al hacerlo se apoderaron de los latifundios que los mantenían excluidos y los hicieron propiedad social y sobre esa propiedad social, sobre esa estructura no capitalista, están reconstruyendo su sociedad y su política, están muy lejos geográfica y culturalmente de mí. Son, aquí en mi patria, mi ejemplo y mis hermanos mayores. Quisiera imitarlos pero no encuentro ni cómo ni con quién y sé que no es sano huir de mi realidad para refugiarme en la de ellos, aparte que también sé que no necesitan mi ayuda allá.
Poco a poco descubro los blogs que nombro al principio de este escrito y sus últimas entradas son una explosión de luz y compañía: desde el otro lado del Atlántico sus autores y colaboradores me dicen: "Cuidado con el sectarismo y el dogmatismo" (Iswe Letu: "Para un debate contra el sectarismo). Afirman también: aprendamos de Haití, primer país en el mundo que abolió la esclavitud y que por ello ha sido tan castigado (4 entradas en "Iswe Letu" de Guillermo Fernández Ampié, Eduardo Galeano, José Mª Amigo Zamorano y poesía "como arma cargada de futuro" y once entradas sobre Haití en "Africano") y sobre todo logran que sienta la compañía de muchos que piensan como yo: si en el mundo de los blogs encuentro a tantos compañeros, muchos más son los que caminan por las calles sin manifestar su ideas por medio de un teclado. Cuando logremos unirnos, capitalismos y monarquías se derrumbarán estrepitosamente.